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El 'show' de Red Bull en Cibeles: Pérez desatado y una intrahistoria con el GP de Madrid de fondo
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El 'show' de Red Bull en Cibeles: Pérez desatado y una intrahistoria con el GP de Madrid de fondo

En la inevitable controversia política de este tipo de eventos en las ciudades, se ignora a menudo, a la hora de juzgarlos, la intrahistoria y contexto que hay detrás de los mismos

Foto: El Red Bull Showrun, en Madrid. (RB Content Pool)
El Red Bull Showrun, en Madrid. (RB Content Pool)

A pocos días de las elecciones generales, y con la noticia reciente de la celebración de un Gran Premio de Fórmula 1 en Madrid, es inevitable que se le diera una lectura política a la exhibición de Fórmula 1 vivida en la capital de España. Aunque el evento fue promovido por la compañía de bebidas energéticas Red Bull, contó con el patrocinio reconocido de la Comunidad de Madrid. ¿Estaba el Gobierno regional subvencionando a una empresa privada como es la compañía austríaca, o, por el contrario, les estaba haciendo un enorme favor?

Así rezó la información de la propia CAM acerca de su patrocinio del Red Bull Showrun, el nombre oficial del evento: "Una gran exhibición por las calles de la capital, que dos días antes del evento principal, el 13 de julio, recorrerá diversos municipios de la región con el coche de Fórmula 1, así como diferentes puntos turísticos de la capital. Como anfitriona de este evento, la Comunidad de Madrid sigue postulando su candidatura al Mundial de automovilismo, consciente del potencial económico y turístico de este deporte". Este párrafo final da con la clave del porqué del evento: seducir a Liberty Media para que vea con buenos ojos la candidatura de Madrid.

Aunque se haya anunciado como segura la llegada de Madrid de la Fórmula 1 estos días pasados, también es cierto que el contrato aún no se ha firmado. Tampoco se sabe si será en solitario, en paralelo o en alternancia con Barcelona. Igual que las ciudades se ponen guapas cuando optan a unos Juegos Olímpicos, el momento es propicio para que el mundo y el promotor del campeonato sepan de los intereses de la capital de España para que cuatro décadas después un Gran Premio regrese a su territorio. En ese contexto hay que analizar el patrocinio, que oscilaría los 200.000 euros, según han deslizado desde la oposición.

Un espectáculo itinerante

No hay ningún tipo de regalo a Red Bull. La compañía de bebidas energéticas mueve el mismo show que pudo verse en Madrid en otras capitales importantes del mundo. Este año ha visitado Dublín, Bombay y Lisboa. Por tanto, Red Bull, ha abierto su monedero de forma generosa para llevar adelante la exhibición dada en la capital. Y no es poco dinero, porque el montaje del circuito, las medidas de seguridad y las instalaciones complementarias difícilmente bajan de los 600.000 euros de presupuesto. Por eso, en muchos de estos eventos, el promotor local cobra una entrada que oscila entre los cuatro y los seis euros. En esta ocasión fue gratuito. Si se calcula un gasto de esos cuatro euros por persona multiplicado por los 50.000 espectadores que asistieron, el patrocinio habría al menos recuperado la inversión.

El objetivo obvio de la Comunidad de Madrid es enamorar poco a poco a Liberty Media, pero sobre todo a los madrileños no aficionados a este deporte. Es clave seducir a esa parte de los ciudadanos que de momento son indiferentes a la máxima competición automovilística. Porque hay una receta que explica de forma invariable los éxitos y fracasos de albergar un evento de este tipo: los Grandes Premios exitosos son aquellos que la población y el comercio local abrazan con decisión.

El desapego de la población local fue uno de los muchos errores que se cometieron en Valencia durante los años que albergó la Fórmula 1. No basta con salir en los medios de comunicación y decir cifras fastuosas de impacto económico. Es clave seducir al ciudadano portal a portal, comercio a comercio, de las bondades que supone para su ciudad invertir en un evento de tal magnitud. Quien haya tenido ocasión de asistir a carreras en capitales como Austin, Ciudad de México, Montreal, Singapur, o Melbourne, comprende que la razón del éxito del evento es la existencia de una atmosfera positiva acerca de la carrera.

placeholder Checo Pérez demostró cómo de querido es en España. (RB Content Pool)
Checo Pérez demostró cómo de querido es en España. (RB Content Pool)

El plus de Checo en Madrid

Existe además un plus que quizás haya que apuntar en el haber de la filial española de Red Bull. El piloto fue Checo Pérez y no David Coulthard, que es el protagonista habitual en este tipo de exhibiciones. La agenda de un piloto en activo en Fórmula 1 es tan apretada y cotizada que la presencia de un piloto titular puede llegar a costar a los organizadores entre caché y gastos de viaje no menos de 100.000 euros adicionales. Salvo las lógicas apariciones que hace el piloto mexicano en su tierra natal, nunca participa en este tipo de eventos. Pero para Madrid la presencia de Checo era importante y para él también era especial estar en la capital de España.

"Ni en el mejor de mis sueños me imaginaba rodando por aquí por Madrid. Me encanta vivir aquí, en Madrid, pero ahora tengo que conformarme con pasar solo un mes a lo largo del año. ¡Me encanta esta ciudad! Las vibraciones que transmite, su acogedora gente y que nunca duerme. Los días que paso aquí con mi familia son únicos. Es un orgullo, aunque sin estarlo es como estar en casa". Aparte del arraigo que el mexicano pueda tener con la urbe madrileña, según datos de la consultora Personality Media, es el tercer piloto con más seguidores en España, por detrás de Fernando Alonso y Carlos Sainz. Resumiendo: una presencia nada casual y que demuestra lo importante de la apuesta.

Valencia tenía unas condiciones para triunfar como sede de un GP como no había tenido jamás antes una ciudad para albergar la F1

Valencia tenía unas condiciones para triunfar como sede de un Gran Premio, como probablemente no haya tenido jamás antes una ciudad para albergar la Fórmula 1. Lo tenía absolutamente todo para ser una apuesta ganadora. Incluso a nivel técnico y organizativo el nivel fue excelente. Sin embargo, la gestión comercial, comunicación y política fue muy deficiente. El fracaso de la ciudad del Mediterráneo es una losa muy importante a superar para una buena parte de la opinión pública. No digamos ya cuando está el mismo partido político detrás de la idea. Sin la profesionalidad, transparencia y honestidad adecuada en la ejecución del proyecto, Madrid podría llevarse un batacazo similar.

El evento de exhibición de Fórmula 1 de este pasado fin de semana, si se analiza bien y sin dejarse arrastrar por triunfalismos, puede aportar datos clave acerca de los muchos puntos que quedan aún por trabajar. De momento, el olfato de Red Bull al interpretar mejor que ningún otro patrocinador el favorable momento político, así como el de la Comunidad de Madrid, que ha encontrado un socio ideal para su plan promocional, es un win-win para ambos. Pero el Gobierno regional haría mal en fiarse. Esto no ha hecho más que empezar.

A pocos días de las elecciones generales, y con la noticia reciente de la celebración de un Gran Premio de Fórmula 1 en Madrid, es inevitable que se le diera una lectura política a la exhibición de Fórmula 1 vivida en la capital de España. Aunque el evento fue promovido por la compañía de bebidas energéticas Red Bull, contó con el patrocinio reconocido de la Comunidad de Madrid. ¿Estaba el Gobierno regional subvencionando a una empresa privada como es la compañía austríaca, o, por el contrario, les estaba haciendo un enorme favor?

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