El Real Madrid gana la Youth League al Benfica con la sangre de Raúl

Tenía que ser con Raúl en el banquillo. El futbolista que hizo época en el Real Madrid y significó uno de los puntos de inflexión en la historia del club con la consecución de las Copas de Europa en color, consigue la primera Youth League para el club. El Real Madrid ganó en la final al Benfica y se proclama el mejor equipo de Europa en categoría juvenil. Un éxito que lleva el sello de Raúl González Blanco, al que recurrió el club para la fase final del campeonato tras la marcha de Dani Poyatos al Panathinaikos. El éxito tiene otro protagonista destacado. Luis López, el portero, detuvo un penalti con 3-2. Es el héroe en el campo. Evitó el empate en el minuto 66, con una estirada abajo, en una final deliciosa entre dos de las mejores canteras del mundo.

Raúl empezó la temporada en el banquillo del Castilla, no pudo acabar su primer proyecto en el filial por la pandemia y la finaliza como campeón de Europa Sub-19. En la grada del Colovray Stadium estaba presente Florentino Pérez. Junto a él otra de las leyendas, el brasileño Roberto Carlos. El presidente confirma que tiene un entrenador en potencia. Ganador y preparado para coger el primer equipo cuando sea necesario. Porque todo en la vida de Raúl ha ido muy rápido. Ha sido un adelantado. Desde niño rompiendo los plazos marcados. El talento precoz triunfó como futbolista con 17 años, como apuesta de Jorge Valdano, y ahora saca con nota su primer examen serio en los banquillos con 43 años.

Da gusto ver cómo se desenvuelve un equipo de Raúl en el césped. Es la viva imagen del legado que dejó como futbolista. El Real Madrid llegó a la final tras eliminar a la Juventus, Inter de Milán y RB Salzburgo. Contra el Benfica, equipo que disputaba su tercera final y que sufre un nuevo varapalo, Raúl fue fiel a los principios que le hicieron triunfar como futbolista. El Real Madrid superó al Benfica por carácter y sacrificio. La actitud y el derroche físico siempre fueron las señas de identidad de Raúl. Quiere lo mismo en la dirección de un equipo en el que prima el colectivo por encima de cualquier individualidad. Al Madrid le faltaba en la final su goleador, Juanmi Latasa (sancionado), y no lo echó el falta. Apretó los dientes, sufrió y tuvo la suerte de cara con un remate al largero, en el descuento, del equipo portugués.

Florentino, presente en la final

Con Raúl, el esfuerzo colectivo es el primer mandamiento. Empezó el partido con orden y dando la pelota al Benfica. Supo esperar sus oportunidades para dar los zarpazos que desequilibraron el encuentro. En una final hay que mentalizarse con sufrir y oler la sangre cuando el rival tiene dudas. También resistir si el adversario te lleva al límite hasta el último minuto. El bloque de Raúl fue de menos a más en la primera parte y se fue al descanso con dos goles de ventaja. Todos defienden como salvajes y se desplegaron con la inteligencia de encontrar los puntos débiles del equipo portugués.

A los diez minutos del partido avisó Pablo en la primera acción de juego vertical. El equipo de Raúl esperó en su campo y no especuló cuando recuperó el balón. La táctica, estrategia, era estar todos juntos, ser solidarios, sacrificados, intensos y darle velocidad a los ataques directos. En el minuto 25 llegó el primer gol. Una jugada que tiene su inicio en un saque de banda, llegó a Sergio Arribas, el centro lo cabeceó Jordi Martín. Una acción que cogió despistados a los lusos. Nos vale para recordar la pillería en el primer gol de la Novena en Glasgow. El saque de banda de Roberto Carlos a Raúl para hacer el primer gol al Bayer Leverkusen. Desde la banda rompió el partido. El goleador Jordi Martín se marchó lesionado del campo. Cayó mal al suelo en el remate.

El Madrid ya era un equipo más seguro. Con un gol se hizo más fuerte y compacto en defensa. Raúl no permite ni un despiste. Se enfadó por conceder un saque de esquina innecesario. Impone cuando se le tuerce el gesto. Sus jugadores tomaron nota del aviso. Subieron la concentración y recuperaron el pulso competitivo. En el minuto 45 llegó el segundo tanto en una jugada de contraataque de Sergio Arribas. Su pase lo desvió un defensa portugués. El Benfica ya padecía. Sentía la impotencia de no saber cómo hacer daño al Real Madrid y se marchó al descanso desmoralizado. La misma sensación que producía el Raúl futbolista a sus rivales transmitió el Real Madrid juvenil. Chicos que no paran de correr por todo el campo, que se vacían y pelean los balones que parecen perdidos. Este es el secreto. No hay milagros. Es trabajo.

La segunda parte empezó con un susto. Recortó diferencias el Benfica, en el minuto 48, con un gol de Gonçalo Ramos. Reaccionó el Madrid con un tercer gol. Marcó Miguel Gutiérrez al minuto y recuperó la tranquilidad. Quedaba mucho partido por delante y el Benfica no se rindió. Volvió a marcar Gonçalo Ramos y con más de media hora por delante la final seguía abierta. El partido era ya una prueba de madurez y personalidad. A estas edades y con un título para dos equipos que no lo tienen pone a prueba la capacidad de aguantar la presión.

El Real Madrid consigue su primera Yout League. Es un triunfo para la cantera. ‘La Fábrica’ recoge sus frutos en un escenario de crisis económica en el fútbol provocado por los efectos del coronavirus. Hace falta mirar a los chavales, creer y apostar por los talentos. Se reclama más cantera y menos cartera. El Madrid tiene su primer título de campeón de Europa juvenil en una coyuntura de crisis y en un torneo que le da prestigio. Un título nuevo que creó la UEFA en 2013 y que han ganado el Barcelona y el Chelsea, por dos veces, el RB Salzburgo y el Oporto.