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La vida monacal de Eden Hazard en el Real Madrid y el peligro de una mala dieta
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el único fallo del belga

La vida monacal de Eden Hazard en el Real Madrid y el peligro de una mala dieta

Al belga hay que vigilarle la dieta. Tiene muchas virtudes y un defecto. Le gusta comer y, cuando no hay partidos, no es de los que se desviven haciendo ejercicio

Foto: Eden Hazard, en un partido de Champions durante esta temporada. (EFE)
Eden Hazard, en un partido de Champions durante esta temporada. (EFE)

Eden Hazard es un tipo que lleva una vida normal, digamos que casi monacal, y se aleja del prototipo de futbolista que es un divo. Pero tiene un fallo. La tendencia a coger peso. Lo problemático es que reconoce que descuida su dieta cuando acaban las competiciones. Pasa de la disciplina a la buena vida. El cambio es radical. No es, precisamente, de los que come sano ni se apunta a la moda de la 'dieta paleo' que lleva Benzema. Tiene la tentación de darse un capricho con las hamburguesas. Más apetecibles que la verdura o el pescado hervido, por ejemplo. Las apariencias engañan en la vida ordenada del belga.

El '7' del Real Madrid tiene una personalidad reservada, tímido y callado. Diferente a su amigo Thibaut Courtois. No se le conocen escándalos extradeportivos ni salidas nocturnas. Hace vida familar. De casa al entrenamiento y vuelta al domicilio sin dejarse ver por los restaurantes de la capital. Visita, de vez en cuando, un restaurante de cocina de su país. Su escondite. Es un paso importante para un futbolista mediático que vive su primer año de aventura en el Real Madrid. Pero tiene una debilidad. Le gusta comer. Le cuesta cuidar su dieta. No es el mejor ejemplo de profesional los 365 días del año porque, aunque las grasas se queman, la edad tampoco perdona cuando estás en la élite.

placeholder Eden Hazard se marcha lesionado en el partido contra el Paris Saint-Germain. (EFE)
Eden Hazard se marcha lesionado en el partido contra el Paris Saint-Germain. (EFE)

Tiene muchas virtudes y un defecto. Le gusta comer y, cuando no hay partidos, no es de los que se desviven haciendo ejercicio. No se trata de ser un obsesivo del gimnasio (como Cristiano Ronaldo), pero es recomendable tener unas mínimas obligaciones. La alimentación es tan importante como el ejercicio en deportistas de alta competición. El descanso es conveniente para la recuperación física y mental. En Hazard, hay algo que falla. Lo saben en el Madrid y están alerta. Zidane no suele perdonar a los jugadores que carecen de agilidad, velocidad e intensidad. A Hazard le dio un margen en sus primeros meses por ser un recién llegado y un fichaje por el que apostó personalmente. Cuando estaba en su peso correcto (74 kg), cayó lesionado. Se empezaba a ver la mejor versión de un futbolista desequilibrante y con agilidad.

El sacrificio del gimnasio

Hazard no es ni Sergio Ramos ni Fede Valverde. El primero, por ser un veterano, le tiene que servir de ejemplo de cómo hay que cuidarse cuando se cumplen años y se entra en la treintena. “Cuantos más años, menos tienes que comer y más tienes que entrenar. Hay que estar secos”, es la recomendación de los especialistas. Los jóvenes, como Fede Valverde, van sobrados. Con Hazard, hay que estar encima para que pase por el gimnasio y cuide su dieta. Llegó a Madrid con sobrepeso y desde entonces se le vigila. No hacía falta que lo reconociera el belga en una entrevista en su país. “No mentiré. Cogí cinco kilos en verano. Si estoy de vacaciones, estoy de vacaciones. Subí a 80 kilos, pero los perdí en 10 días”, dice en la revista 'Sport/Foot Magazine'.

Eden Hazard está equivocado si piensa que puede abandonarse cuando lleguen las vacaciones. En el Chelsea se lo permitían. Era la gran estrella. En el Real Madrid, es mayor la exigencia y no se permite que un futbolista llegue con sobrepeso después de un periodo vacacional. Las normas y las recomendaciones son las de cuidar la forma física y ser responsable. Hazard notó el cambio. Creía que el Madrid podría ser como el Chelsea y que por ser el fichaje ‘galáctico’ del verano tendría privilegios. En la presentación, con más de 50.000 personas en el Bernabéu, se comprobó que su figura no se correspondía con la de un atleta de la alta competición. La ilusión y la expectación por un fichaje contrastado lo taparon todo.

Tiene que llevar a rajatabla las recomendaciones referidas a la alimentación y sacrificarse más en los entrenamientos. Ahora está en un periodo de recuperación de una larga lesión, que se produjo el 26 de noviembre. Fue contra el Paris Saint-Germain por una entrada al tobillo de su compatriota Meunier que le produjo una microfisura en el tobillo derecho. Va para dos meses. Se esperaba que pudiera llegar a la Supercopa de España en Arabia Saudí y sigue sin haber una fecha concreta para su regreso. Lo que quiere Zidane es que cuando regrese lo haga en plenas facultades físicas y sin el miedo a una recaída. Para ello, tiene que poner mucho de su parte el belga. Le aconsejan que tenga fuerza de voluntad para reincorporarse en su peso ideal.

Eden Hazard es un tipo que lleva una vida normal, digamos que casi monacal, y se aleja del prototipo de futbolista que es un divo. Pero tiene un fallo. La tendencia a coger peso. Lo problemático es que reconoce que descuida su dieta cuando acaban las competiciones. Pasa de la disciplina a la buena vida. El cambio es radical. No es, precisamente, de los que come sano ni se apunta a la moda de la 'dieta paleo' que lleva Benzema. Tiene la tentación de darse un capricho con las hamburguesas. Más apetecibles que la verdura o el pescado hervido, por ejemplo. Las apariencias engañan en la vida ordenada del belga.

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