El declive de Marcelo en el Madrid: Mendy, las lesiones y Miguel Gutiérrez

En la innegociable filosofía de rotaciones de Zinédine Zidane hay un jugador que sale perdiendo por encima del resto. Marcelo se ha convertido en el suplente de Mendy y si quedaba alguna duda, el brasileño es uno de los que peor parados sale de la primera derrota de la temporada en la Liga. Cuando Marcelo vio su nombre en la alineación contra el Cádiz volvió a darse cuenta de que sus mejores años ya han pasado en el Real Madrid. Contra el Barcelona, en los planes de Zidane está que juegue Ferland Mendy.

Zidane lo tiene claro. Este equipo sin solidez atrás no tiene opciones para competir por los títulos. Es lo mismo que decir que necesita la energía, intensidad y contundencia de Mendy en la banda izquierda para tapar los agujeros. La conclusión es que Marcelo está yendo a menos por el habitual desgaste de un jugador veterano y ahora el peligro es que la desgana influya también en su bajo rendimiento. Es el estado de ánimo que transmite cuando está más que comprobado que forma parte del plan B del entrenador. Cuando lleguen los partidos importantes el elegido será el lateral francés y eso tiene que fastidiar y ser incómodo para el segundo capitán del equipo.

A diferencia de Sergio Ramos y Benzema, el problema de Marcelo es que ya no es indiscutible ni para su propio entrenador ni tampoco para los aficionados. Cuando dejas de jugar con regularidad las consecuencias son negativas porque pierdes ritmo, velocidad y te cuesta más llegar a los balones disputados y ocupar los espacios. ¿Qué es lo que le sucede al brasileño? Una de las causas que se señalan es la cantidad de lesiones que ha tenido en el último año. Un total de nueve y muchas de ellas son musculares. Al final de la temporada pasada, a falta de cuatro partidos para que acabara la Liga tuvo que parar por una lesión en el aductor izquierdo. Ha entrado en una dinámica negativa. Cada vez le cuesta más recuperarse de las lesiones.

Le falla el físico

No se le puede reprochar a Marcelo su compromiso y actitud. En ningún momento ha dado síntomas de estar enfadado o lanzar un reproche. Pero la motivación es distinta y el rendimiento baja. No consigue que se vea la mejor versión de un futbolista que, con profundidad, regate y visión de juego, desequilibraba partidos por la banda izquierda. A Marcelo le falla el físico y, por lo que se ha visto en la derrota liguera, está bajo en lo anímico. Zidane lo necesita como sea para las rotaciones, quiere recuperarle y hará todo lo posible. La prueba es que no le quitó en la revolución de cambios que hizo contra el Cádiz.

Hay un dato que le deja en una situación preocupante. De los 54 partidos de Liga que ha disputado el Real Madrid desde el regreso de Zidane al banquillo son 26 los que ha jugado Marcelo con un balance de 15 victorias y 8 derrotas. Sin Marcelo, el equipo ha disputado 28 partidos, ha ganado 19 y no ha perdido ninguno. Este registro pone en una situación complicada la defensa del brasileño.

La derrota de Cádiz es un golpe duro para el entrenador y los jugadores del Real Madrid. Pero más para Marcelo. Perdió 18 balones. Se quedó como el primer capitán en el campo con la salida de Sergio Ramos por lesión y no tuvo ganas ni de hablar después del partido. Prefirió quedarse en un segundo plano. Y este es otro de los problemas del brasileño. Después de muchos años en el equipo su rol y personalidad se han caracterizado por dar un paso al frente cuando llegaba una derrota. Hoy está tapado, apagado. Marcelo ha pasado de ser uno de los mejores a que se le mire con desinterés. Incluso hay nostalgia porque se han pasado sus mejores años.

En su fuero interno tiene que estar cabreado, con un sentimiento de frustración e impotencia cuando comprueba que Zidane tiene más confianza en Mendy y ha desaparecido de los planes del seleccionador brasileño, Tite. No hace mucho, antes de la pandemia, quiso reivindicarse en el Clásico que disputaron el Real Madrid y el Barcelona en el Bernabéu. En una acción ofensiva de Messi logró llegar por detrás y arrebatarle la pelota. Este tipo de esfuerzos, de ir hacia delante para generar peligro y regresar a la defensa son escasos.

Marcelo se niega a que le den por acabado. Se resistió a abandonar el Real Madrid. Logró que el club se quedara con él y dieran salida a Sergio Reguilón. Pero el largo confinamiento, el regreso para acabar una Liga express de once partidos, una pretemporada atípica sin partidos para competir y un inicio de temporada en el que ya ha tenido dificultades y vuelve a ver que jugará menos que Mendy provocan que se hable de un Marcelo que está entre la desgana y la curva del declive en el Real Madrid.

En el club se habla con satisfacción del rendimiento que está dando Miguel Gutiérrez (19 años). Es el lateral zurdo con más potencial que hay en la cantera y que ha pasado de jugar en el juvenil, ser campeón de la Youth League a estar en el Castilla que entrena Raúl González Blanco. Un chico al que algunos llaman el nuevo Marcelo por su velocidad y profundidad. Puede jugar de lateral y de extremo, tiene habilidad y llega a posiciones de remate. Hace goles. A Zidane le gusta su energía y verticalidad y hace más de un año ya le hizo debutar en un partido de pretemporada en Alemania. Suele ser habitual verle en algunos entrenamientos del primer equipo y tiene nivel. Podría ser el recambio de un Marcelo que atraviesa un momento de bajón.