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"Estamos muy politizados". El sufrimiento de la selección de Venezuela en la Copa América
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"Convivimos en aguas muy turbias"

"Estamos muy politizados". El sufrimiento de la selección de Venezuela en la Copa América

La 'Vinotinto', que debuta este sábado a las 21:00 contra Perú en el primer partido de la fase de grupos, no lo tiene fácil para abstraerse de las tensiones que capitalizan la política del país

Foto: Rafael Dudamel, seleccionador venezolano, durante una de sus últimas ruedas de prensa en Caracas. (EFE)
Rafael Dudamel, seleccionador venezolano, durante una de sus últimas ruedas de prensa en Caracas. (EFE)

Rafael Dudamel fue un buen guardameta. Solo le faltó detener algún penalti en la tanda definitiva que decidía la Copa Libertadores de 1999, entre su Deportivo Cali y el Palmeiras de Scolari, César Sampaio, Zinho y Júnior Baiano. Hoy, como seleccionador, sigue defendiendo la dignidad de la Vinotinto, siempre en el centro de un huracán político que no se detiene, y que pasará por Brasil durante la Copa América. Debutan este sábado ante Perú en el Arena do Grêmio (21:00 hora peninsular española).

La maquinaria comunicativa ya ha arrancado. “Me siento orgulloso de nuestros guerreros de la Vinotinto, han logrado una gran victoria (3-0) ante el seleccionado de los Estados Unidos”, escribía Nicolás Maduro el domingo en sus redes sociales, tras el partido de preparación de cara al torneo de selecciones más antiguo del mundo. “¡Bravo Muchachos! ¡Bravo Salomón! Son la #GeneraciónDeOro que escribe la historia deportiva de nuestra amada Venezuela”. En anteriores ocasiones ha calificado como “malagradecidos” a los que no reconocen el trabajo de su gobierno para la formación de esta ilusionante generación.

Lo cierto es que el alma del futbol venezolano actual es el seleccionador Dudamel. Dirige al mismo tiempo a la selección absoluta y a los juveniles. Fue el artífice del subcampeonato en el Mundial sub20 de 2017 (superaron a Alemania, México, Japón, EE.UU. y Uruguay, cayendo solo ante Inglaterra) y será el encargado de intentar colocar a Venezuela en el Mundial de Catar 2022. Y eso que para ocupar el cargo que Dudamel ocupa es necesario, aparte de los conocimientos técnicos y tácticos, un manejo diplomático al alcance de muy pocos.

placeholder El seleccionador de fútbol venezolano, Rafael Dudamel, durante un entrenamiento en Brasil. (EFE)
El seleccionador de fútbol venezolano, Rafael Dudamel, durante un entrenamiento en Brasil. (EFE)

Sin nunca haberse posicionado ideologicamente, el director técnico ha soportado, absorbido y regateado los cánticos de la afición contra Maduro (“Y va a caer, y va a caer”) en plena celebración de ese subcampeonato mundial juvenil, e incluso unos supuestos cánticos –los mismos, con el mismo estribillo– de los propios jugadores de la Vinotinto en el ultimo Campeonato Sudamericano Sub20, disputado a principio de este 2019. Eso le rompió los esquemas. Sin embargo, lo que estuvo a punto de separarlo de la plantilla fue una traición en el último paso de su selección por España.

“Hoy he conversado con el vicepresidente, después del partido, y he puesto mi cargo a disposición”, declaraba el entrenador tras vencer a la Argentina de Messi en el amistoso del Wanda Metropolitano. “Durante todo este tiempo hemos venido conviviendo en aguas muy turbias, porque estamos muy politizados. Hoy, lamentablemente, hemos vivido una experiencia muy amarga, muy triste, que me tiene muy desilusionado”. Hablaba Dudamel del hecho de haber recibido la visita del embajador de Juan Guiadó –presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, y autoproclamado presidente de la nación– en España, Antonio Ecarri. No es algo extraño para ellos, por ambos bandos. “Hemos atendido, por ejemplo en Rancagua (Chile), con la sub20, al embajador del Gobierno del presidente Maduro”.

Todo el material audiovisual era, según habían acordado, para consumo interno. Pero Ecarri y su asesoría de comunicación les traicionaron y todo fue divulgado. Vistos alguno de los artículos que aparecieron publicados, la nota de prensa enviada por el gabinete del embajador de Guaidó sin duda etiquetaba el encuentro como una clara demostración de apoyo del bloque de la Vinotinto al movimiento contra Maduro.

placeholder Rondón, uno de los jugadores que apoyó la entrada de ayuda humanitaria en Venezuela. (Prensa Vinotinto-FVF)
Rondón, uno de los jugadores que apoyó la entrada de ayuda humanitaria en Venezuela. (Prensa Vinotinto-FVF)

La Federación Venezolana de Fútbol logró convencer a su líder para seguir al frente del proyecto, y para seguir sobreviviendo en plena contradicción. Los jugadores tampoco quieren que la Vinotinto fuera politizada, pero algunos de los pesos pesados –Salomón Rondón, Tomás Rincón, Roberto Rosales, Juanpi Añor– declararon públicamente su apoyo, por ejemplo, a la maniobra de entrada de ayuda humanitaria, en el momento más tenso de estos últimos meses.

Brasil no es ajeno al conflicto

Brasil, además, no es un país cualquiera en medio del conflicto venezolano. Bolsonaro es uno de los líderes que más rápidamente reconocieron a Guaidó como presidente y que más se acercaron a la línea marcada por Donald Trump. La marca “Venezuela” funcionó como arma política arrojadiza entre los candidatos presidenciales en las elecciones de 2018 en Brasil, y sigue sucediendo lo mismo ahora, incluso entre los propios miembros del Ejecutivo. Hay dos bandos respecto a lo que debería ser una recomendable relación diplomática con uno de sus vecinos: por un lado están los ministro militares, y por otro el núcleo civil. Y los más reflexivos y pragmáticos parecen ser los militares.

Bajo su influencia se ha ido retrasando el reconocimiento oficial de la embajadora de Juan Guaidó en Brasil. Los militares preferían evitar un nuevo conflicto innecesario, ir recomendando –y sobre todo conociendo con detalle– la mejor salida posible para Nicolás Maduro y sus colaboradores más cercanos, y al mismo tiempo contener la tensión en la frontera entre los dos países –que incluye la transferencia de energía eléctrica desde Venezuela hasta el estado brasileño de Roraima, uno de los más pobres de Brasil, aislado de la red nacional eléctrica–.

Los generales han conseguido retener a Bolsonaro cuatro meses, hasta que el pasado 4 de junio el presidente reconoció definitivamente a la embajadora de Juan Guaido en Brasil, María Teresa Belandria. Guaidó aprovecha el conflicto diplomático que separa a ambos países desde la época del “impeachment” de la presidenta Dilma Rousseff. Venezuela no contaba con la figura de embajador en este momento. El encargado de negocios de la embajada venezolana, Freddy Efrain Meregote Flores, era la cabeza visible de Maduro en Brasil. Y un escaparate tan grande como la Copa América era una oportunidad que la oposición venezolana no podía desaprovechar.

placeholder Los jugadores de la Selección venezolana, concentrados durante un entrenamiento. (Prensa Vinotinto-FVF)
Los jugadores de la Selección venezolana, concentrados durante un entrenamiento. (Prensa Vinotinto-FVF)

"La Selección debe ser intocable"

La Vinotinto disputará, en el peor de los casos, tres partidos oficiales en territorio brasileño –en Porto Alegre, en Salvador y en Belo Horizonte–, y la polémica vuelve a estar servida, ya que se espera la lógica representación gubernamental, aunque de momento no sé conoce a qué nivel, o de qué tipo. María Teresa Belandria es más aficionada al béisbol, como muchos venezolanos, pero sin duda tratará de acercarse al equipo.

Si le acompaña la suerte –de momento, antes del debut de este sábado frente a Perú, ya se ha lesionado Peñaranda– Venezuela puede ser una de las alternativas reales a los grandes favoritos de esta Copa América 2019. Pero antes de plasmar eso sobre el césped, deberá luchar contra sus propios monstruos internos. Dudamel, lo más parecido a un hombre de Estado que hay en el país, es consciente de que todos los miembros de la expedición están de paso, pero el equipo es sagrado. Durante la concentración previa al torneo, en territorio estadounidense, explicaba a la CNN que el espacio de la selección nacional “tiene que ser impenetrable, intocable”. Para eso también va a necesitar suerte.

Rafael Dudamel fue un buen guardameta. Solo le faltó detener algún penalti en la tanda definitiva que decidía la Copa Libertadores de 1999, entre su Deportivo Cali y el Palmeiras de Scolari, César Sampaio, Zinho y Júnior Baiano. Hoy, como seleccionador, sigue defendiendo la dignidad de la Vinotinto, siempre en el centro de un huracán político que no se detiene, y que pasará por Brasil durante la Copa América. Debutan este sábado ante Perú en el Arena do Grêmio (21:00 hora peninsular española).

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