Cómo Fernando Alonso se lo jugó todo a una vuelta en Montmeló y la apuesta le salió mal

La decepción se palpaba en la grada. Ni siquiera la extraordinaria segunda posición de Carlos Sainz, mitigaba el disgusto de la afición española por no poder ver a sus dos pilotos en las primeras posiciones de la parrilla. Como el propio Fernando Alonso señalaba al bajarse del coche, fue una sesión clasificatoria muy extraña con pilotos como Sergio Pérez o Charles Leclerc que se quedaron fuera de la fase definitiva. El asfalto del Circuit de Catalunya estaba muy 'verde' a consecuencia de la lluvia caída a lo largo de la mañana y eso, acabó siendo una trampa en la que cayeron muchos nombres importantes, entre ellos Fernando. La suerte para el asturiano es que la sanción de seis puestos para Gasly hará que parta como octavo.

La igualdad ya anticipada hizo que el asturiano supiera que iba a ser extrema y no se equivocó. La única forma de lograr un tiempo que salvara los muebles, era en los momentos finales, donde la goma acumulada por el paso de los coches y la temperatura ofrecía unas diferencias notables de una vuelta a otra. "Hemos tenido un mal sábado, sobre todo por mi parte", admitía con franqueza Fernando. "Se me fue el coche por poner una rueda en mojado y dañé todo el fondo. Duele más porque era en una vuelta de calentamiento. Disgustado y ojalá pueda hacer un mejor domingo".

Y es que cuando las diferencias son tan mínimas, cualquier pequeño problema provoca retroceder muchos puestos. Aunque el equipo no quiso decirle por la emisora en cuanto cuantificaban el tiempo que se perdía con los daños del coche, es fácil presumir que mínimo seis o siete décimas perdió de competitividad el Aston Martin a consecuencia de la fatídica salida de pista nada más comenzar la sesión.

Una igualdad extrema

A partir de ese momento, para progresar hasta la fase definitiva de la Q1, donde quedan ya solamente los diez mejores, hubo que arriesgar mucho y sobre todo gastar juegos de neumáticos de más. Por esta razón, en el momento clave solamente quedaba un juego de neumáticos disponible. Con únicamente una bala para gastar, los riesgos que había que asumir eran excesivos y el de Oviedo demostró que también es humano y falló en la curva 10.

Al ser preguntado por las opciones para la carrera, el asturiano fue realista, pero se mantuvo ambicioso: "La carrera es mañana y si somos capaces de volver a poner todo en orden soy optimista. Si tengo en cuenta el tiempo que íbamos marcando hasta el momento que me fui largo en la curva 10 y el tiempo que marcaron los primeros es por lo que lo veo con optimismo y marcar muchos puntos. Creo que tenemos un coche competitivo para la carrera. Siendo realista partiendo noveno, veo posible un quinto o un sexto puesto. Me doy cuenta de que Checo parte justo detrás y probablemente nos adelantará, pero recuperar cuatro o cinco posiciones ya sería algo bueno".

Desafortunadamente, según admitió Fernando, los cambios realizados a la pista recuperando la configuración original no van a favorecer más adelantamientos, sino que incluso puede hasta que los perjudique. Hay que recordar que la sección final de la pista catalana con su secuencia de tres curvas rápidas de derechas fue suprimida en parte por cuestiones de seguridad y sobre todo para favorecer los rebufos a la entrada en recta. Solucionadas las cuestiones de seguridad con la ampliación de las escapatorias y visto que en nada se mejoraba la posibilidad de adelantar.

Visualmente se ha ganado mucho, pero sigue siendo muy difícil por no decir imposible, abordar la última curva pegado al coche de delante. Es por ello que cuando al de Aston Martin se le sugirió la posibilidad de alcanzar el podio el domingo, asumió la enorme dificultad que supone. "Si lo conseguimos, mañana nos fumamos todos un puro", bromeó demostrando que a pesar del sinsabor de la sesión clasificatoria no pierde el buen humor.

Con el pie cambiado

"Cuando pasas por la gravilla, en estas curvas de doscientos y pico por hora, dañas mucho el suelo y a partir de ahí ya fuimos con el pie cambiado todo el rato", explicó Fernando sobre los posibles daños a su coche. "Como hay tantos choques en la Q3, lo repararemos con mimo esta noche porque supongo que habrá un poco de daño ahí abajo. Pero aun así el coche iba muy bien, a ver si se puede adelantar y qué pasa con la gente que viene por detrás como Pérez, Leclerc o Russell". Adiferencia de Mónaco, donde al salir entre los primeros no se quería lluvia, Fernando reconoce que en la situación actual, una carrera en mojado en algún momento sí que sería una ayuda para poder progresar.

"Creo que sí sería bueno tener lluvia, nos mejoraría las opciones de remontar. No sé si lluvia (continua), pero sí que provoque cambios, como que uno ponga (neumáticos) intermedios y otro arriesgue con secos. Un poco esta situación que lanzas los dados de la suerte y cuando estás más atrás siempre puedes ser más atrevido", confesó.

"Aquí hay mucha degradación y una clave es tener los neumáticos más frescos que los de tus rivales y eso es lo que más ayuda a los adelantamientos aquí. A ver si con algo de caos mañana lo podemos aprovechar. Y si no llueve, pues intentaremos hacer una buena carrera. Son 62 vueltas y si hay mucha degradación eso ha sido nuestro punto fuerte hasta ahora", apostilló Fernando no perdiendo la sonrisa. Cuando Fernando apunta a una quinta o sexta plaza en carrera, su lenguaje corporal delata que aspira a mucho más y que no descarta nada para el domingo. A veces, la bestia cuando sufre una herida es más peligrosa aún.