Rolls-Royce Spectre: posiblemente, el primer eléctrico que sus clientes no encontrarán caro

La casi total ausencia de vehículos eléctricos de pequeño tamaño en el mercado europeo tiene su principal explicación, según los expertos, en que el diferencial de precio que supone la presencia en su mecánica de una cara batería de propulsión incrementa el precio del conjunto en un porcentaje tan alto que hace hoy inviable, o poco probable, la venta masiva y rentable de ese modelo, llegando prácticamente a multiplicar por dos la factura del vehículo en comparación con un utilitario de gasolina.

Como la diferencia de precio entre un modelo con motor de combustión (gasolina o diésel) y su equivalente eléctrico se mantiene o crece muy poco a medida que aumenta el tamaño del coche, la diferencia porcentual va decreciendo, hasta llegar a un punto, ya con modelos de gran formato, en el que la distancia entre versión de combustión y versión eléctrica puede ser casi despreciada por el cliente, que elegirá entre uno y otro no tanto por el precio, sino por cómo se adapta cada tecnología de propulsión a sus necesidades.

Es por eso que muchas marcas empezaron su aventura eléctrica definitiva por modelos de cierto porte, como el Jaguar I-Pace, el Audi e-tron, el Mercedes-Benz EQC o el Mustang Mach-E. Caros todos, de acuerdo, pero no mucho más de lo que costarían si equipasen mecánicas de combustión.

Y si damos ese principio por correcto, a medida que escalemos y vayamos a vehículos más grandes y más potentes, un eléctrico debería ser y parecer menos caro. Mercedes-Benz EQS y EQS SUV, BMW i7, Porsche Taycan, Audi e-tron GT, Maserati GranTurismo Folgore... la aparición de supereléctricos de altos vuelos no ha hecho más que arrancar, aunque ahora llegamos a un punto y aparte en el sector del automóvil, porque es la exclusiva Rolls-Royce la que desvela su primer modelo 100% eléctrico, el Spectre, y aunque la firma británica propiedad de BMW Group no ha hecho público su precio, podríamos estar ante el primer eléctrico que no encontrarán caro sus selectos clientes, más que acostumbrados a facturas estratosféricas.

Un Rolls-Royce Spectre que recibirán sus primeros compradores en el cuarto trimestre del próximo año, y que llenará en ese momento el hueco dejado en la gama por el Phantom Coupé. Porque estamos ante un majestuoso cupé de dos puertas y cuatro plazas cuya longitud se va a 5.453 milímetros, de modo que es más largo que un Audi A8, un BMW Serie 7 o un Mercedes-Benz Clase S. Generosa es también la anchura, de 2.080 milímetros, y aunque en la vista lateral aparenta ser afilado, la altura es de 1.559 milímetros, tanto como un SUV urbano al estilo del Hyundai Kona. Con semejante porte, no extraña que necesite 12,7 metros para dar un giro completo o que el conjunto ronde en la báscula las tres toneladas, pues pesa exactamente 2.975 kilos.

Para mover el Spectre se recurre a una mecánica en consonancia, pero de la que conocemos por ahora pocos detalles. Por ejemplo, que rinde 430 kW de potencia (585 CV) y 900 Nm de par máximo, y que esas cifras se traducen en una aceleración de cero a 100 km/h en 4,5 segundos. Rolls-Royce tampoco ha explicado cuál es la capacidad de la batería, pero sí que la autonomía media estimada es de 520 kilómetros, de acuerdo con el ciclo WLTP. En ese apartado, llama la atención que el consumo anunciado sea de solo 21,5 kWh/100 km, y a ello contribuye sin duda que el Spectre sea el Rolls-Royce más aerodinámico de la historia: índice de penetración Cx de 0,25. Es el fruto de las 830 horas invertidas en el túnel de viento, donde se ha modelado cada parte del vehículo, desde las enormes llantas de 23 pulgadas hasta el emblema del ‘Espíritu del Éxtasis’ que remata la parrilla frontal, iluminada interiormente mediante 22 diodos led.

Y es que el Spectre supone un punto de inflexión para la firma de Goodwood en muchas cuestiones: el primer eléctrico, el más aerodinámico... Y también el vehículo más robusto jamás producido por la marca, pues el uso de secciones de aluminio extruido en la carrocería y la integración de la batería en el suelo de la estructura consiguen que sea un 30% más rígido que el mejor Rolls hasta la fecha en ese punto.

El equivalente a 400 años de uso

Porque la firma inglesa, obligada por la normativa europea y por otras similares que van surgiendo en distintas zonas del mundo, protagoniza un gran salto tecnológico hacia la electromovilidad, y no quería riesgos. De ahí, por ejemplo, que el Spectre vaya a sumar más de 2,5 millones de kilómetros de pruebas hasta su lanzamiento a finales de 2023, lo que según la marca equivale a 400 años de uso. Y es solo el comienzo, porque la firma británica ya está desarrollando otros modelos también eléctricos, pues para 2030 esperan que toda su gama esté formada por vehículos de batería, cumpliéndose la profecía de Charles Stewart Rolls, cofundador de Rolls-Royce, que en 1900 veía un futuro con automóviles eléctricos: “El coche eléctrico es perfectamente silencioso y limpio, no hay olor ni vibración, y ellos llegarán a ser muy útiles cuando puedan asegurarse las estaciones de recarga”, opinaba hace 122 años.

El Spectre pondrá en juego tecnologías de primer nivel, como un sistema de proceso de datos que la marca llama ‘inteligencia descentralizada’ y que permite el intercambio de información libre y directo entre las más de 1.000 funciones distintas del coche.

O la sofisticada suspensión Planar, un conjunto de sistemas que valora continuamente las condiciones de la carretera, el ritmo de marcha y las acciones del conductor para procurar el mejor compromiso entre eficacia y confort, y lograr el efecto ‘alfombra voladora’ que desde siempre ha distinguido a los modelos de la casa.

Y el interior reserva también sorpresas, como las puertas Starlight Doors disponibles en opción, estreno absoluto en un Rolls-Royce y que crean una impresionante iluminación nocturna formada por 4.796 pequeñas y suaves ‘estrellas’. Y esa misma solución se aplica también al salpicadero, con más de 5.500 ‘estrellas’, situadas mayoritariamente frente al asiento del acompañante, que generan una especie de firmamento solo visible cuando el motor eléctrico esté en marcha.

No obstante, se trata por ahora solo de una primera información facilitada por Rolls-Royce, y durante los próximos meses seguirán conociéndose nuevos detalles de un modelo histórico para la marca. Y entre ellos, el precio; aunque a falta de conocer la factura, parece poco probable que sus clientes potenciales vayan a asustarse fácilmente.