Los incendios de Mourinho en Roma: ataca a sus jugadores y estalla contra un árbitro

José Mourinho no encuentra la manera de reinventarse como un entrenador ganador en la Roma. El portugués apostó por regresar a Italia, once años después de ganar un triplete con el Inter de Milán, y unirse al proyecto empresarial estadounidense del Grupo Friedkin. Los nuevos dueños (Dan y Ryan Friedkin) compraron la Roma, en agosto de 2020, por un importe de 591 millones de euros. El objetivo era devolver a este club a la élite del fútbol italiano, dar un salto a Europa y aspirar a los trofeos. La Roma no gana un título desde el año 2008. Los dueños despidieron a Paulo Fonseca y dos semanas después de que José Mourinho fuera destituido del Tottenham contrataron a 'The Special One'.

Mourinho fue presentado en Roma como el 'Emperador' y los propietarios le eligieron como una oportunidad, por su experiencia y liderazgo, para volver a encontrar una dinámica ganadora. "El nombramiento de Mourinho es un gran paso en la construcción de una cultura ganadora constante y a largo plazo en todo el club", fue la manera en que los Friedkin presentaron a 'Mou'. Los aficionados enloquecieron con la llegada del portugués. Mourinho levanta pasiones en Italia y conserva miles de adeptos que empatizan con su fuerte personalidad y el espíritu guerrero. Las expectativas eran grandes en Roma, a pesar de que el último título que ganó el técnico portugués es la Europa League de 2017 con el Manchester United.

Van a pasar cinco años sin que José Mourinho gane un título. Mucho tiempo para un entrenador que empieza a notar la presión y la irregularidad de resultados con la Roma. La responsabilidad de que la Roma compita por los títulos y se clasifique para las competiciones europeas la próxima temporada es grande. Los resultados no son los esperados y José Mourinho saca su perfil más agresivo. En las últimas semanas, está alterado y ha protagonizado graves ataques contra sus jugadores y los árbitros. Las malas formas, el elevado tono, las graves acusaciones y los insultos de sus colaboradores en el partido del pasado sábado tienen consecuencias.

El pelotazo a la grada

La Roma empató a dos en el partido contra el Hellas Verona disputado en el Olímpico. En un lance en el que el balón llegó a Mourinho en la zona técnica, el portugués protagonizó una acción explosiva. Descargó todo su enfado. Cogió el balón y le dio un patadón, con rabia, para enviarlo a la grada. Fue expulsado. Enfurecido hizo un gesto al árbitro (Luca Pairetto) con la mano para simular una llamada telefónica. El gesto es interpretado en Italia como una acusación de amaño a la familia Pairetto. El padre (Pierluigi Pairetto) estuvo involucrado en la trama de partidos amañados que derivaron en el descenso de la Juventus en 2006. El hermano del árbitro (Alberto Pairetto) trabaja actualmente en la Juventus como responsable de los ingresos del estadio.

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Mourinho estalló por el arbitraje y soltó todo su enfado y las sospechas de ser perjudicado para favorecer a la Juventus. La Roma tiene el objetivo de entrar entre los cuatro primeros para conseguir la plaza Champions. La cuarta plaza la ocupa la Juventus con tres puntos más que la Roma. Mourinho estalló y junto a él dos miembros del cuerpo técnico que entraron por el túnel de vestuarios con insultos al árbitro. Mourinho se marchó del estadio sin atender a la prensa. El juez deportivo de la Serie A ha dictado una sanción de dos partidos a Mourinho y una multa de 20.000 euros. Nuno Santos (preparador de porteros) recibe el castigo de dos partidos de sanción y Stefano Rapetti (preparador físico) un partido. La Federación Italiana de Fútbol ha emitido un comunicado que describe los hechos como "graves acusaciones contra el colegiado y la actitud amenazante con la que entró al terreno de juego cuestionando descaradamente la decisión arbitral".

Los árbitros no son los únicos que están pagando la furia de Mourinho. Sus propios jugadores también están sufriendo los arrebatos de cólera del entrenador por los malos resultados. La eliminación de la Coppa de Italia contra el Inter, en San Siro, en un día que 'Mou' era recibido como un Dios en Milán y el empate contra el Genoa, equipo en posiciones de descenso, provocó una tremenda bronca del técnico a sus jugadores. Con estas palabras arremetió a la plantilla en el vestuario, según 'Corriere dello Sport': "El mayor defecto de un hombre es la falta de huevos y la falta de personalidad. Son gente sin cojones. ¿Tienen miedo de jugar partidos como estos? Vayan a jugar a la Serie C. Allí nunca encontrarán equipos campeones, estadios top o la presión de un gran fútbol".

Pierde efectividad ganadora

Mourinho vuelve a perder las formas y el efecto de su fichaje por la Roma se diluye. Es más protagonista por sus polémicas, que por sacarle rendimiento a la plantilla. Cuando se hizo cargo del equipo manifestó que venía a hacer un proyecto ganador y no lo está consiguiendo. Son 36 encuentros con la Roma en los que ha ganado 19, perdido 11 y empatado 6. Con 70 goles marcados y 49 recibidos. No es el equipo rocoso y sólido, competitivo, que define al estilo de Mourinho. El portugués culpa al poco carácter de sus jugadores y pone en la diana a los árbitros.

Han pasado siete años de la última Liga que ganó Mourinho. Fue con el Chelsea en la temporada 2014-15. La trayectoria del entrenador ha ido descendiendo y pierde efectividad ganadora. El mejor Mourinho está en la etapa en el Oporto (2002-04) con un balance de 127 partidos, 91 victorias y solo 15 derrotas (77,16% de efectividad). Sigue en el Chesea (2004-07) con 185 partidos, 124 victorias y 21 derrotas (74,24%). Continúa en el Inter de Milán (2008-10) con 108 partidos, 67 victorias y 15 derrotas (70,06%). En este tiempo gana dos Champions. Llega al Real Madrid (2010-13) con 178 encuentros, 128 victorias y 22 derrotas (77,15%). Desde este momento ha ido a peor y en sus últimos clubes (Chelsea, Manchester United y Tottenham) ha sido despedido y la efectividad ganadora baja del 65%.

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El sueldo de Mourinho ha disminuido en función de los últimos años en los que ha dejado de ser un entrenador ganador de títulos. El contrato que tiene con la Roma es hasta 2024 y el salario está en 7 millones de euros netos. Es menos de la mitad de lo que ganaba en el Tottenham, su último club, que le pagaba 16 millones de euros limpios. Lo que sí se aseguró al ser despedido del club inglés fue un finiquito de 9 millones de euros. El futuro de 'Mou' está en Roma y en que los dueños tengan paciencia con su trabajo. A largo plazo tiene el objetivo de ser seleccionador. Portugal es una puerta que siempre tiene abierta.