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Fernando Alonso o el arte de la guerra para arrebatarle el podio a Checo Pérez en Brasil
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COMO UN TRATADO DE PILOTAJE

Fernando Alonso o el arte de la guerra para arrebatarle el podio a Checo Pérez en Brasil

El duelo vivido el domingo entre el español y el mexicano tiene multitud de analogías con el famoso tratado militar del filósofo chino Sun Tzu. Clase maestra de táctica y estrategia

Foto: Fernando Alonso celebra su tercer puesto en el Gran Premio de Brasil. (Reuters/Paulo Lopes)
Fernando Alonso celebra su tercer puesto en el Gran Premio de Brasil. (Reuters/Paulo Lopes)

"No presiones a un enemigo desesperado. Un animal agotado seguirá luchando, pues esa es la ley de la naturaleza" Esta cita del arte de la guerra, donde se describe con precisión la resistencia de Fernando Alonso a la asfixiante presión a la que le sometió durante 20 vueltas Checo Pérez, sirve de perfecto ejemplo de las muchas enseñanzas que pueden trasladarse de la obra cumbre de Sun-Tzu. El filoso chino, siempre insistía en sus teorías, sobre la búsqueda de la eficiencia por encima de la eficacia en el combate. La victoria paradójicamente se debe de buscar empleando la mínima fuerza posible, buscando el desgaste del enemigo y aprovechando al máximo las fortalezas propias. Como verán a continuación, el libro es una fuente inagotable de analogías de sabiduría oriental y buen hacer carrerista asturiano.

"La invencibilidad es una cuestión de defensa, la vulnerabilidad es una cuestión de ataque". Seguro que al leer la anterior cita, nos ha venido a la mente Fernando Alonso en el primer caso y Checo Pérez en el segundo. El mexicano tenía que atacar, pero aun teniendo una maquinaria de guerra superior, el vulnerable era él. No podía cometer errores después de su accidente en la arrancada el fin de semana anterior. No podía tampoco dejar pasar la ocasión de sumar unos valiosos puntos en su lucha por el subcampeonato con Lewis Hamilton. Y por supuesto, sabía del peligro de su enemigo. Todo esto lo sabía Fernando y por eso tenía en mente su estrategia defensiva desde mucho antes de que Checo Pérez se echara encima de él.

Un podio que valía oro

"Cuando se está cerca, se debe parecer lejos, cuando se está lejos, se debe parecer cerca. Se muestran cebos para incitar al enemigo". Fernando sabedor de la importancia que iba a tener el desgaste de neumáticos, dejó en ocasiones que Checo se acercara para de ese modo, obligarle a forzar el ritmo y el desgaste de sus neumáticos. El mexicano, que aunque también se las sabe todas, antes de la última parada mordió el anzuelo y acabó con sus neumáticos antes de lo que habría deseado. Su parada antes de la realizada por el español fue algo prematura y eso sin duda condicionó el devenir final del combate.

Como destaca Sun Tzu, "donde hay grandes recompensas, hay hombres valientes". Después de lo sufrido estos meses pasados con la espectacular debacle de Aston Martin, Fernando era consciente de la importancia capital de lograr un podio para animar a sus tropas. No fueron nada fáciles como reconoció el asturiano los últimos dos Grandes Premios y eso Checo también era consciente. Sabía que a Fernando le iba la vida en lograr ese podio y que iba a llevar al límite sus cinco sentidos.

"Haz que los adversarios vean como extraordinario lo que es ordinario para ti; haz que vean como ordinario lo que es extraordinario para ti". Checo quizá nunca supo exactamente cuanto Fernando estaba jugando con él al ratón y al gato, o cuanto de verdad estaba a su merced. En ese juego es vital no cometer el mínimo error, porque es la primera señal de ir presionado. Pero el asturiano, a pesar del acoso, no perdía nunca la compostura, planeaba con precisión milimétrica lo que necesitaba de carga de batería, la distancia que necesitaba en las rectas antes de la entrada del DRS, los sitios incluso donde podía dejar que su rival se le acercara. Era muy difícil saber para el mexicano desde atrás las fuerzas que en realidad le quedaban a su rival.

La vieja espada no se oxida

"Incluso la mejor espada si se deja sumergida en agua salada finalmente se oxidará". Estaba claro que la espada de Don Pelayo Alonso, no ha caído al agua del mae sino que está conservada desde 2001 en formol. Como dijo el excampeón mundial Damon Hill en su cuenta de Twitter. "Bueno, si alguien quiere fichar a un gran piloto prometedor con un gran futuro por delante, creo que hay un tipo llamado Fernando Alonso que pilotó hoy como los viejos maestros". Por si a alguno le quedaban dudas, la edad no es un factor que reduzca la grandeza de Alonso, sino que la engrandece.

Porque, como se puede leer en el arte de la guerra, "si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cientos de batallas". "Si te conoces a ti mismo, pero no al enemigo, por cada victoria que ganes también sufrirás una derrota. Si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, sucumbirás en cada batalla". Fernando, como en muchas ocasiones han dicho técnicos que han trabajado con él en el pasado, es una computadora andante. Visualiza las carreras como nadie, conoce a sus rivales y les tiene estudiados no sólo en carrera, sino también en horas de simulacros de competición en el simulador.

La receta para triunfar en la batalla Alonso-Pérez la define en definitiva otra cita genial de Sun-Tzu: "El éxito en la guerra se alcanza cuidando de adaptarse permanentemente al propósito del enemigo. La anticipación lo es todo en el arte de la guerra, prever los movimientos de nuestro adversario y utilizarlos a nuestro favor". Difícil ser más certero y actual, si hacemos una analogía con lo vivido ayer en el Gran Premio de Brasil.

"No presiones a un enemigo desesperado. Un animal agotado seguirá luchando, pues esa es la ley de la naturaleza" Esta cita del arte de la guerra, donde se describe con precisión la resistencia de Fernando Alonso a la asfixiante presión a la que le sometió durante 20 vueltas Checo Pérez, sirve de perfecto ejemplo de las muchas enseñanzas que pueden trasladarse de la obra cumbre de Sun-Tzu. El filoso chino, siempre insistía en sus teorías, sobre la búsqueda de la eficiencia por encima de la eficacia en el combate. La victoria paradójicamente se debe de buscar empleando la mínima fuerza posible, buscando el desgaste del enemigo y aprovechando al máximo las fortalezas propias. Como verán a continuación, el libro es una fuente inagotable de analogías de sabiduría oriental y buen hacer carrerista asturiano.

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