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La UEFA arriesga: vía libre para que haya público en la final de la Supercopa de Europa
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el partido entre el sevilla y el bayern

La UEFA arriesga: vía libre para que haya público en la final de la Supercopa de Europa

Significa el punto de partida para empezar a devolver al considerado deporte rey la esencia de la emoción en unas gradas vacías que provocan un efecto desolador

Foto: Julen Lopetegui con el trofeo de campeón de la Europa League. (Efe)
Julen Lopetegui con el trofeo de campeón de la Europa League. (Efe)

Parece que se nos ha olvidado muy rápido que el Covid-19 sigue provocando muertes y que el riesgo a una segunda ola en la pandemia es real y tiene a los Gobiernos en máxima alerta. El fútbol intenta un regate y da vía libre al regreso de los aficionados a los estadios. Pone fecha: el 24 de septiembre. Poca gracia le hará, sobre todo, a los sanitarios. Es una decisión que tiene riesgo y puede resultar impopular en el momento en el que nos encontramos con el incremento en los contagios por coronavirus. Pero la UEFA ha dado el paso que solicitan los clubes, que se sienten perjudicados por la ausencia de aficionados en las gradas. El Comité Ejecutivo del máximo organismo del fútbol europeo decide que haya público en la final de la Supercopa de Europa que disputarán, el próximo 24 de septiembre, el Sevilla y el Bayern de Munich.

Significa el punto de partida para empezar a devolver al considerado deporte rey la esencia de la emoción en unas gradas vacías que provocan un efecto desolador. Falta pasión, no parecen partidos oficiales, sino más bien entrenamientos o de pretemporada. En esto hay una unanimidad entre todos los dirigentes que se llevan las manos a la cabeza por el daño que provoca que no haya aficionados en los encuentros. La gran pregunta es si está el fútbol preparado para abrir las puertas de los estadios. ¿Es seguro? ¿Existe un protocolo?

placeholder Aficionados del Bayern de Múnich celebran el triunfo en la final de la Champions. (Efe)
Aficionados del Bayern de Múnich celebran el triunfo en la final de la Champions. (Efe)

No lo hay y en ello se quiere poner a trabajar la UEFA junto con los Gobiernos y las Federaciones. En algún momento tienen que volver a poblarse las gradas y darle calor y sentimiento a un deporte que, como todos, echa en falta los estímulos que llegan desde las gradas. En el caso del fútbol con más perjuicios por la inmensidad de los estadios y las pérdidas económicas que ocasiona la falta de ingresos en las taquillas y la incertidumbre que existe con la devolución o congelación de los abonos de cada club.

La UEFA se lanza a una aventura que tiene riesgos y que abre el debate de la imprudencia o la irresponsabilidad de que en el fútbol puedan entrar, mezclarse y salir aficionados de los estadios. De momento, la primera medida es que en la final que se va a disputar en el estadio Puskas Arena de Budapest se reduzca el aforo a un 30% y, por lo tanto, solo puedan entrar unos 20.000 seguidores entre los dos equipos. Hay que diseñar ese protocolo, de viaje para los seguidores españoles y alemanes, y de entrada y salida al recinto deportivo. Se trata de un punto de partida, pero es difícil de defender, con criterios sanitarios, que sea una decisión que puede tener éxito.

Partido piloto

Aún así, en la UEFA quieren hacer del partido entre el Sevilla y el Bayern de Munich un encuentro piloto que sirva para marcar las pautas de un regreso de los aficionados al fútbol. Se ha podido salvar el final de la pasada temporada en varias de las diferentes Ligas, la Champions y la Europa League con la disputa de los encuentros a puerta cerrada y un protocolo muy estricto para los jugadores y sus expediciones. La final de ocho equipos disputada en Lisboa, que proclamó al Bayern de Munich como campeón de Europa, y al Sevilla como el vencedor de la Europa League no ha hecho más que confirmar que el fútbol sin público pierde emoción y espectáculo. Con el final de las competiciones se quiere adecuar el plan que pueda hacer retornar, lo antes posible, a los seguidores a las gradas.

Hay riesgos y así lo reconoce el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferín, que confiesa que “el fútbol ha perdido algo de su carácter”. Lo que ha perdido es el entusiasmo que desata todo tipo de sensaciones y reacciones cuando hay dos aficiones que animan, protestan y contagian e influyen en el impulso de los jugadores.

La UEFA habla de estudiar con precisión en el duelo entre el Sevilla y el Bayern de Múnich el impacto de un partido con público limitado en tiempos de coronavirus. Se han mantenido reuniones con el Gobierno húngaro y la Federación. Aunque hay quien que pueda entender que no tiene sentido que en septiembre se pueda permitir la entrada de aficionados porque, aunque sean pocos, no deja de ser un foco caliente de contagio por las aglomeraciones. En España, el Gobierno, a través de la secretaria del Deporte (Irene Lozano), mantenía una postura de cerrar los estadios a los aficionados hasta el final de año. Veremos qué sucede en la final de la Supercopa de Europa, qué tipo de protocolo y medidas de actuación se toman y si hay cambio de planes.

Parece que se nos ha olvidado muy rápido que el Covid-19 sigue provocando muertes y que el riesgo a una segunda ola en la pandemia es real y tiene a los Gobiernos en máxima alerta. El fútbol intenta un regate y da vía libre al regreso de los aficionados a los estadios. Pone fecha: el 24 de septiembre. Poca gracia le hará, sobre todo, a los sanitarios. Es una decisión que tiene riesgo y puede resultar impopular en el momento en el que nos encontramos con el incremento en los contagios por coronavirus. Pero la UEFA ha dado el paso que solicitan los clubes, que se sienten perjudicados por la ausencia de aficionados en las gradas. El Comité Ejecutivo del máximo organismo del fútbol europeo decide que haya público en la final de la Supercopa de Europa que disputarán, el próximo 24 de septiembre, el Sevilla y el Bayern de Munich.

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