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Fernando Llorente, el peor negocio del Sevilla que puede acabar en manos de Bielsa
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el atacante ha defraudado en el club andaluz

Fernando Llorente, el peor negocio del Sevilla que puede acabar en manos de Bielsa

Ha decepcionado en el Sevilla, que ya le busca acomodo para la temporada que viene. El ariete podría acabar en la Lazio, donde podría coincidir de nuevo con Marcelo Bielsa

Foto: Marcelo Bielsa y Fernando Llorente, durante un partido con el Athletic Club de Bilbao (EFE)
Marcelo Bielsa y Fernando Llorente, durante un partido con el Athletic Club de Bilbao (EFE)

“Bielsa es un obseso del fútbol. Llegamos a tener sesiones de entrenamiento de tres horas cada una. Para mí era una exigencia más mental que física. El míster te vaciaba mentalmente”. Quien pronunció estas palabras tan llenas de admiración como de dinamita fue Fernando Llorente, que ya en las filas de la Juventus rumiaba su experiencia con el Loco Bielsa cuando jugaba en el Athletic. Años después, el destino hace una pirueta y, pese a que se llevaban como el perro y el gato, parece que volverá a reunir a futbolista y técnico en la Lazio.

Fernando Llorente (31 años) llegó a Sevilla en agosto del pasado año y fue recibido por 18.000 sevillistas enfervorecidos. Su fichaje resultó accidentado, pues la Juventus puso más guijarros de los necesarios en las negociaciones. El jugador pensó que, por fin, había aterrizado en un lugar ideal para demostrar sus cualidades de león de las áreas. Era una petición expresa de Unai Emery, el técnico, que tras entrenamiento y medio lo hizo debutar ante el Atlético. Trastazo del Sevilla (perdió 0-3) y Llorente observó incrédulo cómo le pasaban aviones (Godín y Giménez, los centrales colchoneros). Se pensó que su debut fue demasiado precipitado, que le pudieron las ansias de agradar, que su tarde gris fue tan solo una mala tarde y su fútbol quedó enganchado en la sala de embarques.

Nada de eso. Llorente se despertó de un hermoso sueño para nadar entre pesadillas. Porque la experiencia de Fernando en la capital hispalense se encuentra a punto de terminar y en clave de frustración. Ni en su temporada más pésima con el Athletic (la última) se había sentado tanto en el banco de suplentes como lo hizo en el Sevilla. De golpe, Emery, su valedor en los inicios, se olvidó de su nombre a la par que el francés Gameiro agudizó su olfato de goleador y batió récords. A Llorente, que junto con el ucraniano Yehven Konoplyanka es de lejos la nómina más alta del plantel sevillista, se le juntó el hambre con las ganas de comer.

Un único momento de gloria

Los números que Fernando Llorente ha cosechado en el Sevilla se embadurnan en negro, pues en Liga marcó cuatro goles e hizo tres diana en competiciones internacionales (Champions y Europa League). Un momento de luz y sonrisas lo protagonizó Fernando, con un gol del riojano que marcó el futuro europeo sevillista, precisamente el partido más esperado por Llorente con la zamarra blanca: cuando se enfrentó ante la Juventus. Y es que el Sevilla, ya eliminado en la Champions, disputaba el último compromiso en la fase clasificatoria con el campeón italiano. El león turinés se durmió y Llorente descerrajó un remate de cabeza que se coló en el arco de Buffon. El Sevilla, in extremis, quedó tercero de grupo y se clasificó para la UEFA Europa League, torneo que terminaría ganando por tercera vez consecutiva, gracias a la cabeza rizada de Llorente.

Pero Llorente perdió casi desde el primer momento la confianza de Emery, que prefería el juego dinámico y vertiginoso de Gameiro al fútbol directo del ex del Athletic. Este fue perdiendo el sitio, incluso llegó a escuchar silbidos de la grada en las pocas veces que tuvo la oportunidad de ver al grandullón.

Pese a la marcha de Emery al París Saint Germain y el aterrizaje del argentino Jorge Sampaoli, el futuro sevillista de Llorente parece señalado. Aunque su año ha resultado pobre, son numerosos los equipos que andan a la estela del espigado ariete, sobre todo equipos de la MSL y la rica liga china. Pero Fernando no quiere ni oír hablar de las exóticas ligas. En Italia, el cartel de Llorente sigue intacto, incluso la Juventus de Allegri ha barajado la posibilidad de recuperar a su antiguo dorsal 14, por encima del fornido Zaza. Pero es la Lazio, con la aprobación de Marcelo Bielsa, la que quiere con más fuerza al sevillista para capitanear el vértice del ataque lacial en reemplazo del veterano Klose.

“Pues échame”

En sus tiempos en el Athletic, Fernando Llorente tuvo un par de enganchadas con Bielsa. La fogosidad de éste formaba un nudo antagónico con los sentimientos del jugador, que al negarse a renovar se echó a la afición en contra y no sintió nunca el apoyo de una directiva que no escondía su hostilidad; los nervios a flor de piel y las chispas volando por los tejados de Lezama. “Échame si quieres”, espetó Fernando Llorente al técnico cuando éste le reclamó más fogosidad en la jugada. El Athletic había perdido 2-0 unos días antes y el delantero jugaba un partidillo con los suplentes. Al poco de comenzado el ensayo, Fernando se quitó el pulsómetro que llevaba y lo arrojó de malas maneras al césped. Bielsa arrugó las cejas enfadado, pero no dijo nada. Un juvenil le robo dos veces consecutivas el balón y sus brazos caídos exasperaron a Bielsa, que aprovechó un descanso para acercarse al riojano y le dijo a medio metro de distancia: “Si hubiera querido echarte del equipo, te habría echado”, y Llorente le gruñó: “Pues échame”. De inmediato, El Loco lo expulsó. La refriega verbal continuó ya en el vestuario.

Pero ha pasado el tiempo, y mientras Bielsa, tras un año sin fútbol en su Rosario natal, vuelve con bríos a la Lazio, Llorente y su hermano (que es a su vez su agente) barajan ofertas y miran sorprendidos y con agrado el interés del equipo romano. El jugador necesita desesperadamente volver a la elite, aunque para ello tenga que apretar la mano de fuego del entrenador. Fernando, transcurridas ya varias temporadas, no culpa al técnico de sus males en sus últimos meses en el Athletic. Bielsa es un loco del fútbol que no entiende de otras circunstancias y por ello quizás le faltó empatía para entender el sufrimiento de Llorente. Pero cuando Armando Calderi, secretario general del Lazio, le esbozó la posibilidad de ir a por el jugador, Marcelo esbozó una sonrisa cómplice. “¿Y por qué no?”.

“Bielsa es un obseso del fútbol. Llegamos a tener sesiones de entrenamiento de tres horas cada una. Para mí era una exigencia más mental que física. El míster te vaciaba mentalmente”. Quien pronunció estas palabras tan llenas de admiración como de dinamita fue Fernando Llorente, que ya en las filas de la Juventus rumiaba su experiencia con el Loco Bielsa cuando jugaba en el Athletic. Años después, el destino hace una pirueta y, pese a que se llevaban como el perro y el gato, parece que volverá a reunir a futbolista y técnico en la Lazio.

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