La decisiva "vuelta loca" de Sainz en Austria y el duro contraste con el frustrado Leclerc

Faltaba minuto y medio para terminar el Q1 de la carrera sprint y Carlos Sainz seguía en boxes con un problema de frenos. La superficie mixta y cambiante no era el mejor escenario para una única vuelta al ataque. Ya apresurado en la pista, su ingeniero le pidió una configuración determinada, quizás más conservadora de lo que las circunstancias requerían. "Nada de eso, tengo que ir al ataque ya", vino a ser la contundente respuesta del español. Sin conocer el estado del asfalto, Sainz se lanzó a cuchillo. Se puso primero con un solo giro. Lewis Hamilton se quedó en el Q1, y Charles Leclerc pasó al siguiente bloque por solo una décima. Fue el comienzo y, en parte, la razón para el podio de Sainz en el sprint del Gran Premio de Austria, el segundo para Ferrari en 2023.

Sainz cuajó una gran jornada tanto en entrenamientos como en la carrera sprint, contrastando con un Leclerc desfondado e impotente en las mismas condiciones. "Creo que he tenido un día muy bueno, dado como ha empezado, creí que me iba a quedar en la Q1 con un problema de frenos y veía el día un poco negro. Luego se ha aclarado bastante con esa vuelta de Q1, que me ha puesto primero, y a partir de ahí me he sentido muy bien con el coche". Sainz también salvó el día para Ferrari, gran favorito con sus monoplazas para secundar en el podio a Max Verstappen en el gran premio. Al madrileño solo le faltaría la estocada a su compañero.

"La vuelta loca" de Sainz

Tras esa fantástica vuelta del Q1, Sainz se recargó de confianza y energía. Había cogido el punto al SF23 en unas condiciones mixtas que se le atragantaban a Leclerc. Incluso con neumáticos medios usados superó a su compañero en el Q3, para terminar quinto y por delante del monegasco, que había usado el blando. Incluso en el Q2 Sainz había quedado a 63 milésimas de Verstappen. "Ni siquiera pude hacer las vueltas de la Q1, y tuve que hacer una vuelta loca del Q1 en condiciones mixtas, he tenido que empujar, y desde entonces me he sentido muy confiado con el coche, también he hecho un par de vueltas buenas en el Q3 con los medios usados".

Sin embargo, por delante sorprendían Nico Hulkenberg y Lando Norris en la parrilla de salida. Sainz se mantuvo prudente y a la expectativa en el nervioso inicio entre Verstappen y Pérez, que dejó descolgado a Norris en el atasco de la segunda curva. Desde la cuarta posición, el madrileño se dedicó a esperar, gestionando también un neumático intermedio que en las curvas rápidas no hacía gracia. Leclerc, fuera de los puntos, sufría de lo lindo por detrás con el desafortunado Lando Norris.

"Era la primera vez que usábamos los intermedios este fin de semana y nunca sabes que esperar del equilibrio, parecía que teníamos un ritmo decente, aunque teníamos problemas en la alta velocidad, pero he conseguido recuperar algo de ritmo, me hubiera gustado ponerme cerca de Checo, pero eran un poco rápido para nosotros", explicaría después Sainz. El Haas fue adelantado fácilmente, pero Sainz comprendió pronto cuál era su sitio. "Quizás podíamos haber ido un poco más rápidos, pero a mitad de carrera, cuando hemos pasado a Hulkenberg teníamos algo más de confianza, tenía mis neumáticos en mi ventana, pero luego Checo estaba lejos y no he podido alcanzarle".

El ritmo de Montreal, pero al revés

Por el contrario, y como suele ser habitual en él, Leclerc se mostró muy duro consigo mismo. "No estoy al nivel que quisiera en estas condiciones, con la pista mitad seca, mitad mojada, no tenía buenas sensaciones con el coche. No hay excusas, debo mejorar en estas condiciones, parece que estoy siempre en el lado opuesto a donde debo estar". Leclerc tiene confianza de que, con la carrera en seco, el panorama cambie para el gran premio. "Ha sido una jornada complicada para Charles ya desde esta mañana, no ha sido fácil para él, ha sufrido. En la pelea, cada vez que intentaba adelantar, perdía la posición. Creo que hay que pensar en pasar página y pensar en mañana, con las condiciones en seco", apuntaba Frederic Vasseur al terminar la jornada sobre la actuación del monegasco.

Queda ahora despejar la gran incógnita para Charles Leclerc y Carlos Sainz. "No sé cómo irá mañana con la degradación, con el ritmo, a ver si el coche se siente tan bien como en la qualy, lo que quiere decir que sería una buena carrera para terminar con los dos coches en el podio", apuntaba Sainz respecto al rendimiento del SF23 el domingo, que tanto ha desconcertado a Ferrari este año. "Soy optimista pero precavido, porque las últimas veces que hemos salido delante nos hemos ido para atrás, hemos degradado, y nada nos dice que esto no pueda pasar mañana, a ver si las mejoras que hemos traído ayudan a que no pasen".

Siempre prudente, el madrileño insinuaba que las cortas simulaciones con medios hacen correr aires de esperanza para mantener el mismo ritmo que en Montreal, lo que permitiría asentar el podio para los dos monoplazas italianos. Porque Max Verstappen dejó muy claro que solo un incidente o avería mecánica le pueden arruinar el triunfo. "Espero que sea el principio para darle la vuelta a la temporada que hemos tenido tan difícil en Ferrari. La verdad es que hasta ahora todo han sido P5, P4, espero que mañana el coche vaya bien en carrera. Tenemos poca degradación, que siempre es nuestro punto débil, y no pido buen ritmo, sino un ritmo decente de carrera para, por lo menos, aguantar segundos y terceros. Creo que será el inicio de cambiar bastantes cosas en el coche después del desarrollo que hemos traído en las últimas carreras", aseguró.

Pero queda algo más. En Montreal, Sainz también mostró mejor ritmo que Leclerc, pero terminó por detrás del monegasco tras la sanción en los entrenamientos. En el Red Bull Ring, salvo dos vueltas del Q3, también ha superado ampliamente a su compañero. Solo faltará dar la vuelta a los papeles al término del Gran Premio de Austria.