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Los tres grandes milagros del Real Madrid y cómo se han rebelado ante la falta de confianza
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de olvidados a decisivos

Los tres grandes milagros del Real Madrid y cómo se han rebelado ante la falta de confianza

Ancelotti desconfiaba de Lunin por su falta de experiencia y de Brahim Díaz porque creía que no tenía gol. Ganan partidos. Como Tchouaméni, un pivote que no desentona de central

Foto: Tchouaméni antes de empezar el partido contra el Leipzig. (REUTERS Lisi Niesner)
Tchouaméni antes de empezar el partido contra el Leipzig. (REUTERS Lisi Niesner)

El pasillo de seguridad del Real Madrid quedó destruido con las lesiones de Courtois, Militao, Alaba, Rüdiger y las lesiones de Vinícius y ahora la de Bellingham. El equipo se sobrepone con tres futbolistas que no estaban en los planes iniciales del entrenador. Lunin ha pasado de ser un portero infravalorado a indiscutible, Tchouaméni estaba en entredicho como pivote y se adapta a la posición de central con más luces que sombras y Brahim Díaz, olvidado en el banquillo, gana partidos.

Son los tres milagros de un Real Madrid en el que se mantiene la dinámica ganadora con el esfuerzo, sacrificio y el compromiso de todos los jugadores. Alterna partidos brillantes, como la goleada al Girona, con otros de resistencia épica, como la victoria por la mínima contra el Leipzig. Se trata de que cada jugador dé su mejor rendimiento, pero el caso de Lunin, Tchouaméni y Brahim Díaz es especial por el rol que tenían a principio de temporada y el que ocupan ahora.

Empieza el tramo difícil y decisivo de la temporada, en el que se juegan los títulos y necesitas a jugadores que sean capaces de ganar los partidos con acciones individuales. Es muy importante funcionar como un bloque compacto, pero tienes que tener a jugadores que marquen las diferencias y con Lunin de portero, Tchouaméni de central y Brahim Díaz de goleador no se contaba.

Lunin se toma su revancha

Ancelotti no se puede poner ninguna medalla con el rendimiento que está dando el portero ucraniano. Desde el primer momento que se lesionó Courtois buscó en el mercado, con urgencia, un guardameta que tuviera experiencia. Esto le molestó a Lunin. Se quedó con la sensación de no estar valorado, de tener que demostrar más que otros para que el cuerpo técnico, principalmente el preparador de porteros (Luis Llopis), le tuviera en cuenta. Le veían verde.

placeholder Lunin en el calentamiento del partido contra el Leipzig. (EFE EPA Filip Singer)
Lunin en el calentamiento del partido contra el Leipzig. (EFE EPA Filip Singer)

A Ancelotti no le ha quedado más remedio que romper la rotación en la portería. Tampoco es tan torpe como para tirar piedras contra su propio tejado. Lunin da más seguridad que Kepa, es más competo por abajo y por arriba, como se ha visto en el recital de paradas contra el Leipzig. Domina la portería, con agilidad y reflejos, y el área con sus salidas por alto y achicando. Hay que darle confianza. Alguno le tendría que pedir disculpas.

Lunin lleva cinco partidos seguidos siendo el titular y el equipo ha encajado solo dos goles. En ninguno ha cometido un error. El de Las Palmas y en el derbi de Liga contra el Atleti el que está despistado es Nacho. El ucraniano ha recibido 13 goles por los 18 de Kepa con un partido menos. Lunin supera en paradas (54) a Kepa (41). Es un milagro que se lesione Courtois, se fiche a Kepa y Lunin tenga una racha de partidos excelentes. Su mérito es no haberse desmotivado y haber peleado por hacer cambiar de opinión a Ancelotti.

Tchouaméni, un parche que funciona

Aquí hay que darle más mérito a Ancelotti, que ha sabido sobreponerse a la negativa del club de fichar un central y ha reconvertido a Tchouaméni en una posición específica y de riesgo en la defensa. Ancelotti ha convencido a Tchouaméni que puede jugar en esta posición, que tiene altura, físico y calidad para ayudar a destruir, ganar duelos y darle salida al balón.

Foto: Dani Carvajal compite por un balón contra el Leipzig. (Reuters/Annegret Hilse)

Donde había un pivote que no cumplía con las expectativas, ahora hay un central de emergencia que da soluciones. Y, lo más importante, deja la portería a cero. Tchouaméni ha disputado cuatro partidos y medio de central (Osasuna, Mallorca, la segunda parte contra el Getafe, Girona y Leipzig) y en todos el equipo ha acabado sin encajar un gol. No es fácil la posición, donde la colocación y los movimientos para ser contundente, son muy específicos. Los fallos de los centrales se ven más que los de otros jugadores de campo. Contra el Leipzig fue el mejor de la defensa.

Brahim Díaz, rebelde y eficaz

Ancelotti fue injusto con Brahim Díaz. Le costó confiar en él, igual que le sucedía con Lunin, y hasta el octavo partido de la temporada no le dio la titularidad. Jugó contra Las Palmas por la lesión de Bellingham y marcó el primer gol. Antes de este partido o no jugaba o le daba los minutos finales. Después de este encuentro tampoco tuvo continuidad. Pero el malagueño no bajó los brazos, como Lunin, y las oportunidades que ha tenido, siempre condicionado a las lesiones, las ha aprovechado. Hasta el punto de que se abre el debate de si tiene que ser titular por delante de Rodrygo.

placeholder Brahim Díaz celebra el gol al Leipzig en presencia de Kroos. (REUTERS Lisi Niesner)
Brahim Díaz celebra el gol al Leipzig en presencia de Kroos. (REUTERS Lisi Niesner)

Es otro milagro que el Real Madrid haya disputado seis partidos sin Bellingham y en todos haya conseguido la victoria. Es en gran parte a la personalidad y el talento que tiene Brahim Díaz. El malagueño lleva 8 goles y demuestra que tiene calidad, gol, físico y mentalidad para jugar con más regularidad.

Brahim Díaz ya ha marcado un gol más que en la temporada pasada con el Milán. Es la demostración de que si juega, si tiene más oportunidades, es un futbolista que sabe desatascar partidos y hacer goles.

El pasillo de seguridad del Real Madrid quedó destruido con las lesiones de Courtois, Militao, Alaba, Rüdiger y las lesiones de Vinícius y ahora la de Bellingham. El equipo se sobrepone con tres futbolistas que no estaban en los planes iniciales del entrenador. Lunin ha pasado de ser un portero infravalorado a indiscutible, Tchouaméni estaba en entredicho como pivote y se adapta a la posición de central con más luces que sombras y Brahim Díaz, olvidado en el banquillo, gana partidos.

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