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La autoexpulsión de Lucas Ocampos frente al PSV condena al Sevilla en Europa (2-3)
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EN LA CHAMPIONS LEAGUE

La autoexpulsión de Lucas Ocampos frente al PSV condena al Sevilla en Europa (2-3)

Los sevillanos vencían con comodidad al rival hasta que el argentino recibió la segunda amarilla. Con este resultado, dicen adiós a la máxima competición continental

Foto: Lance del duelo de Champions. (EFE/Raúl Caro)
Lance del duelo de Champions. (EFE/Raúl Caro)

Jorge Valdano fue el que popularizó que el "fútbol es un estado de ánimo". Y nunca antes el Sevilla dependía tanto de una victoria para espantar viejos fantasmas que no hacía tanto que merodeaban por el Sánchez Pizjuán. Los goles de Youssef En-Nesyri y de Sergio Ramos no fueron suficientes para que los andaluces vencieran al PSV (2-3), que remontaron el 2-0 inicial de los locales. Con esta derrota dicen adiós a la Champions, aunque todavía hay opciones de que jueguen la Europa League.

El Sevilla fue un equipo serio por primera vez desde que llegó Diego Alonso, con claras características uruguayas. Si no se han enfrentado nunca a ellos, ni siquiera en partidos de barrio, no lo entenderán. Apretar a los holandeses fue la idea inicial y no varió en todo el partido. Quizá los neerlandeses estuvieran sorprendidos por el clima sevillano. No todos los fríos son iguales.

La vieja guardia se encargó de descorchar el partido y evitar los nervios. De Rakitic a Ramos y a soñar. El defensa remató el centro de su compañero y así consiguió el Sevilla la ventaja en los primeros diez minutos. Es una conexión sevillana, por más que el croata no naciera en Andalucía, aunque se haya empapado bien de la tradición y de las costumbres. Es uno más de Nervión desde hace tiempo.

El PSV se acercó a la portería de Dmitrovic, aunque sin gran peligro. Hay noches en las que todo sale de cara, por eso fue positivo no recibir peligro en una defensa acostumbrada a ser de verbena. No es poco. Jesús Navas se lanzó al suelo y apuntaba a lesión. Iba a ser un drama, porque el capitán es uno de los pocos jugadores en forma del equipo.

placeholder Ramos marcó el primer gol del Sevilla. (Reuters/Marcelo del Pozo)
Ramos marcó el primer gol del Sevilla. (Reuters/Marcelo del Pozo)

La jugada de En-Nesyri

Sow consiguió el segundo poco antes de la media hora, pero el gol fue anulado. La celebración de Diego Alonso rozó el éxtasis, consciente de todo lo que se juega. Es difícil trabajar cuando no hay una noticia positiva, más todavía cuando el banquillo del Pizjuán se ha convertido en una silla eléctrica. No hay entrenador que llegue tranquilo a Sevilla. Ni José Luis Mendilibar, despedido por la puerta de atrás a pesar de haber ganado la séptima Europa League de la historia del club.

El segundo tiempo empezó con la misma imagen del Sevilla. Conocedor de sus limitaciones, aprovechó sus virtudes. La rapidez de En-Nesyri, al que a veces se le hace de noche cuando remata con los pies, fue fundamental para aumentar la ventaja. En el primer minuto batió a Benítez en un mano a mano. Nunca es tarde si la dicha es buena. Todo apuntaba a que sería la primera noche mágica de Diego Alonso en Nervión.

placeholder Ocampos fue expulsado por doble amarilla. (Reuters/Marcelo del Pozo)
Ocampos fue expulsado por doble amarilla. (Reuters/Marcelo del Pozo)

El error de Ocampos

Las piedras, sin embargo, aparecen en el camino sin necesidad de preguntar. O cuando uno menos las espera. El tropezón del Sevilla fue la autoexpulsión de Lucas Ocampos, que cometió un error de un benjamín en un partido serio de adultos. El argentino recibió dos amarillas en cuestión de cinco segundos y el encuentro cambió por completo.

El PSV, para más inri, recortó distancias por medio de Ismael Saibari. Ahí empezó un calvario para el que no parecía que hubiera fin. El Sevilla no cruzó el centro del campo en los últimos 20 minutos. Parecía que su resistencia, además de la seguridad de Dmitrovic, bastarían para que los andaluces siguieran vivos en Europa. Era una pura cuestión de supervivencia.

El gol de Gudelj en propia puerta, no obstante, acrecentó todavía más los males del Sevilla. El asedio del PSV siguió y Ricardo Pepi logró el tercer gol y, por tanto, la remontada. El futuro europeo del Sevilla pende de un hilo, también el de Diego Alonso. Nunca hay una semana tranquila en Nervión.

Jorge Valdano fue el que popularizó que el "fútbol es un estado de ánimo". Y nunca antes el Sevilla dependía tanto de una victoria para espantar viejos fantasmas que no hacía tanto que merodeaban por el Sánchez Pizjuán. Los goles de Youssef En-Nesyri y de Sergio Ramos no fueron suficientes para que los andaluces vencieran al PSV (2-3), que remontaron el 2-0 inicial de los locales. Con esta derrota dicen adiós a la Champions, aunque todavía hay opciones de que jueguen la Europa League.

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