¿Y qué estarán pensando en Alpine? Cuando Fernando Alonso convierte el podio en rutina

Quién podría imaginar al comenzar su andadura con Aston Martin que el podio se convertiría en un trabajo de rutina para Fernando Alonso. El idilio entre piloto y equipo acaba de comenzar, apunta a una gran simbiosis de futuro, y de tan apasionado principio solo cabe esperar mejores resultados. Como botón de muestra comparativa, nada mejor que echar la vista al garaje de Alpine para contrastar hasta qué punto la ganancia de Aston Martin ha supuesto la gran pérdida para el equipo francés.

Alonso rodó en tierra de nadie en el Gran Premio de Miami. Tanto que incluso se permitió el lujo de entretenerse con las cámaras del circuito mientras solventaba el trámite de llegar a la meta. "Me dediqué a terminar la carrera y ver la tele para ver dónde iba Lance y ver si tenía alguna posibilidad de lograr puntos". Quizás en la curva 11, en una pantalla enfrente y a un lado de la pista. Que parezca fácil no significa que lo fuera.

Porque la anécdota ejercía como prueba descarnada para evidenciar la posición de Ferrari y Mercedes en esta fase del campeonato. El primer gran premio americano parecía otro argumento para cuestionar la capacidad futura de ambos para alcanzar a Red Bull en 2023. Si a Fred Vasseur y Toto Wolff les hubieran llevado en enero con una máquina del tiempo al banderazo de Miami, les habría entrado la risa floja. Hoy tendrán la risa, pero tonta, ante el repaso de Aston Martin en el trazado americano. "Al comienzo del año, un podio era increíble. Ahora, después de cuatro podios, queremos más, por lo menos, una segunda posición". Sin duda, caerá en algún momento.

Cirujano en los momentos clave

Max Verstappen lo hizo parecer fácil remontando desde la novena posición en un primer relevo extraordinario. Otro tanto se antojaba para Fernando Alonso con su carrera en solitario. Sin embargo, completaba un fin de semana que el propio piloto calificó de "extraño" por el contraste entre el rendimiento en los libres, quizá los más complicados hasta el momento y la mejor clasificatoria de Alonso en 2023. Como en Jeddah, cuando sale desahogado delante, controla la carrera sin agobio.

"Nunca sabes las carreras cómo van a salir, tenía un poco de preocupación por salir de la parte sucia, me fui a la izquierda, Carlos y Checo no salieron bien, y pude mantener esa posición que era importante para los neumáticos del primer relevo". Alonso descompone y disecciona cada fase de la carrera y actúa con precisión metronómica. Salvada esa parte crucial inicial, en Miami el resto vino rodado. "Alargamos mucho la primera parada, hasta la vuelta 20. Luego en la segunda teníamos mucho más ritmo que nuestros rivales con las ruedas duras, y tuvimos una carrera un poco solitaria, nadie por delante, nadie por detrás". Solo se equivocó en un dato: Max Verstappen le alcanzó mucho antes de la vuelta 25, como había pronosticado.

Cuando Russell adelantó a Sainz e hizo el amago de marcharse a por el español en la vuelta 38, Alonso bajó en un segundo su ritmo de carrera. Mensaje recibido. El resto, dejarse deslizar para lograr su cuarto podio. "En Bakú faltaron algunas décimas", recordaría a final de la prueba. De nuevo, la maximización absoluta de rendimiento que se antoja falsamente rutinaria, porque encierra un inmenso bagaje de experiencia, trabajo, focalización y talento en letal combinación.

A partir de ahora, con la llegada a Europa, se tratará de mantener el pulso con la carrera de evoluciones que traerán Mercedes, Ferrari y el propio Aston Martin. Porque de Red Bull, al menos por varias carreras, será mejor olvidarse. Aunque Alonso mantenga la esperanza. "Pero los dos Red Bull siempre son irrompibles, y siempre son superrápidos. Pero, como dije, tal vez Mónaco, tal vez Barcelona, ​​tenemos una posibilidad".

El espejo de Alpine

Quién iba a decirle al Fernando Alonso de McLaren o de Alpine que se encontraría en tal posición en la recta final de su larga trayectoria en la Fórmula 1. Quien tantas veces ha insistido en poner en valor su aportación personal a un equipo reconoce ahora el valor de la aportación de Aston Martin. "Siempre estoy motivado, siempre trabajo duro, pero quizá no tenía a un equipo detrás que creyera en mí, en mi rendimiento, en mi habilidad de poner a punto el coche, nunca ha tenido un coche tan rápido como ahora. No he cambiado nada, pero Aston Martin me ha cambiado por completo". Parece que, por fin, Fernando Alonso ha encontrado su sitio.

Palabras —y el cuarto podio— que llegaban en el mismo fin de semana en el que Laurent Rossi, responsable de Alpine, criticaba duramente el rendimiento de su equipo. "No solo estoy notando una obvia falta de rendimiento, pero, potencialmente, un estado mental que no está a la altura de los estándares del pasado en este equipo", entre otros misiles de alcance. Sin duda, Alonso no olvidaba en su reconocimiento a ese equipo, cuyo máximo responsable tampoco se empleó a fondo para conservar a su principal activo. Hoy, Fernando Alonso tiene 75 puntos. El primer piloto de Alpine en la clasificación es Pierre Gasly, con ocho puntos. Ocon tiene seis. En un solo gran premio de esta temporada el asturiano ha logrado más puntos que las 10 carreras de ambos pilotos juntos.

Sin duda, el acierto técnico con un monoplaza es fundamental para el rendimiento de un piloto, y también otros factores influirán en su pobre estado de forma actual. Pero, certificada de nuevo la capacidad de Alonso para exprimir la naranja en cada carrera, su papel como revulsivo y catalizador, no cabe desdeñar el impacto de su marcha para el equipo francés. El español reconoció que esperó durante semanas la llamada para la renovación de su contrato, prueba de la débil determinación de Alpine, y en claro contraste con la actitud de Aston Martin. Ron Dennis aplicaba una máxima que tanto hace al caso: conserva tu activo, porque, si lo pierdes, no solo te debilitas, sino que fortaleces a tu rival. ¿Qué estarán pensando hoy tantos miembros del equipo Alpine viendo a Fernando Alonso y día sí y otro también subido al podio?