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La preocupación de Florentino: ver a Zidane en la cuerda floja por culpa de los jugadores
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Temor a que se derrumbe el equipo

La preocupación de Florentino: ver a Zidane en la cuerda floja por culpa de los jugadores

El presidente ha hablado con Zidane y los capitanes para transmitir calma y estabilidad, pero le preocupa que al entrenador se le pueda derrumbar el equipo tras dos derrotas seguidas

Foto: Zidane con gesto de preocupación durante el partido entre el Real Madrid y el Shakthar Donetsk. (Efe)
Zidane con gesto de preocupación durante el partido entre el Real Madrid y el Shakthar Donetsk. (Efe)

Las derrotas contra el Cádiz y el Shakhtar Donetsk provocan que Florentino Pérez tenga que activar el plan del relevo del entrenador cuando no contaba esta temporada con más gastos ni, por supuesto, entraba en sus cálculos que Zidane pudiera estar en la cuerda floja en el mes de octubre. Al presidente le toca tomar decisiones en previsión de un nuevo descalabro y los siguientes partidos son de máxima dificultad. El sábado contra el Barcelona en el Camp Nou y el próximo martes viaje a Alemania para enfrentarse al Borussia Mönchengladbach en la segunda jornada de la Champions. Cualquier tropiezo mete en problemas a Florentino, que es el que tiene la última palabra.

El presidente ha hablado con Zinédine Zidane y los capitanes para transmitir calma y estabilidad institucional. Florentino está preocupado, como no puede ser de otra manera, y sorprendido por las dos derrotas seguidas en el estadio Alfredo Di Stéfano. Enfadado por la imagen de impotencia y con el rendimiento de unos jugadores que no han dado el nivel que se espera cuando tienen la oportunidad de entrar en el once. ¿Cuánto tiempo puede durar el respaldo al entrenador? Zidane tiene bastante claro que depende de los resultados y la tendencia del equipo en los próximos partidos.

placeholder Florentino Pérez, en el palco. (Efe)
Florentino Pérez, en el palco. (Efe)

Las culpas caen más sobre estos futbolistas que vinieron a renovar el proyecto, no dan un paso al frente y tampoco consiguen que el equipo mantenga un nivel competitivo cuando el entrenador se guía por la idea de las rotaciones. Con el plan de utilizar a todos y rotar al equipo se ganaron dos Ligas con Zidane y se dio por bueno que era una fórmula necesaria y eficaz. Zidane consiguió un doblete, Liga y Champions, cambiando el once de un partido a otro. Evidentemente la actual plantilla no tiene ya al mejor Marcelo, Modric, Kroos, Isco, Asensio y al añorado Cristiano Ronaldo. El plan de Zidane no se negocia para Florentino, que no ha hecho fichajes para contener el gasto, y da por buena la gestión del entrenador francés. Hasta el momento en que vea que flaquea o sigue la caída.

Los jugadores señalados

El problema que tiene el presidente es que se puede encontrar con un escenario en el que Zidane esté en la cuerda floja si continua la dinámica negativa cuando ve que hay un grupo de jugadores que fallan más de lo que se podía imaginar. Y ya no es solo una cuestión de que Marcelo, Isco, Modric, Kroos o Lucas Vázquez estén más viejos sino que los nuevos, los más jóvenes, están desaprovechando las ocasiones. No se encuentra una explicación. Esta plantilla no ha sufrido modificaciones, deberían estar todos perfectamente acoplados y ya pasó el año de adaptación de los fichajes.

Zidane: ''El Camp Nou es un buen escenario para reivindicarnos y mejorar nuestra imagen''

Se pone el foco, por lo tanto, en el bajo rendimiento que están dando futbolistas como Militao, Rodrygo y Jovic. Los tres hicieron un mal partido contra el Shakhtar. Hablamos de tres jugadores que han costado 200 millones de euros y llegaron para refrescar, dar energía y soluciones a los problemas. Para poder dosificar a los veteranos. La inseguridad de Militao hace pensar que no puede dar relevos a Sergio Ramos, Rodrygo está desinflado y Jovic sigue sin encontrar su sitio cuando juega como único delantero y tampoco mezcla con Benzema. Son los tres ejemplos que se ponen del bajo rendimiento de la plantilla. Contrasta ver cómo salió Modric en la segunda parte contra el Shakhtar y tiene un arrebato de orgullo para hacer el primer gol. O cómo entró al campo Vinicius, con agresividad en la presión, para robar y marcar.

Hay más jugadores que están fallando en las expectativas que hay en el club, pero casos como los de Hazard y Odegaard se miran con la preocupación de la lesiones, igual que hay inquietud con Marcelo y se espera que aparezca Marco Asensio, al que todavía se le ve saliendo de una larguísima lesión que le está perjudicando para coger el ritmo de la competición.

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Se podría ir caso por caso, pero el que está en el disparadero es el entrenador. Si Zidane sigue perdiendo, si no mejora la imagen o revierte la situación surge el planteamiento sobre quién puede ser su sustituto. Aparecen los nombres de Raúl González Blanco y Mauricio Pochettino. Con esto no contaba tan pronto el presidente del Real Madrid porque era inesperado que el equipo sufriera dos derrotas seguidas con equipos inferiores y que ambos le sacaran los colores. Esa sensación de bochorno, como las que se vivieron en los peores momentos con Lopetegui y después con Solari en el banquillo, aparece de nuevo.

La gran preocupación de Florentino Pérez está en que a Zidane se le derrumbe el equipo, no sea capaz de encontrar o dar con la tecla para reactivar el juego y se vuelva a una dinámica ganadora. El diagnóstico que ha hecho el entrenador produce todavía más confusión entre los directivos porque Zidane habla de un problema de desgana, tras la derrota contra el Cádiz, y de confianza después de perder contra el equipo ucraniano. Esto es inaceptable para cualquier aficionado y más para Florentino Pérez, que rechaza contundentemente la falta de hambre de los jugadores. Es lo peor que lleva el presidente y lo repite, una y otra vez, cuando en su discurso advierte que no hay que caer en la autocomplacencia.

Zidane conoce a Florentino. Muy bien. Sabe lo que supone para la imagen del club que el equipo dé una sensación de abandono, debilidad y apatía. La presión que tiene en estos momentos el entrenador es muy fuerte porque le toca levantar la confianza de los jugadores y tranquilizar al presidente con hechos. Esto pasa por mejorar el rendimiento y la imagen en los partidos contra el Barcelona y el Borussia Mönchengladbach para encontrar un punto de inflexión que devuelva la estabilidad y la calma. Si no es así, a Florentino le supondrá un mal trago tener que echar a Zidane y elegir a un nuevo sustituto.

Las derrotas contra el Cádiz y el Shakhtar Donetsk provocan que Florentino Pérez tenga que activar el plan del relevo del entrenador cuando no contaba esta temporada con más gastos ni, por supuesto, entraba en sus cálculos que Zidane pudiera estar en la cuerda floja en el mes de octubre. Al presidente le toca tomar decisiones en previsión de un nuevo descalabro y los siguientes partidos son de máxima dificultad. El sábado contra el Barcelona en el Camp Nou y el próximo martes viaje a Alemania para enfrentarse al Borussia Mönchengladbach en la segunda jornada de la Champions. Cualquier tropiezo mete en problemas a Florentino, que es el que tiene la última palabra.

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