Los cabos sueltos de la UEFA en el caso Osasuna y una milonga que no cuela en Pamplona

Hay una anécdota muy recurrente en el mundo del marketing protagonizada por un hombre que, desesperado, no lograba solucionar los problemas de su Rolls-Royce. Como en España no había un servicio oficial de la lujosa marca británica, y ningún taller se lo arreglaba, contactó con la central en Londres. Para su sorpresa, no solo le atendieron, sino que le aseguraron que en breve le enviarían a alguien para que revisara su vehículo. Y dicho y hecho. "Señor, ¡los Rolls-Royce jamás se estropean!", cuentan que respondió el mecánico llegado desde Inglaterra cuando su aliviado cliente le preguntó cuánto le debía por la reparación.

Pues bien, según los expertos, algo así es lo que ha hecho la UEFA con Osasuna. Tras sondear al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y ver que tenían el caso perdido, lo que hizo el máximo organismo del fútbol europeo fue allanarse —que en lenguaje jurídico significa aceptar que el demandante tiene razón— y disimular hablando de una especie de transacción, es decir, un pacto. De ahí que la UEFA haya abierto otro procedimiento disciplinario al club navarro por acudir a la justicia ordinaria, el cual no afecta a su participación continental, al tiempo que Osasuna ya ha anunciado que aceptará la penalización que le imponga, no presentará recurso y se compromete a no elevar a la justicia ordinaria cuestiones del ámbito deportivo.

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"Tendremos que celebrarlo otra vez". Así de eufórico recibió Jagoba Arrasate la noticia de que su equipo jugará la próxima edición de la Conference League. Una competición para la que los rojillos se clasificaron en el terreno de juego, si bien una presunta mano negra intentó impedírselo, ya fuera para auxiliar a diestros o beneficiar a siniestros. "Coge fuerza la teoría de que hay denuncia. Es prácticamente imposible saberlo, pero el club cree que un tercero ha sido quien ha denunciado", llegaron a señalar medios navarros, mientras los aficionados empezaban a hacerse a la idea de que el sueño europeo se esfumaba.

Sin embargo, y haciendo bueno aquello de que "Osasuna nunca se rinde", en los despachos de El Sadar también han logrado la clasificación europea, pues, como es sabido, el mencionado TAS aceptó las pruebas que aportaron en su defensa, lo que, como ya hemos comentado, llevó a la UEFA a levantarle el castigo. De este modo, mientras los mismos que fueron acusados de "dedicarse únicamente a seguir enfangando el terreno", intentaban colar lo mucho que había influido su cabeza visible en el giro de los acontecimientos, la campaña del "fuerte con los débiles y débil con los fuertes" surtía el efecto esperado y ponía a todos en su sitio.

A diferencia de lo que sucedió cuando se filtró que el máximo organismo del fútbol europeo investigaba a Osasuna y posteriormente que sus inspectores aconsejaban la expulsión de los rojillos de la Conference League, curiosamente en ambos casos en medios catalanes, al tiempo que los bilbaínos se frotaban las manos, esta vez fue el propio club navarro quien informó de que "la UEFA ha concluido que Osasuna fue víctima de los hechos acontecidos hace casi una década y ha valorado la iniciativa que llevó a cabo la institución para esclarecerlos". ¿Recuerdan lo del rabo entre las piernas? Pues eso.

Lo cierto es que el presidente rojillo lo avisó desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona, justo antes de lanzar el txupinazo con el que se dio inicio a las fiestas de los Sanfermines 2023. "¡No nos rendiremos! ¡Aupa Osasuna!", exclamó Luis Sabalza, quien siempre confió en que triunfara la justicia pese a tener todo, menos la razón, en contra. Expertos en derecho deportivo como Jorge Vaquero acertaron cuando dijeron que "era muy difícil que la UEFA se desmarcara de la decisión de los inspectores", si bien erraron en el desenlace final. "Atendiendo a casos similares en otras ligas, no puedo ser positivo", vaticinó en los micrófonos de la Cadena Cope. Por su parte, desde Iusport, defendieron desde el primer momento la improcedencia de sancionar a Osasuna y expusieron los argumentos por los que la UEFA debía apartarse de la propuesta de sus inspectores.

El papel estelar de Fran Canal

Entre medias, el director general de Osasuna, Fran Canal, llegó a ser acusado desde la RFEF de "defender los intereses de Tebas por delante de los de Osasuna", de ahí que su club no tardara en responder con dureza a través de un comunicado. Además de calificar estas acusaciones de "infantiles", aprovechó para exponer que "al contrario de lo que claramente desea la RFEF, Osasuna no se va a dejar utilizar en su particular guerra contra LaLiga". Y añadió: "Resulta del todo mezquino que, ante la sanción de la UEFA a uno de los clubes que forman parte de la RFEF, al máximo organismo del fútbol español le importe poco o nada nuestra situación".

El citado Fran Canal, que aprovechó la comparecencia de prensa junto a Sabalza para anunciar que continuará en el club navarro y de esta forma rechazar la oferta que le hizo el Celta, no solo ha retratado a la UEFA, sino que en el camino tampoco ha dudado en plantar cara a quienes intentaron ponerle en entredicho. "Demuestra la bajeza de las personas que en estos momentos están al frente de la RFEF y cuyas consecuencias, lamentablemente, tiene que sufrir todo el fútbol español", podía leerse en el mencionado comunicado de Osasuna que, aun sin su rúbrica, llevaba la firma del gallego.

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Conclusión: como los Rolls-Royce, la UEFA siempre queda por encima, aunque son muchos los cabos que han quedado sueltos en este caso. Claro que tampoco se puede esperar mucho de un organismo que se permite licencias como tener y mantener a Jacinto Alonso, presidente de la Federación Riojana de Fútbol y del Comité de Responsabilidad Social Corporativa de la RFEF, como miembro del Comité de Fair Play y Responsabilidad Social. Sí, el mismo Jacinto Alonso que, según un informe que instruye el caso Soule, fue acusado por la Guardia Civil de cobrar 600.000 euros en comisiones a cambio de gestionar pólizas de seguros de la RFEF. Sigan, sigan, que diría un árbitro…