El orgullo de Sergio Ramos y el riesgo que corre en el Real Madrid
Superados los 34 años y con la inactividad por el parón de la competición le toca machacarse en el gimnasio. Sus planes de futuro pueden verse alterados por la crisis económica
Hace unas semanas entró por videollamada desde su casa, junto a su mujer Pilar Rubio, en el programa de 'El hormiguero' para hacer un llamamiento benéfico y pedir colaboración para la compra de material sanitario en esta pandemia. Le preguntó el presentador, Pablo Motos, por cómo llevaba los entrenamientos en el confinamiento y respondió: "Se me está yendo la mano con el gimnasio". A Sergio Ramos le da por las noches por encerrarse en el gimnasio de su casa y ponerse a hacer dominadas con una pesa atada a la cintura. A falta del balón hay que recurrir a las pesas y demostrar que, con 34 años, se puede estar en la plenitud física para seguir más tiempo en la élite del fútbol. Cuanto más mayor la inactividad te pasa más factura. La pregunta que se hacen los aficionados es cuánto tiempo queda de Sergio Ramos en el Real Madrid. La pregunta que puede rondar por la cabeza del capitán es si la crisis económica que provoca el coronavirus afectará a sus planes de futuro.
Sergio Ramos está en un edad y una situación contractual (le queda una temporada) en el que entra en una zona de riesgo en el Real Madrid. ¿Cuántos años le quedan de buen fútbol? ¿Es una garantía para el club asumir una renovación a su edad? Y, sobre todo y procurando dejar de un lado el carnet de identidad, está la pregunta clave: ¿Ha dado todo lo bueno? ¿Puede entrar en una fase de declive? Algunas de estas preguntas, por no decir todas, las tiene resueltas el propio jugador cuando subraya su forma de entender la vida y el deporte: “Me levanto todos los días, desde que era un niño, con el deseo de seguir mejorando. He ganado, pero quiero volver a ganar y busco nuevos retos personales. Voy a seguir adelante hasta que el cuerpo me lo permita”.
Lo dice un futbolista intenso, enérgico y que sufre un desgaste. Son ya más de 630 partidos con el Real Madrid y otros 170 con la Selección española. Y no quiere parar. Se niega a renunciar a la Selección, como hicieron otros (el caso de Gerard Piqué), para dosificarse y guardar las fuerzas en donde está el plato de lentejas. Dedicarse de pleno a su club y evitar lesiones, cansancio, agotamiento. “Voy a tener que ir al Mundial de Qatar (2022) con canas y barba si es necesario”, es otra de sus reflexiones para dejar bien claro que no pondrá fin a su etapa en la Selección que hoy dirige Luis Enrique. Un seleccionador que le admira y le anima por su perseverancia y resistencia.
El fuerte carácter
Sergio Ramos considera que tiene ilusión, fuerzas y motivación para seguir jugando más años en la élite y demostrar que no le falta hambre ni vive en una zona de confort. No deja pasar una crítica. Hace unos días se mofó de él el Ajax y respondió con contundencia. Es un profesional disciplinado y ambicioso. Pero tiene por delante que valorar cómo convencer a Florentino Pérez de que le quedan más años de los que el presidente pueda creer para jugar a un altísimo nivel en el Real Madrid. Su única estrategia es el trabajo. La dedicación sin límites ni horarios como demuestra, con mensajes en sus redes sociales, en estas noches de confinamiento en las que se encierra en el gimnasio y demuestra que está hecho de otra pasta. Vive para el fútbol.
No se le conocen polémicas extradeportivas con las que se pueda dudar que no lleva una vida ordenada o dé síntomas de estar hastiado de las concentraciones, viajes y la cantidad de partidos que juega en una temporada. En esa mentalidad competitiva y su pasión por el fútbol se explica una fuerte y ambiciosa personalidad de deportista. Su orgullo.
De fondo está la negociación que afronta Florentino Pérez con un futbolista que tiene carisma y es un líder e imprescindible para Zinédine Zidane. Hace poco menos de un año tuvieron serias discrepancias por una oferta del fútbol chino que le doblaba los 12 millones de euros netos que percibe en el Real Madrid. En diez meses el escenario es otro. Sergio Ramos es un año mayor y la crisis económica le obliga, como a todos, a bajarse el sueldo para ahorrar gastos al club. El incierto futuro no le beneficia para tener una mejora de contrato ni de años en el Real Madrid.
Hace unas semanas entró por videollamada desde su casa, junto a su mujer Pilar Rubio, en el programa de 'El hormiguero' para hacer un llamamiento benéfico y pedir colaboración para la compra de material sanitario en esta pandemia. Le preguntó el presentador, Pablo Motos, por cómo llevaba los entrenamientos en el confinamiento y respondió: "Se me está yendo la mano con el gimnasio". A Sergio Ramos le da por las noches por encerrarse en el gimnasio de su casa y ponerse a hacer dominadas con una pesa atada a la cintura. A falta del balón hay que recurrir a las pesas y demostrar que, con 34 años, se puede estar en la plenitud física para seguir más tiempo en la élite del fútbol. Cuanto más mayor la inactividad te pasa más factura. La pregunta que se hacen los aficionados es cuánto tiempo queda de Sergio Ramos en el Real Madrid. La pregunta que puede rondar por la cabeza del capitán es si la crisis económica que provoca el coronavirus afectará a sus planes de futuro.
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