Carlos Sainz mete la cuchara en el plato de Spa, mientras que Alonso espera las sobras

Las ocho décimas de Max Verstappen al segundo clasificado, Charles Leclerc, es tan solo un anticipo de lo que les espera a los rivales de Red Bull para el Gran Premio de Bélgica. Si en la edición de 2022 el neerlandés disfrutó en la pista belga de una de las ventajas más radicales —hasta escandalosa— en la historia del equipo austríaco, en la presente puede quedarse en agua de borrajas a pesar de que el monegasco salga en la pole. Al menos, Carlos Sainz y Fernando Alonso capearon el temporal con más o menos fortuna. En el primer caso, para Ferrari. En el segundo, a 1,6 segundos el asturiano de la pole.

Hasta la vuelta del verano, ya queda confirmado que Aston Martin es el quinto equipo en la jerarquía actual de la Fórmula 1, al menos a una vuelta. Ferrari ha recuperado en estos entrenamientos esa anterior pegada de los sábados, aunque luego se desinflara los domingos. De momento, ya quisiera el equipo británico semejante posición. Las ocho décimas entre Verstappen y Leclerc eran las mismas que separaban a este de Fernando Alonso. Se esperan vientos en distintas direcciones para los españoles el domingo, con la duda de la lluvia. Antes, queda el asalto de la carrera esprint.

Objetivo: no quedarse fuera de la Q3

La pista comenzó se mantuvo mixta de humedades durante la Q1 y Q2. En esas circunstancias, Alonso rodaba con relativa facilidad dentro de los diez primeros cada vez que metía su vuelta. Pero el asfalto cambiante no permitía despistes, al caer los tiempos en los compases finales de cada bloque. Alonso ya apuró la campana al terminar la Q2 y se salvaba en el último giro, aunque incluso Verstappen terminó un puesto por detrás. Con carriles ya secos en la Q3, el AMR23 comenzó a rodar con la lengua fuera a pesar de bajar once segundos los tiempos desde la Q1 a la Q3. Pero, cuanto más rápida la pista, peor para el español, mientras que el neerlandés destrozaba a sus rivales. No tardará mucho en liderar la carrera a pesar de la penalización de cinco puestos.

La Q3 sería aún más crítica, cuando todos los pilotos montaron neumáticos lisos en la recta final, ahora como nunca cuando se trataba de lograr el crono lo más tarde posible. A los pilotos de Aston Martin parecía darles igual. El equipo británico apostaba por los dos sectores de menor carga aerodinámica, sacrificando el segundo y, efectivamente, Alonso perdía casi más de un segundo en el mismo. De nuevo, daba la sensación de que el AMR23 se ha descuadrado en los últimos tiempos con sus evoluciones. Noveno Alonso, décimo Stroll.

"La clasificación fue estresante. Cada vuelta, era un juego nuevo. Tenías que adaptarte todo el tiempo a los niveles cambiantes de agarre", declaraba Alonso al terminar. "Tenías que confiar en el coche, tomábamos las curvas cada vez más rápido en cada vuelta, por lo que era como un juego de adivinanzas. Avanzamos en la Q1 y Q2, que era uno de nuestros principales objetivos. La Q3 fue extremadamente apretada: terminamos a unas décimas del séptimo lugar que, probablemente, fue lo máximo que pudimos haber logrado este viernes. Creo que el AMR23 se estaba comportando bien. Todavía nos faltan esas últimas décimas con respecto a nuestros principales rivales, particularmente en una vuelta rápida, pero espero que podamos recuperar algo de ese ritmo el domingo".

El "susto en la 8 y la 9" marcó la diferencia

Por su parte, Sainz se desenvolvía cómodamente en la superficie mixta, aunque ocasionalmente en peligro por la evolución de la pista. "Fue una sesión muy complicada para nosotros, porque teníamos solo una vuelta para clasificarnos para el siguiente turno. Luego, tuvimos que pasar de intermedias a lisas con un solo turno de prueba en la mañana", explicaba Fred Vasseur, aunque lo que valía para los pilotos de Ferrari también acució a otros muchos. Sin embargo, Ferrari solventó relativamente bien todas las sesiones respecto a las dos últimas carreras.

"Las condiciones eran traicioneras en la pista. Cada vez que salíamos, nos encontrábamos con una situación siempre diferente. Conseguimos hacer algunas buenas vueltas en la Q1 y la Q2, luego en la Q3, en la última vuelta, sinceramente, no fue una de mis mejores", explicaba el madrileño. "Tuve un susto entre las curvas 8 y 9 que, probablemente, me costó algunas posiciones, pero en general estoy contento de haber logrado llegar a la Q3 en condiciones difíciles y luego por este cuarto lugar", refiriéndose a la posición ganada por la sanción a Max Verstappen. Sin embargo, el madrileño incidió en uno de sus mayores problemas a una vuelta: clavar todos los sectores en el momento crítico.

Charles Leclerc, sin embargo, ha mejorado este fin de semana después de sus problemas en el asfalto semiseco de Montmeló y Montreal en las sesiones clasificatorias. "He trabajado mucho en estas condiciones, ya que hace unas carreras no me sentía muy cómodo. Y parece que esto ha valido la pena". Si las estadísticas hacen de bola de cristal, Sainz tendrá complicada la victoria a pesar de salir en segunda línea. No solo por la aplastante ventaja que se espera de los dos Red Bull, sino porque nadie ha ganado desde la cuarta posición en los 55 Grandes Premios anteriores celebrados en Spa. De momento, Sainz saldrá por detrás de Charles Leclerc. Ya se sabe qué ocurre en semejantes situaciones, aunque el español enmiende la desventaja de los sábados.