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El misterioso empresario tras el Eldense que quiere ser como los presidentes de los 90
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PASCUAL PÉREZ, DUEÑO DE FINETWORK

El misterioso empresario tras el Eldense que quiere ser como los presidentes de los 90

Ha hecho dinero con un negocio en el que la mayoría pierde o empata y planea levantar un estadio en Elda con capacidad para 18.000 espectadores

Foto: Pascual Pérez, a la derecha, junto al piloto Fernando Alonso. (Finetwork)
Pascual Pérez, a la derecha, junto al piloto Fernando Alonso. (Finetwork)
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Cuentan sus biógrafos que la primera vez que Jesús Gil comió con Ramón Mendoza le puso las cartas sobre la mesa. "Mira, a mí el fútbol, ni me gusta, ni lo entiendo", le dijo Gil, "pero de lo que sí sé, como tú, es de negocios. Y alrededor del fútbol hay negocios y hay pasiones, que también son buenas para los negocios". Aquel almuerzo fue el germen de un fenómeno que se extendería a lo largo de veinte años: el de los apretones de mano en el palco y los chanchullos escondidos tras el escudo de un club. Ya sabe cómo acabó todo aquello.

Treinta años después, pese a los esfuerzos que se han hecho para garantizar cierta limpieza en el fútbol, sigue habiendo noticias que hacen levantar una ceja a aquellos que vivieron la época del desenfreno. En febrero, el Eldense, que se juega esta noche el ascenso a segunda división contra el Castilla, anunció el proyecto para la construcción de un nuevo estadio con capacidad para 18.000 espectadores, nada menos que el 34% de la población de Elda.

El salto entre lo que hay y lo que se va a construir, como puede comprobar en las imágenes inferiores, da qué pensar.

placeholder Actual aspecto del campo del Eldense. (Eldense)
Actual aspecto del campo del Eldense. (Eldense)
placeholder El proyecto que ha aprobado el ayuntamiento de Elda. (Eldense)
El proyecto que ha aprobado el ayuntamiento de Elda. (Eldense)

¿Qué ha sucedido para que un club semiprofesional con 1.600 abonados se plantee este futuro megalómano? Una sola cosa: Pascual Pérez Castillo.

Hace seis años, el Eldense estuvo a punto de desaparecer por un escándalo. Sucedió a final de temporada, cuando el equipo afrontaba las últimas jornadas de la 2ª B sin opciones de permanencia. En una visita al Barcelona B, los alicantinos recibieron un contundente 12-0 mientras arrastraban los pies por el césped. Incluso los jugadores azulgranas, consumada la media docena, empezaron a intercambiarse miradas de asombro. El asunto acabó con el Eldense en Tercera División, más de media plantilla despedida y una investigación internacional con la 'Ndrangheta calabresa implicada en una trama de apuestas.

El club siguió adelante en los huesos, lastrado por una deuda mayor que su presupuesto anual que amenazaba la viabilidad del club a corto plazo. En este contexto apareció, a comienzos de 2020, el empresario Pascual Pérez. Dueño de Finetwork, un proveedor de internet popular en la costa levantina, se hizo con todas las acciones del Eldense a cambio de liquidar la deuda, estimada en 250.000 euros.

Desde entonces, ha convertido el club en sociedad anónima, luce uno de los mayores presupuestos de su categoría, le regala los viajes fuera a los aficionados y está a punto de consumar su segundo ascenso en tres años. ¿Su fórmula? Gastar mucho dinero sin acercarse a un micrófono.

El presidente mudo

En torno a Pascual Pérez todo son preguntas. Apenas tiene fotos públicas, nunca ha concedido una entrevista, ni siquiera se ha dejado grabar por una cámara. Factura casi 100 millones de euros con Finetwork y despacha con Fernando Alonso o Alejandro Sanz, pero en su Elda natal muchos no le ponen cara. A la gente de su entorno siempre le recuerda, con tacto, que prefiere que no se hagan comentarios sobre él. Lo consigue solo en parte: "El Pascu es un tío de toda la vida de Elda. Un chaval al que le gustaban los ordenadores, un friki que dice mi hijo, que no se ha dejado ver mucho por aquí. Se fue a Estados Unidos unos años y ahora ha vuelto, ha montado Finetwork y es el tío más rico de Elda. Eso es lo que te puedo decir", relata un veterano peñista del Eldense. "Si quieres te puedo contar lo bien que va el equipo y la ilusión que hay por subir a Segunda, pero detalles personales de Pascu no te voy a dar".

Según la versión que comparte la mayoría, Pascual Pérez, de 47 años, es un genio de las matemáticas que pasó su juventud trabajando en el campo, en la explotación familiar, mientras por las noches aprendía informática en la tienda del pueblo. Sostienen varias fuentes que es tal su pericia con los números, que incluso es capaz de programar en código máquina, con unos y ceros, un ejercicio que requiere de una memoria y una concentración prodigiosos. Estas mismas fuentes, que beben del relato de Pérez y su familia, indican que el empresario pasó "más de cinco años" trabajando para Apple en Silicon Valley, después de haber recibido una oferta irrechazable de la manzana mordida. Ninguna de las fuentes acierta a explicar a qué se dedicaba Pascu, sin formación universitaria, en la mayor empresa del mundo, tan solo que regresó a España con una pequeña fortuna en el zurrón.

placeholder El piloto Pedro Acosta, junto a Pérez. (Finetwork)
El piloto Pedro Acosta, junto a Pérez. (Finetwork)

Tampoco sabe nadie en qué empleó Pérez durante los veinte años que transcurrieron entre su incorporación al mundo laboral y su paso por Cupertino. Este periódico ha intentado ponerse en contacto con él a través de Finetwork sin recibir respuesta.

Donde sí ha dejado rastro es en el Registro Mercantil, que lo dibuja como un empresario más del sector industrial alicantino que, de súbito, se topó con el éxito. Su primera aventura empresarial se llama Futurtacón, una empresa que fundó en 2002 y se dedicaba a la fabricación de plásticos para zapatos. Futurtacón nunca tuvo buenas cifras y terminó por quebrar diez años después. En 2011 se lanzó con Uve 48 Original System, que también tiene por objeto la fabricación de plásticos y químicos en Petrer, localidad aledaña a Elda. La mercantil no cuenta con página web ni ha presentado cuentas en sus doce años de vida, además de tener la sede social en una zona de chalés.

Poco después se embarcó, junto a otro socio, en Newatt Corporation, dedicada a la pintura industrial, que entró en concurso de acreedores en 2018 tras sucesivas ampliaciones de capital. En 2012, el único ejercicio en el que se presentaron cuentas, Newatt registró una cifra de negocio de cero, con unas pérdidas de 300.000 euros.

La trayectoria empresarial de Pascual Pérez está jalonada por quiebras y negocios fallidos

En 2014 arranca Eternatur Colchones que, como bien ha inferido, se dedica a vender colchones y canapés. Tampoco fue bien. No hay registros de ventas, solo que su imagen de marca fue Bertín Osborne y que Pascu tuvo que echar el cierre en 2020. Ese mismo año dio el salto a otro sector creando una consultora de nuevas tecnologías, muy en boga por esa época, llamada Atomic Internet. En su web aún pueden leerse frases como The best way to predict your future is to create it que erizarían los vellos de cualquier inversor. ¿Adivina? Fue mal. Cuatro años, dos ampliaciones de capital y a la quiebra.

Y de repente, el éxito. El 17 de junio de 2015, Pascual Pérez funda Wewi Mobile, la matriz de Finetwork. Se trata de un operador de telefonía al uso, sin infraestructura propia, que ha disparado su cifra de negocio sin que nadie se explique muy bien por qué. Uno de sus competidores define así su negocio: "Es una OMV (operador móvil virtual) como cualquier otro. Está haciendo ofertas agresivas, dentro de lo que llamamos el hard low cost, y tiene cierta expansión en Comunidad Valenciana, pero sin duda tiene más fama que negocio. Finetwork está empleando muchos recursos en mostrar su marca en el deporte, una estrategia que parece le está saliendo bien, pero que veremos cómo acaba".

El mecenas del deporte

Hasta 2019, Finetwork era una operadora macarra, enfocada a los jóvenes sin dinero, que apenas gastaba en publicidad. Sus comunicaciones se limitaban a hilos de Forocoches en los que se hacían concursos y ofertas flash. Todo cambió con la llegada de su nuevo CEO, Manuel Hernández, ex director de Orange España, a finales del año. Finetwork estaba facturando 16 millones, pero su beneficio era de unos raquíticos 300.000 euros. Había que crecer y había que hacerlo rápido.

Tres meses después, Finetwork alcanzó un acuerdo de patrocinio con la Federación Española de Baloncesto. Fuentes federativas recuerdan así el episodio: "Pascual se puso en contacto con nosotros para ofrecernos el negocio. Las cifras eran interesantes, pero no sabíamos qué era Finetwork, de modo que pedimos una reunión con él. La imagen que nos dio fue la de una persona muy peculiar, un genio de la informática y las matemáticas, que también es un apasionado del deporte. Firmamos el acuerdo y el tiempo creo que nos ha dado la razón".

En agosto, Pérez y sus 300.000 euros de beneficio se plantaron en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas para extender su red de patrocinio a la Selección de Fútbol... ocupando el hueco que dejaba CaixaBank como sponsor premium. Un patrocinio que no ha gustado entre los demás presidentes del fútbol español, que ven un conflicto de interese en el hecho de que el dueño del Eldense sea el principal socio comercial de la Federación, que organiza las competiciones que están por debajo de la segunda división y también elige a los árbitros.

Después vendrían Fernando Alonso, el Betis, Ibai Llanos, la Real Sociedad e incluso el equipo Aston Martin de F1. Si pone la televisión un domingo, las posibilidades de que no vea algún patrocinio de Finetwork tienden a cero.

Esta lluvia de millones parece estar funcionando. Sus ventas se dispararon un 91% en 2021 hasta los 93 millones —las previsiones internas predecían por encima de los 110—, si bien la fuerte inversión en marketing ha ahogado el ebitda, que cae hasta los 4,2 millones. Además, el auditor constató en su informe que Finetwork ha más que duplicado su deuda, pasando de 10 millones a 23 en solo doce meses.

Finetwork está captando rápidamente clientes, pero su rentabilidad se ha desplomado

En el sector ven clara la intención de Pérez con Finetwork, más cercana a un presidente de los 90 que a la de un genio de Silicon Valley: "Es una estrategia clásica que pasa por captar rápidamente una cartera de clientes, aunque paguen muy poco, para después venderle la empresa a un tercero cuyo objetivo será, sin ninguna duda, incrementar precios y mejorar la rentabilidad". No obstante, fuentes del sector advierten de los riesgos de centrar la estrategia en bajar precios, ya que los usuarios son menos rentables y los más proclives a fallar en los pagos. Al respecto, varios mencionan el caso de Avatel que, con una facturación que triplica a la Finetwork, está teniendo problemas para encontrar inversores de alto nivel.

"La pelea por ser el sexto o séptimo operador es muy dura y nunca sabes cómo vas a salir parado", explican estas fuentes.

Por tanto, es difícil saber de dónde procede la fortuna de Pascual Pérez para invertir tanto dinero en el Eldense. Según los datos del Registro, Finetwork solo le ha proporcionado seis millones de euros de beneficio en casi una década, mientras que en algunas entrevistas se ha mencionado que tiene patentes registradas que le estarían rentando. Este periódico solo ha podido encontrar a su nombre el registro de la marca Finetwork.

Cuentan sus biógrafos que la primera vez que Jesús Gil comió con Ramón Mendoza le puso las cartas sobre la mesa. "Mira, a mí el fútbol, ni me gusta, ni lo entiendo", le dijo Gil, "pero de lo que sí sé, como tú, es de negocios. Y alrededor del fútbol hay negocios y hay pasiones, que también son buenas para los negocios". Aquel almuerzo fue el germen de un fenómeno que se extendería a lo largo de veinte años: el de los apretones de mano en el palco y los chanchullos escondidos tras el escudo de un club. Ya sabe cómo acabó todo aquello.

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