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¿Y ahora, qué? Vida extra para la Superliga de Florentino Pérez, pero atentos a la letra pequeña
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SENTENCIA DEL TJUE

¿Y ahora, qué? Vida extra para la Superliga de Florentino Pérez, pero atentos a la letra pequeña

"Las normas de FIFA y UEFA que supeditan a su autorización previa cualquier proyecto de nueva competición de fútbol, como la Superliga, so pena de sanciones, son ilegales"

Foto: Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. (EFE/Mariscal)
Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. (EFE/Mariscal)

Este jueves era un día importante para el fútbol mundial. Después de muchos meses de tira y afloja, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) emitía su fallo con respecto a la Superliga, con el que se daría para siempre carpetazo a este proyecto de competición o, por el contrario, tendría alas para seguir con vida. Y lo cierto es que la sentencia, firme y última, ataca frontalmente a FIFA y UEFA..., pero también matiza el proyecto de la Superliga.

La sentencia es muy clara, algo poco habitual en el TJUE, acostumbrado a textos ambiguos. En este caso concreto, la Justicia Europea no ha dudado en ser directa, mostrando su disconformidad con la manera de actuar de los organismos rectores del fútbol mundial y europeos. De manera muy concisa, determinan que su forma de actuar no se ajusta a derecho y que sus capacidades no les permiten tomar decisiones como prohibir la Superliga, ni proponer sanciones a sus impulsores.

"Las normas de FIFA y de UEFA que supeditan a su autorización previa cualquier proyecto de nueva competición de fútbol de clubes, como la Superliga, y que prohíben a los clubes y a los jugadores participar en la misma, so pena de sanciones, son ilegales. Ello se debe a que las facultades de la FIFA y de la UEFA no están sujetas a ningún criterio que garantice su carácter transparente, objetivo, no discriminatorio y proporcionado", dice la sentencia emitida por el TJUE.

Pero no se centra solo en la propia competición, sino también en lo que rodea la puesta en marcha de un nuevo torneo: "Asimismo, las normas que atribuyen a la FIFA y a la UEFA un control exclusivo sobre la explotación comercial de los derechos derivados de estas competiciones pueden restringir la competencia, habida cuenta de la importancia que estas últimas tienen para los medios de comunicación, los consumidores y los telespectadores", explica.

Al mismo tiempo, es interesante tener en cuenta la letra pequeña de la sentencia. Es evidente que es un ataque frontal, y muy duro, contra FIFA y UEFA, pero también deja en entredicho la necesidad de crear un nuevo torneo: "Eso no significa que una competición como el proyecto de la Superliga deba necesariamente ser aprobado. El tribunal, al no haber sido preguntado generalmente sobre las reglas de la FIFA y la UEFA, no se pronuncia sobre ese proyecto específico en su sentencia".

Este es un paso importante para la Superliga, que ve una puerta abierta para que siga en marcha un proyecto que parecía tocado de muerte. Sin embargo, no es descartable que, aunque esta sentencia es firme, se vuelva a abrir un nuevo litigio jurídico entre ambas partes para conocer el posicionamiento exacto de la Justicia Europa sobre la creación de la Superliga. Esto no ha hecho más que empezar.

"Eso no significa que una competición como el proyecto de la Superliga deba necesariamente ser aprobado", reza la decisiva sentencia del TJUE

Una historia que viene de lejos

Real Madrid y Barcelona han sido los únicos clubes fundadores que se han mantenido estos años en el proyecto de la Superliga. Los clubes ingleses sucumbieron a la presión política y a las críticas de sus aficionados, lo que provocó una retirada en masa de los británicos y del resto de entidades. Manchester United, Arsenal, Chelsea, Tottenham, Manchester City, Liverpool, Atlético de Madrid, Inter de Milán, Milan y Juventus dieron un paso atrás en cascada.

Eso no significó que Florentino Pérez y Joan Laporta dejaran de trabajar por la Superliga junto al equipo ejecutivo responsable del proyecto, al frente del cual está Anas Laghrari, socio de la firma Key Capital, para tratar de sacar adelante una versión adaptada de la nueva competición que pretendía tumbar la hegemonía de la UEFA y acabar con su monopolio y, en sus palabras, salvar al fútbol de la bancarrota.

Aunque el estallido de los pagos por más de 7,3 millones de euros al vicepresidente en activo de los árbitros, José María Enríquez Negreira, forzó la separación mediática de ambos, Laporta y Florentino son socios clave en la Superliga y compañeros de viaje de palancas, bancos y fondos de inversión como Key Capital y Legends, filial de Sixth Street.

placeholder El exárbitro José María Enríquez Negreira en una imagen de 1990. (EFE)
El exárbitro José María Enríquez Negreira en una imagen de 1990. (EFE)

La firma entró primero con el Real Madrid, inyectando inicialmente 316 millones de euros a cambio de un 30% del beneficio que genere en los próximos 20 años toda la explotación del Santiago Bernabéu, a excepción de las cuotas de los abonados. Ese movimiento fue crucial para que pudiera defender ante la Asamblea que salen de la pandemia sin registrar números rojos, pues las operaciones revelaban un agujero de 170 millones entre ingresos y gastos; eso sí, el presidente de ACS aprovechó esa inyección para anticipar gastos futuros por 133 millones.

Por su parte, el Barça vendió el 25% de sus derechos televisivos durante los próximos 25 años a cambio de 519 millones de euros. No cabe decir que, sin Florentino Pérez y sin Anas Laghari, socio cofundador de Key Capital Partners y secretario general de la Superliga, la financiación del Espai Barça con JP Morgan y Goldman Sachs hubiese sido mucho más difícil.

Este jueves era un día importante para el fútbol mundial. Después de muchos meses de tira y afloja, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) emitía su fallo con respecto a la Superliga, con el que se daría para siempre carpetazo a este proyecto de competición o, por el contrario, tendría alas para seguir con vida. Y lo cierto es que la sentencia, firme y última, ataca frontalmente a FIFA y UEFA..., pero también matiza el proyecto de la Superliga.

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