¿Quién iba a decir que el Barcelona iba a echar de menos al considerado peor fichaje de Koeman?

Llega una nueva jornada de Liga y lo hace con las mismas dudas de las últimas semanas. Con un Real Madrid que continúa intratable, un Girona que busca seguir soñando a pesar del varapalo del Bernabéu... y un Barcelona que sigue pidiendo la hora para que acabe la temporada cuanto antes. El conjunto todavía entrenado por Xavi Hernández no levanta cabeza y, partido tras partido, sufre para tratar de sumar. Diez puntos le separan del líder con solo 24 partidos jugados.

El Barcelona es un manojo de dudas en todas las líneas, donde no hay un solo jugador que se pueda salvar. Ter Stegen, con su larga baja, ha hecho más vulnerable la portería culé; Araújo, uno de los grandes líderes del equipo, ha dado un bajón de forma importante; Pedri no es capaz de sostener el medio del campo; y Lewandowski está muy lejos de su mejor nivel. Solo Lamine Yamal, un chaval de 16 años, es capaz de estar por encima del nivel que se le presupone.

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Kike Marín

Hace no mucho, el Barcelona vivía un drama similar. Hace dos temporadas, el equipo por entonces entrenado por Ronald Koeman no carburaba, lo que llevó a aficionados y directiva a considerar la necesidad de dar un volantazo en la gestión del banquillo. No solo se le achacaba mal juego, desaprovechar al equipo o malas incorporaciones en el mercado estival, sino que había un nombre que legó a ser considerado como el peor fichaje de la era Koeman: Luuk de Jong.

Fichado del Sevilla, el delantero neerlandés se convirtió en el foco de las mofas de la afición culé, que llegó a llamarle despectivamente Luuk the tronk. Curiosamente, y a pesar de la mala temporada de aquel primer Barça de Xavi que acabó el curso en blanco, el ariete fue uno de los jugadores que mejor resultado le dio al técnico de Tarrasa: en poco más de 453 minutos sobre el césped, fue capaz de anotar 6 goles que supusieron un total de 8 puntos para el Barça.

Llegó el verano y De Jong fue uno de los primeros jugadores en ser vendidos. Esa temporada, el Barcelona ganó la Liga y la Supercopa de España, con un Robert Lewandowski en plan estelar que hizo olvidar de un plumazo al neerlandés. Pero los fantasmas del pasado han vuelto un curso después y, como si del día de la marmota se tratara, el Barcelona vuelve a tener los mismos problemas de la última época de Koeman... mientras que aquel jugador del que se reían brilla en el PSV.

Partamos de la base de que el principal problema del Barcelona no radica en el ataque, sino en el compromiso defensivo del equipo, pero no es menos cierto que al equipo le falta ese plus ofensivo en momentos determinados: un revulsivo desde el banquillo que ayude a superar partidos complicados. Y, al mismo tiempo, Luuk de Jong puede presumir de ser el tercer máximo goleador de la Eredivisie, con 18 goles, y el gran artífice de que el PSV sea el equipo más anotador de Europa.

El conjunto neerlandés es líder destacado de la liga neerlandesa y ha anotado 68 goles en los 21 partidos disputados en el Eredivisie. O, dicho de otra manera, tiene una media de más de tres goles a favor por encuentro. Atendiendo a este dato, cualquier equipo que se mida al PSV sabe que, sobre el papel, debe de anotar 4 goles para derrotar a su rival, que cuenta con un poder goleador único en Europa. Y Luuk de Jong es el principal responsable.

Quién iba a decir que aquel jugador que tanto menospreciaba la afición del Barcelona sería el futbolista de moda en Europa. Y, aún peor, que tendría mucho para aportar a este Barcelona en un momento tan atascado de juego y de ideas. Quedan 14 partidos de Liga y la eliminatoria de Champions para que el conjunto azulgrana trate de enderezar su rumbo, pero las sensaciones no son buenas. Y, mientras tanto, exjugadores con los que se fue muy crítico siguen brillando en Europa.