Este es el peaje que tiene que pagar Mbappé por rechazar al PSG y querer jugar en el Real Madrid

Luis Enrique es el socio ideal de Nasser Al-Khelaifi para denigrar a Mbappé en cuanto se presente la oportunidad de dejarlo en evidencia. Y esa ocasión se produjo en el partido contra el Rennes en el Parque de los Príncipes. El entrenador tomó la sorprendente decisión de sacar del campo a Mbappé con el marcador en contra, el PSG consiguió empatar el partido en el descuento con un gol de penalti y justificó el cambio hablando del futbolista francés en pasado y con frialdad.

Mbappé ha dejado de ser el niño bonito del presidente del Paris Saint-Germain desde que filtró que se niega a renovar. Hay que tratarle como uno más y que se den cuenta los aficionados que el club ha cambiado el proyecto y está por encima de las estrellas. Esto le encanta a Luis Enrique, sentirse el jefazo del vestuario y que su método de trabajo no dependa de un jugador, por muy bueno que sea.

En su etapa de entrenador del Barcelona, ya tuvo diferencias con Leo Messi y tensiones para quitarle del campo. De hecho, el argentino se negó en un partido a la sustitución y Luis Enrique quedó desautorizado y ridiculizado. Messi era Dios en el Barcelona. Igual que lo era Mbappé hasta que se ha producido la fractura con el club y se siente traicionado porque el francés acabará fichando por el Real Madrid.

Hay que hacer sufrir a Mbappé de alguna manera y las primeras consecuencias son un cambio que no se habría producido en un escenario de continuidad del francés. Luis Enrique, en su parcela deportiva, entra en acción como brazo ejecutor de Al-Khelaifi. "Es muy fácil de contestar. Antes o después, tarde o temprano, en algún momento tendremos que aprender a jugar sin Kylian. Cuando lo considere oportuno, jugará, o no jugará, como hacen todos los entrenadores con sus jugadores", es la postura del entrenador. Queda claro que hay un antes y un después de Mbappé por la decisión que ha tomado de no seguir, y detrás de la decisión del cambio influye el enfado de Nasser Al-Khelaifi.

Solo se pueden ver de una manera las explicaciones de Luis Enrique. Hay que hacerle pagar a Mbappé su decisión de no renovar y el daño que les va a hacer verle con la camiseta del Real Madrid. El orgullo de Qatar está tocado y va a ser escrutado su rendimiento día a día, partido a partido para comprobar qué compromiso tiene y cuál es su rendimiento. Es una advertencia a Mbappé. Si no se deja la piel, si Luis Enrique ve que no tiene actitud, mete la pierna, corre, trabaja y se sacrifica no solo en ataque, sino también en defensa, le espera el banquillo.

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Luis Enrique ha abierto la puerta a la suplencia a su mejor goleador. Influye la desconfianza que hay en los dirigentes parisinos en que Mbappé se dosifique y no quiera poner en riesgo su salud para evitar una lesión que le rompa sus planes de futuro. La exigencia de Luis Enrique sube con Mbappé. Es importante en la medida que se vea a un futbolista que genere peligro y marque las diferencias. En cuanto esto no suceda, al banquillo. Como sucedió en el partido ante el Rennes, en el que Luis Enrique le quitó en el minuto 65.

Hay más ganas en el club de pasarle factura a Mbappé por su negativa a renovar que entre los aficionados. El recibimiento del estadio no fue diferente al de otros partidos. No hubo críticas ni una mala reacción de la grada hasta el momento en el que Luis Enrique le señaló y le quitó del campo. Entonces, se escucharon algunos pitos en el momento que Mbappé se iba al banquillo, pensativo y cabizbajo. Si Mbappé quita el pie del acelerador, lo va a pasar mal. Es un jugador determinante para el PSG, pero su rol ha cambiado.