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Tsartas: "Yo corría poco dentro del campo para los que no tienen ni puta idea de fútbol"
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ENTREVISTA AL EXFUTBOLISTA

Tsartas: "Yo corría poco dentro del campo para los que no tienen ni puta idea de fútbol"

Es un viejo conocido de la Liga tras su paso por el Sevilla. Allí estableció una gran simbiosis con la ciudad por el arte que derrochó con su fútbol en una época de penurias para el club

Foto: Tsartas manda callar al Villamarín en un derbi. (Getty/Shaun Botterill)
Tsartas manda callar al Villamarín en un derbi. (Getty/Shaun Botterill)

"Llámame mejor en 10 minutos, por favor, que tengo ahora una llamada importante". Vassilis Tsartas (Alexandria, Grecia, 1972) nos hace el mismo quiebro que hacía a los defensas cuando todavía estaba en activo. Afortunadamente, no es una cobra y él mismo nos devuelve la llamada para charlar largo y tendido.

"Perdóname, que tenía que contestar al teléfono", se disculpa. El griego habla con píldoras de acento andaluz que mantiene de su paso por Sevilla. "Es una ciudad con arte y mi fútbol era parecido, por eso encajé tan bien allí", resume. Fueron cuatro años en Andalucía, en un Sevilla que estaba lejos de las prestaciones actuales y cuyos éxitos se traducían en ascensos, pero no en títulos europeos.

Tsartas ganó la Eurocopa en 2004 y se retiró en 2007. Hace poco se sacó el título de entrenador, aunque de momento está en paro. Y a la espera de una oportunidad para demostrar que está preparado para "enseñar cosas en el fútbol".

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PREGUNTA. Ahora no se ven apenas goles de falta, pero usted era todo un especialista...

RESPUESTA. Especialista no puede ser uno sin trabajo. Dios te da un talento y una calidad, pero eso no significa que todo llegue de manera fortuita. Hay que trabajar, pensar y comerse el coco para encontrar maneas y formas de tirar. Yo no tuve la suerte de que existiera el espray y de que la barrera cumpliera los nueve metros reglamentarios. No hay comparación con mi época, porque lo habitual es que hubiera siete metros de distancia.

P. ¿Esos golpeos eran más talento o dedicación?

R. Es una mezcla de todo, talento, calidad y trabajo. Si todo eso lo puedes juntar, sacas un resultado positivo. Tampoco entraban todas las faltas. Una de las dificultades era la barrera, porque muchos tiros impactaban en ella. También se podían ir altas porque le daba más fuerza con el objetivo de superarla. Ahora sería más sencillo.

P. Los zurdos son jugadores especiales. ¿Verdadero o falso?

R. Falso. Es cierto que hay menos que diestros, pero no creo que sean especiales. Ha habido diestros que han sido magníficos y los sigue habiendo.

P. ¿La derecha les sirve a los zurdos solo para apoyarse, como se dice?

R. Depende, depende. También los diestros son limitados con la izquierda. Sería ideal poder pegarle igual con la mala que con la buena, pero eso es complicado. Los jugadores de alto nivel, al menos, deben tener la confianza para finalizar una jugada, driblar o tocarla en corto con su pierna menos hábil. Si no, le das ventaja al rival a la hora de marcarte.

P. ¿Por qué se le achacaba a usted que corría poco?

R. Corría poco para los que no tienen ni p*** idea de fútbol. Yo corría ofensivamente y pensaba las posibles maneras de dar el último pase y de romper una defensa. Algunos se creen que sacar numerosas faltas laterales o saques de esquina no desgasta. El fútbol no es como el maratón. Ya lo dijo Cruyff: "No hay ningún futbolista más rápido que la pelota".

placeholder Riquelme era un jugador muy técnico. (EFE/Jesús Diges)
Riquelme era un jugador muy técnico. (EFE/Jesús Diges)

P. Algo parecido dijo Riquelme. Ese tipo de futbolista, como también lo era Valderrama, ya no existe en el fútbol actual.

R. El que veo que es parecido a los que me nombras es Messi. Ahora veo que los jugadores que emergen tienen todos, más o menos, las mismas características. Hay pocos futbolistas como Messi, Riquelme o como yo. Decían que yo no corría, pero al mismo tiempo marcaba 15 o 20 goles y daba asistencias. ¿Por qué entonces no les exigían a los centrales que corrieran para atacar?

P. ¿En qué jugador actual se ve reflejado?

R. Si quitas las jugadas individuales en las que va driblando y el nivel de velocidad con la pelota, tengo que ver algo con Messi. En la manera en la que piensa, pasa, lanza y la fantasía que tiene en sus jugadas… No tengo por qué no compararme con él. Hay cosas que solo puede hacer él, porque si no se las veríamos a todos los jugadores.

"Si quitas las jugadas individuales y el nivel de velocidad con la pelota, tengo que ver con Messi"

P. ¿Un jugador como usted tendría cabida en el fútbol actual?

R. Cada vez vemos menos jugadores de mis características. Esos futbolistas nacían, nacen y nacerán. La pregunta es si el fútbol los sigue necesitando. Si el fútbol es capaz de darle oportunidad y espacio a esa estirpe.

P. Este fútbol no es el que usted conoció.

R. Este fútbol se juega más rápido y en unos terrenos de juego que no son los de antes. El fútbol es rápido, potente y físico, pero qué quedaría si le quitas la calidad y la fantasía. Esto no va a acabar bien si seguimos ofreciendo menos espectáculo.

P. Grecia no juega un gran torneo desde Brasil 2014. ¿Qué le ha pasado al fútbol griego?

R. A partir de Brasil 2014, se destrozó todo. No todos sirven para ser gestores en el fútbol. Este deporte genera muchas cosas como publicidad e importancia. Cada uno quiere meterse a su manera. El fútbol le puede gustar a mucha gente, pero a mí me gusta la música y no puedo cantar ni tocar la guitarra. Por tanto, no puedo decir que soy músico.

P. ¿Cómo ve al equipo de cara a la repesca frente a Kazajistán?

R. Veo que tiene opciones. Lo importante es cómo llega el equipo a marzo y no menospreciar a Kazajistán. No hay que dejar que se escape esta oportunidad. Ojalá podamos estar en la Eurocopa de Alemania.

placeholder Tsartas, en su etapa en el AEK. (Getty/Tim Wadele)
Tsartas, en su etapa en el AEK. (Getty/Tim Wadele)

P. Usted fue campeón de Europa en 2004. La fase de grupos fue muy dura: se enfrentaron a Portugal, Grecia y España.

R. Así es. Nadie esperaba que ganáramos el primer partido ante Portugal, la anfitriona. Todos esperaban una victoria fácil de los portugueses. A partir de ahí, empezaron a conocernos. Nosotros, sin embargo, no perdimos la cabeza. En realidad, nuestro objetivo era conseguir una victoria en el torneo. Grecia, hasta entonces, no había ganado nunca un partido en una fase final. Ese primer encuentro nos descargó mucho.

P. ¿De verdad que el objetivo era solo conseguir una victoria?

R. Era la tercera vez en la historia que participábamos en un gran torneo [las anteriores fueron la Eurocopa de 1980 y el Mundial de 1994]. Por tanto, teníamos que hacerlo mejor que nuestros predecesores.

P. Usted era indiscutible en ese equipo, pero en el torneo perdió la titularidad.

R. Todos los futbolistas quieren ser titulares, pero solo pueden jugar 11. La profesionalidad y la personalidad de cada jugador es lo que hace que estés preparado para cualquier oportunidad. Aunque no jugué ningún partido como titular, mi efectividad fue determinante en los encuentros en los que entré. Eso me hace sentir orgulloso e importante.

"No teníamos nada que perder en la final, demasiado habíamos hecho"

P. ¿Era de los que pedían explicaciones al entrenador cuando no jugaba?

R. Los entrenadores no hablaban tanto con los jugadores en aquellos años. En la actualidad, tienen más en cuenta a los futbolistas. Yo claro que pedía explicaciones a los técnicos, porque quería saber por qué no jugaba. El entrenador tiene que ser claro con el jugador, ya que es fundamental para el grupo.

P. ¿Les benefició ir de tapados en aquella Eurocopa?

R. ¡Claro! Nosotros éramos el mayor outsider en aquel torneo, para qué te voy a mentir. Es que no éramos ni habituales en ese tipo de torneos. Nos clasificamos como segundos de grupos y dejamos fuera a España.

P. ¿Cómo recuerda la final? Aquello fue un trauma tremendo en Portugal.

R. Nosotros no teníamos nada que perder, demasiado habíamos hecho. Habíamos logrado más de lo esperado. Ver a Grecia en una final de una Eurocopa… eso lo puedes esperar de Italia o de Francia. Si le decías a cualquiera antes del torneo que íbamos a jugar la final, te decía que estabas completamente loco.

placeholder Figo era el capitán de aquella Portugal. (Getty/Alex Livesey)
Figo era el capitán de aquella Portugal. (Getty/Alex Livesey)

P. Ocho años antes, en 1996, usted fichó por el Sevilla. ¿Cómo se dio aquello?

R. Un año antes, se aprobó la Ley Bosman, así que los europeos pasamos a ser jugadores comunitarios y se facilitaron los fichajes de los extranjeros. Hasta ese momento, había dificultades para que los futbolistas griegos llegáramos a una Liga como la española. Rosendo Cabezas fue fundamental para que yo llegara al Sevilla.

P. ¿Conocía Sevilla antes de venir?

R. Lo único que sabía es que Maradona había jugado en el 92. Tú eres joven, pero antes no existía internet y la información era muy limitada. Yo no sabía ni dónde estaba en el mapa. No le podía preguntar a los periodistas, porque se iban a extrañar. No querían llamar la atención y llevé el fichaje en secreto. La primera vez que vi Sevilla fue cuando aterricé.

P. ¿Qué tal la ciudad?

R. Maravillosa. Sin intención de menospreciar a otros lugares, no es lo mismo que te toque vivir en Sevilla que en Almendralejo. Al principio me costó adaptarme por el idioma y porque el fútbol era más rápido. Otra diferencia es que nosotros entrenábamos por la tarde y en España, por la mañana. A los dos meses de llegar, me quería volver a Grecia, porque yo me encontré un equipo que no era lo que esperaba.

"La etapa que me tocó vivir en Sevilla fue insoportable. Yo vi de todo allí"

P. ¿Cómo era ese Sevilla que peleaba por la permanencia?

R. La etapa que me tocó vivir en Sevilla fue insoportable. Soy muy agradecido con la gente que me quiere y que se acuerda de mí. Yo vi de todo en Sevilla: tuvimos 100 jugadores y siete entrenadores en cuatro años.

P. Sorprende que un futbolista de su clase se quedara en Segunda.

R. No era algo que a mí me hiciera gracia, pero tenía firmado un contrato y había que respetarlo y ayudar al equipo. Aunque el primer año en Segunda decidí quedarme para conseguir el ascenso, en el segundo tenía claro que quería irme. Estuve negociando con el Racing de Santander, con el que ya tenía un acuerdo. Pero el entrenador, Castro Santos, les dijo a los directivos que me dejaría ir si le traían a un futbolista igual. El club pensó que era complicado encontrar un jugador de mis características y dieron marcha atrás.

P. Allí coincidió con Monchi. ¿Se imaginó que luego sería director deportivo?

R. Cuando uno está jugando es complicado pensar en qué va a hacer un compañero cuando acabe su carrera. Primero fue delegado y luego se convirtió en el director deportivo. Hizo un buen trabajo y le dieron la oportunidad.

P. ¿Qué le costó más, dejar Sevilla o dejar el fútbol?

R. Todo tiene un final en la vida. Sabía que en un momento determinado me iría del Sevilla y en otro me tendría que retirar. Pero dejar el fútbol fue más complicado, porque era el trabajo que había hecho durante toda mi vida. Yo dejé mi huella en este deporte y por eso estoy contento. Cuando me retiré, entré en una rutina que no podía hacer antes porque estaba todo el día en viajes, entrenamientos…

"Llámame mejor en 10 minutos, por favor, que tengo ahora una llamada importante". Vassilis Tsartas (Alexandria, Grecia, 1972) nos hace el mismo quiebro que hacía a los defensas cuando todavía estaba en activo. Afortunadamente, no es una cobra y él mismo nos devuelve la llamada para charlar largo y tendido.

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