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El nuevo guiño de Luis Enrique a Sergio Ramos o el enorme cariño que se profesan
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"Ramos me impresionó", dice el asturiano

El nuevo guiño de Luis Enrique a Sergio Ramos o el enorme cariño que se profesan

El seleccionador volvió a hablar maravillas del capitán en un encuentro online con seguidores de 'la roja'. Muy pocos confiaban en una relación fluida entre ellos, pero jugador y técnico son cómplices

Foto: Ramos y Luis Enrique hablan en un entrenamiento. (Reuters)
Ramos y Luis Enrique hablan en un entrenamiento. (Reuters)

Luis Enrique y Sergio Ramos mantienen un idilio sorprendente y por el que nadie daba un duro cuando el asturiano llegó a la Selección española en 2018. En un combinado nacional en plena transición, camino de recuperar viejos laureles, pero sin ninguna figura de renombre a la que agarrarse tras la marcha de Casillas, Villa, Xavi, Puyol o Iniesta, ambos forjaron una estrecha relación para convertirse en la dupla estrella de esta nueva época. Luis Enrique es la voz de la autoridad y Ramos, como capitán y representante de la vieja guardia, su proyección en el campo. Dos personas comprometidas, competitivas y que creen firmemente en el trabajo como receta de éxito. Cuando uno era técnico del Barça y otro defensa del Real Madrid apenas se conocían, cuestión de rivalidad, y ahora están encantados de haberlo hecho por un bien común.

En el encuentro digital que tuvo Luis Enrique con los aficionados este pasado sábado volvió a quedar patente: "Sergio es el capitán. Solo le conocía de referencias y por haberme enfrentado a él. Cuando le conocí más a fondo me quedé gratamente sorprendido. Por algo tiene el récord de internacionalidades. Me sorprendió su capacidad de liderazgo y sus cualidades personales". No es la primera vez que uno se refiere al otro en estos términos. Se profesan cariño y respeto. El recelo inicial, si es que lo había, pronto dio paso a la admiración mutua. Lejos de chocar, sus personalidades casaron. Fue amor a primera vista. El despido de Lopetegui antes del inicio del Mundial de Rusia, donde España tocó fondo, dejó herido a Ramos, pero con la llegada de Luis Enrique el defensor encontró de nuevo la motivación que le faltaba.

placeholder Luis Enrique y Sergio Ramos, en rueda de prensa. (EFE)
Luis Enrique y Sergio Ramos, en rueda de prensa. (EFE)

Con el ex del Barça al frente de la nave, el interés de los medios se disparó. Había ganas de recoger el primer apretón de manos, gesto o mueca entre ambos en Las Rozas. Con el paso de los días, en Wembley, se desató la pasión. Luis hablaba de "jugador escogido y único", mientras que Ramos le devolvía idénticos halagos: "Tiene una filosofía y una manera de interpretar el fútbol especial". Para su proyecto, el asturiano necesita al sevillano en todos los sentidos por ser un referente de entrega para el resto de sus compañeros y este responde con profesionalidad a su cometido. Son cómplices. Ramos estaba cómodo con el enfoque y la forma de trabajar de Luis.

"Va por ti, Luis"

Por eso, cuando el técnico tuvo que abandonar la Selección para dedicarse a los cuidados de su hija pequeña, cuya enfermedad se había agravado, a Ramos la noticia le cayó como un jarro de agua fría. No obstante, como hombre de familia que también es, estuvo de su parte, apoyándole en todo momento. Luis no olvida el enorme cariño que recibió del capitán durante esos días, así como cuando se conoció el fallecimiento de la pequeña Xana. Cuando la Selección se clasificó oficialmente para la Eurocopa contra Suecia, ya con Robert Moreno en el banco, Sergio, también otros integrantes, le dedicó la buena nueva: "Va por ti, Luis", escribió el sevillano en Instagram.

Durante parte del camino a la Euro, Luis Enrique estuvo dirigiendo al grupo desde su casa, haciendo uso del teletrabajo. Con el capitán siempre mantuvo el contacto para que en el césped se cumplieran sus indicaciones. Ramos siempre valoró el empeño de Luis por ayudarles a pesar de las circunstancias y sacando fuerzas de flaqueza. No olvida esos detalles. La estima se incrementó considerablemente entre ellos. El regreso del asturiano a la Selección, no exento de polémica, agradó a Ramos. El jefe, de nuevo subido al barco. Ambos tenían que volver a reencontrarse esta semana para preparar los amistosos contra Alemania y Países Bajos, pero la crisis por el coronavirus lo ha impedido. Tendrán que esperar a la Liga de Naciones, ya en septiembre. Más tarde o más temprano, volverán a unir sus destinos.

Luis Enrique y Sergio Ramos mantienen un idilio sorprendente y por el que nadie daba un duro cuando el asturiano llegó a la Selección española en 2018. En un combinado nacional en plena transición, camino de recuperar viejos laureles, pero sin ninguna figura de renombre a la que agarrarse tras la marcha de Casillas, Villa, Xavi, Puyol o Iniesta, ambos forjaron una estrecha relación para convertirse en la dupla estrella de esta nueva época. Luis Enrique es la voz de la autoridad y Ramos, como capitán y representante de la vieja guardia, su proyección en el campo. Dos personas comprometidas, competitivas y que creen firmemente en el trabajo como receta de éxito. Cuando uno era técnico del Barça y otro defensa del Real Madrid apenas se conocían, cuestión de rivalidad, y ahora están encantados de haberlo hecho por un bien común.

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