La reflexión de Vinícius tras las provocaciones en la Supercopa y su 'hat trick': "No soy un santo"

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Las espadas estaban en todo lo alto y el público saudí tenía su final soñada. Real Madrid y Barça disputaban un nuevo clásico con el primer título de la temporada en juego, y lo que apuntaba a ser una Supercopa que se podía resolver por pequeños detalles acabó siendo una oportunidad perdida de que los madridistas le endosaran una dolorosa goleada para el recuerdo a los culés.

Con mucha más solvencia defensiva, pero también clarividencia a la hora de hincar el colmillo atacando, los de Ancelotti fueron superiores de principio a fin, destrozando a los blaugranas con un verdugo que se exhibió por encima del resto: Vinícius Junior. El brasileño hizo dos goles en los primeros 10 minutos y ya había completado el hat-trick antes del descanso.

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Albert Ortega. Barcelona

Vinícius completó un partidazo, desbordando una y otra vez a un Araújo que nunca supo frenarle y acabó en la ducha antes de tiempo al ver la segunda amarilla tras una dura acción al tobillo del madridista. En ese momento, con los blancos saboreando el título, el 7 del Madrid tuvo otro pequeño pique con el banquillo del Barça, mostrándoles el marcador con los dedos. Algo que no gustó a parte de los allí presentes.

La reflexión de Vinícius tras las provocaciones

Una vez acabó el partido, ya con los ánimos más calmados y habiendo recibido el trofeo a mejor jugador de la final por sus tres goles, Vinícius se sinceró de todo lo que suele pasar a su alrededor en la rueda de prensa, explicando igualmente cómo Ancelotti decidió protegerle y sacarle del campo con el 4-1: "El míster siempre está ahí para ayudarme. Quiero hacerme una persona mejor. Hacer todo por ganar. Acabo enfadando a los demás. A mí también y a mis compañeros. Tengo que mejorar, pero tengo que seguir en esta línea".

"Me quedo muy triste. Todos quieren pelear conmigo porque todos saben que va a salir en la prensa. Vinícius ha hecho esto o lo otro… Intento estar tranquilo y centrado en el partido para poder hacer lo mejor para mis compañeros. Yo no soy un santo. Hablo demasiado y hago regates que no se deben hacer. Pero estoy aquí para mejorar y para dar ejemplo a los niños. El míster y mis compañeros me están enseñando lo que tengo que hacer", dijo el brasileño tras el partido.