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Cuando Zidane se come sus palabras con Bale y recula por el bien del Real Madrid
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el entrenador se ve obligado a recular

Cuando Zidane se come sus palabras con Bale y recula por el bien del Real Madrid

Ha tenido que rectificar y suavizar su postura después del sopapo que le dio tras el primer partido de la pretemporada. Zidane devaluó a Bale y perjudicó la táctica de Florentino Pérez

Foto: Zidane durante la rueda de prensa después del primer partido disputado contra el Bayern de Múnich. (Efe)
Zidane durante la rueda de prensa después del primer partido disputado contra el Bayern de Múnich. (Efe)

La gestión Zinédine Zidane con la salida de Gareth Bale está siendo nefasta. Dos días después de darle una patada con el contundente “si se va mañana, mejor” recula y dice que tiene respeto por el jugador y que fue él quién comunicó que no quería jugar en el estreno de la pretemporada contra el Bayern de Múnich. Pensábamos que Zidane tenía la suficiente personalidad para decir lo que piensa en cada momento y tomar las decisiones que le venían mejor en cada momento. Fue capaz de dejar a Bale todo el partido en el banquillo en la última jornada de Liga contra el Betis, de poner en duda su profesionalidad con la derrota que tanto le cabreó en Vallecas y cuando se lo encontró en la pretemporada dio un paso más para ser sincero. O eso es lo que parecía. A Zidane le incomoda tener todavía en la plantilla al galés y ahora intenta rectificar por el bien del club.

El lío en el que se ha metido le perjudica. La sensación que transmite es la de tener que rectificar porque con ese sopapo de pretemporada lo que provocó fue devaluar más al galés y enfadar a Florentino Pérez. Zidane se quiere quitar de encima cuanto antes a este jugador y como no es nada sencillo le deben haber dicho que tenga más tacto. Bale tampoco es un cualquiera. Es el que más cobra de la plantilla, una estrella, uno de los que más ha defendido el presidente y no se puede olvidar que hace poco más de un año le dio la tercera Champions seguida al club. Hay socios y aficionados que están molestos, como en el club, por cómo Zidane quiso despedir con urgencias al galés.

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Lo que hace ahora el entrenador es recular y alinearse con la postura de los que llevan las negaciones para que la salida del galés parezca lo más dulce y, sobre todo, permita ingresar un dinero en un traspaso. Porque aunque circule la versión de que está amortizado, lo cierto es que dejar salir gratis a Bale sería una ruina económica y de imagen. No se puede entender que no haya mercado para un futbolista de este nivel por mucho que no le sirva a Zizou. Tampoco se puede admitir que el fútbol chino pretenda llevárselo gratis por aquello del ‘impuesto de lujo’. La misma cantidad de un traspaso sería la que tendría que pagar el club al Estado chino. Toda esta película no la compra el socio y dejaría en mal lugar los dotes negociadores de Florentino Pérez. Hay que apurar el tiempo que haga falta para vender a Bale.

placeholder Zidane en rueda de prensa. (Efe)
Zidane en rueda de prensa. (Efe)

Suaviza su postura

La postura en los que llevan las negociaciones era la de no malvender a Bale, pero llegó Zidane, se calentó y lo despachó a su manera. Incluso con imposiciones y prisas en las que aludía a un plazo de 24 o 48 horas. Ha expirado el tiempo y Bale sigue siendo jugador del Real Madrid. Zidane ha tenido que tragarse sus palabras y suavizar su postura en el día antes de jugar el segundo partido de la pretemporada contra el Arsenal. “A veces mi español es un poco liante. No he faltado al respeto a nadie y menos a un jugador. El club estaba tratando su salida y Bale no se cambió porque él lo quería”, es la vuelta atrás del discurso de Zidane para apagar el incendio.

La lección que aprende Zidane es la de autocensurarse para no tirar piedras contra su tejado, que es el mismo con el que Florentino Pérez tiene que defender los intereses del Real Madrid. Zidane cometió un grave error al pretender forzar la salida inminente de Bale creyendo que ya estaba muy avanzada la negociación. Se ha tenido que comer sus palabras y respetar los tiempos de Bale y su agente (Jonathan Barnett) que le dijo que no tenía vergüenza.

La gestión Zinédine Zidane con la salida de Gareth Bale está siendo nefasta. Dos días después de darle una patada con el contundente “si se va mañana, mejor” recula y dice que tiene respeto por el jugador y que fue él quién comunicó que no quería jugar en el estreno de la pretemporada contra el Bayern de Múnich. Pensábamos que Zidane tenía la suficiente personalidad para decir lo que piensa en cada momento y tomar las decisiones que le venían mejor en cada momento. Fue capaz de dejar a Bale todo el partido en el banquillo en la última jornada de Liga contra el Betis, de poner en duda su profesionalidad con la derrota que tanto le cabreó en Vallecas y cuando se lo encontró en la pretemporada dio un paso más para ser sincero. O eso es lo que parecía. A Zidane le incomoda tener todavía en la plantilla al galés y ahora intenta rectificar por el bien del club.

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