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Si el fútbol español no da dinero, ¿por qué hay fondos extranjeros comprando clubes pequeños?
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El jefe de Messi es la esperanza del Zaragoza

Si el fútbol español no da dinero, ¿por qué hay fondos extranjeros comprando clubes pequeños?

Mientras la liga española parece no ser capaz de pelear con el resto de grandes en músculo financiero, cada vez más clubes humildes tienen como propietarios a grandes inversores de fuera de nuestras fronteras que huelen el negocio

Foto: Jorge Mas, nuevo dueño del Zaragoza y del Inter de Miami. (EFE/Javier Belver)
Jorge Mas, nuevo dueño del Zaragoza y del Inter de Miami. (EFE/Javier Belver)
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Después de tres jornadas disputadas, entre la primera y la segunda división del fútbol español, solo hay un club que haya ganado todos sus partidos sin encajar un solo gol. No es el Real Madrid, ni el Barcelona, ni tampoco ninguno de los equipos que descendieron el año pasado. Es el Real Zaragoza. Un clásico, sí, pero que lleva 11 años pululando por la categoría de plata rozando la desaparición y con más penas que alegrías. Ahora, ha conseguido rearmarse y suena como claro favorito para el ascenso. Un cambio radical que tiene como actor principal a uno de los culpables de que Leo Messi esté jugando en Estados Unidos. Y es un ejemplo de cómo el nuevo negocio del fútbol se ha metido de lleno en las categorías humildes del balompié español.

Tras el renovado Zaragoza está su nuevo dueño, Jorge Mas, un empresario de Florida con orígenes cubanos que tiene también el 90% de las acciones del Inter de Miami de Leo Messi. Él y otros grandes inversores del país americano, como el fondo Amber Capital (dueños de Prisa), llegaron a la entidad maña en el verano de 2022 y han convertido un equipo a la deriva en un claro aspirante a llegar a primera división. No fue fácil, el club llevaba años de problemas y eso se tradujo en que mientras el equipo intentaba salvar la categoría, los nuevos inversores necesitaron invertir más de 20 millones de euros para sanear el club y ponerlo donde está ahora. ¿Qué hacen grandes inversores internacionales metiendo dinero en la deuda de un club español que lucha por no dejar el fútbol profesional? Lo cierto es que puede ser un gran negocio y estos estadounidenses no son los únicos que lo han olido.

Foto: Adidas confía en que Messi le permita crecer con el fútbol en Estados Unidos. (Foto: Adidas)

"Es un fenómeno que empezó sobre todo con la pandemia. Los clubes humildes lo pasaron muy mal en ese tiempo para sobrevivir y tuvieron que endeudarse y esquilmar sus arcas. Claro, esa deuda en muchos casos no se podía pagar y muchos dueños tuvieron que poner incluso parte de su patrimonio personal para que el club no quebrase. Con la recuperación, los inversores vieron una oportunidad de negocio ahí. Ha pasado en otros países y también ha llegado al fútbol español", explica Jabier Izquierdo, uno de los responsables del portal especializado en la industria del deporte 2Playbook y gran conocedor de la industria del deporte en nuestro país. "Es llamativo el interés por los clubes pequeños, pero es lógico. Con poco más que pagar la deuda y hacerse cargo de la entidad, podían coger equipos y montar una estrategia para intentar rentabilizar su apuesta con un ascenso en poco tiempo", añade.

En los últimos años, los problemas de los grandes clubes españoles para cerrar grandes fichajes o competir con ligas como la inglesa en músculo financiero han llevado a ver el negocio del fútbol español como una industria en apuros. Pero los movimientos de estos inversores muestran que la realidad no es tan simple. Mientras equipos de primera división sufren para competir, cada vez más fondos y empresarios de todo el mundo llegan a entidades de segunda división y 1ª RFEF con dinero sobre la mesa. A día de hoy, 10 de los 22 equipos de segunda división están en manos de capital extranjero, con procedencias que van desde Estados Unidos a Argentina, pasando por Brasil o China. En 1ª RFEF, las cifras no llegan tan lejos, pero ya hay más de cinco clubes que cuentan con dueños foráneos.

En ambas categorías, hay estrenos para esta temporada. En el tercer escalón, llega capital estadounidense al Algeciras (vendido por unos dos millones por el dueño del club de baloncesto San Pablo de Burgos), en segunda, los nuevos son los jefes del Racing de Santander, que cuentan con capital argentino para intentar devolver el equipo a La Liga tras años duros en categorías inferiores. Todos ellos siguen el ejemplo de otros inversores que llevan años asentados, como el CD Castellón, de propietario estadounidense, o el Numancia, que se mueve bajo la batuta de empresarios ecuatorianos.

placeholder Bob Voulgaris, dueño del CD Castellón. Se hizo rico con el póker y las apuestas y fue inversor de los Dallas Mavericks. (CD Castellón)
Bob Voulgaris, dueño del CD Castellón. Se hizo rico con el póker y las apuestas y fue inversor de los Dallas Mavericks. (CD Castellón)

El fenómeno del dinero en el fútbol modesto crece si se incluyen en la lista grandes capitales patrios que se han hecho con clubes en los últimos tiempos. Casos como el del propio Eldense o el del Real Avilés Industrial son una buena muestra, y también están los casos de recién llegados como el Intercity o el Real Unión, comprado por Unai Emery. Un caso para ver cómo ha crecido esta idea de negocio es el del Leganés. Gestionado durante las últimas décadas por el empresario Felipe Moreno y Victoria Pavón, que consiguieron llevar el equipo a la primera categoría, lo vendieron al fondo estadounidense Blue Crow Sports en 2022 por 40 millones. Ahora, el propio Moreno ha decidido hacerse con el Real Murcia con la idea de iniciar un proyecto similar y se ha convertido en uno de los gallos de la tercera categoría.

"Creo que es un caso paradigmático que muestra bien cómo ha evolucionado este negocio. Que se vendiese un club como el Leganés por esos millones muestra que los equipos humildes ya tienen un valor incluso en segunda que antes no tenían. Sorprendió la cantidad. Y que haya decidido enfrascarse en otra aventura similar es un ejemplo de la profesionalización de estos negocios. Una profesionalización que, hay que decirlo, va poco a poco, sigue habiendo casos de equipos que desaparecen o quiebran, pero se está viendo", comenta Izquierdo. El inversor ha visto claramente una oportunidad en estas categorías, pero ¿dónde está su rentabilidad?

El sueño del PC Fútbol sin ser un videojuego

Todos estos grandes capitales tienen que hacer inversiones importantes para poder poner en marcha los clubes, y se ha visto que no cuesta que lo hagan, pero ¿cuándo esperan recuperar la inversión? Una apuesta de ese tipo en un equipo de 1ª RFEF modesto (hay que quitar de en medio proyectos como el Deportivo de la Coruña o los filiales) necesita de un buen aval y tiene bastantes riesgos. "De media, hemos calculado que un club en esta categoría pierde al año un millón de euros. Son deficitarios y viven mucho de los patrocinadores, porque por televisión es difícil sacar más de unos 250.000 euros al año. Por eso, hay que tener claro el plan y con qué dinero se cuenta", comenta Izquierdo. Sin embargo, asegura, si con la estrategia consigues dar el gran salto del ascenso, es posible rentabilizar lo apostado en poco tiempo. "Pasas de cobrar muy poco por derechos televisivos a superar los cinco millones. Es un cambio muy importante que te da margen para ver siguientes pasos", detalla.

La estrategia de estos inversores es clara. Viendo los relevantes precios que ya se manejan por clubes de primera y segunda, han encontrado un reclamo interesante en clubes humildes que estén en la cuerda floja de segunda división o directamente vivan inmersos en el fútbol no profesional. El precio que se paga para hacerse con el accionariado no es muy alto y, si no se tiene una gran estructura, se puede dedicar gran parte del dinero invertido a crear una plantilla fuerte que te lleve al ascenso y sacar beneficios. "Para grandes capitales, puede ser un riesgo más que asumible y tienen músculo para intentar el ascenso algunos años", detalla Izquierdo.

placeholder Partido amistoso entre Millonarios y Zaragoza en La Romareda. Ambos clubes comparten inversores. (EFE)
Partido amistoso entre Millonarios y Zaragoza en La Romareda. Ambos clubes comparten inversores. (EFE)

Otra pieza clave aquí es el control financiero. Prácticamente inexistente en la categoría, más allá de avales, cada inversor puede gastar lo que considere oportuno en su equipo, como si de un videojuego se tratase. Es un tema polémico, que ha llevado a verdaderas luchas en el interior de la Real Federación Española de Fútbol, pero que, de momento, sin acuerdos claros, beneficia a los grandes capitales. Con músculo financiero es posible montar un equipo muy por encima del resto. Y no solo eso, es que puedes reventar el mercado para tus adversarios, que es algo de lo que ya se han quejado muchos clubes pequeños. "Los fichajes se han encarecido mucho, y sin un control el que más tiene se lleva el gato al agua".

A falta de ver cómo evoluciona el papel de esta inversión extranjera en los clubes de menos categoría, queda claro que las ligas españolas no son ajenas a los nuevos negocios del fútbol. En la tercera categoría hay incluso dinero árabe como el que lidera el proyecto del Córdoba CF (el dueño es un importante magnate de Baréin) y ya se ha metido de lleno en el último fenómeno que hace tambalear el fútbol europeo: los multiclubes. Estas grandes fortunas internacionales han empezado a colonizar todo el continente comprando un club tras otro en busca de construir holdings aprovechando las necesidades monetarias del fútbol modesto. En esas estrategias podríamos incluir al propio Zaragoza (Amber Capital es el dueño del Lens, por ejemplo) al Oviedo con el grupo mexicano Pachuca o al Alcorcón, recién ascendido a segunda y cuyo dueño tiene inversiones en Crystal Palace inglés o en el Augsburgo alemán.

Frente a la idea de la Superliga con unos pocos clubes hegemónicos, se empieza a implantar la idea de unos pocos dueños hegemónicos con muchos clubes.

Después de tres jornadas disputadas, entre la primera y la segunda división del fútbol español, solo hay un club que haya ganado todos sus partidos sin encajar un solo gol. No es el Real Madrid, ni el Barcelona, ni tampoco ninguno de los equipos que descendieron el año pasado. Es el Real Zaragoza. Un clásico, sí, pero que lleva 11 años pululando por la categoría de plata rozando la desaparición y con más penas que alegrías. Ahora, ha conseguido rearmarse y suena como claro favorito para el ascenso. Un cambio radical que tiene como actor principal a uno de los culpables de que Leo Messi esté jugando en Estados Unidos. Y es un ejemplo de cómo el nuevo negocio del fútbol se ha metido de lleno en las categorías humildes del balompié español.

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