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La venganza del piloto sobre la máquina: cómo Alonso 'engañó' a su propio motor
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MEJORES RENDIMIENTO DEL ESPERADO EN SPA

La venganza del piloto sobre la máquina: cómo Alonso 'engañó' a su propio motor

El piloto español hubiera entrado en el Q3 tras un curioso problema con su motor, con mejor rendimiento del esperado inicialmente. Más tarde, se mostraría irónico con Honda

Foto: Fernando Alonso rozó la Q3 este sábado en Spa. (Reuters)
Fernando Alonso rozó la Q3 este sábado en Spa. (Reuters)

“No power, no power…”. Fernando Alonso gritó por la radio. Luego se sabría que había sido 'culpa' suya. En un mundo donde la electrónica y los algoritmos parecen subyugar al factor humano, el piloto español recordó que el hombre aún es capaz de romper los esquemas de la máquina. Fue cuando Alonso pasó a fondo por primera vez en todo el fin de semana la curva de Pouhon. El sistema de entrega de energía —y sus programadores— no había previsto semejante comportamiento, y la unidad de potencia dejó de suministrarla durante unos instantes.

Alonso no consiguió entrar en el Q3 aunque luego buscara la parte positiva a su posición de parrilla para el Gran Premio de Bélgica. “Ser undécimo, con nuevos neumáticos, nos da una oportunidad extra que intentaremos aprovechar (para la carrera)”. El rendimiento de McLaren en Spa fue una sorpresa. “Hubiéramos entrado fácil en el Q3”. ¿En un circuito como Spa? “Sabemos cuánto perdemos con el motor, así que fácilmente hubiéramos sido primeros o segundos…”. Ahí quedaba nuevamente el guante para Honda. Hasta con la anécdota de Pouhon.

placeholder A Fernando Alonso, ir a fondo le pasó factura en Spa. (EFE)
A Fernando Alonso, ir a fondo le pasó factura en Spa. (EFE)

La electrónica no 'entendió' a su piloto

El sistema de la unidad de potencia no esperaba que Alonso pasara a fondo en una de las más curvas más espectaculares de todo el calendario. Penalizado con infinitas posiciones de parrilla, Stoffel Vandoorne ayudó en varias ocasiones para la aspiración a su compañero de equipo. En la última, ambos pilotos hicieron un trabajo de libro en la recta de Kemmel. Tras salir de la estela de su compañero, Alonso fue escupido con unos cuatro o cinco kilómetros adicionales de velocidad punta.

Con superior velocidad desde ese punto, el sistema no 'entendió' que el piloto pasara con el 'pie a tabla' por donde nunca lo había hecho antes. "Establecemos segmentos para la entrega de energía, y cada uno se divide por el acelerador. A veces, el piloto hace una operación diferente, así que confunde al sistema y no hubo entrega en una zona determinada", explicaba Yusuke Hasegawa. “La batería no funcionó y perdí seis décimas desde la curva 11 a la 12. Era ya dos décimas más rápido que en la vuelta anterior, hubiera mejorado una o dos más en el último sector, así que hubiéramos entrado en el Q3 sin problemas”. Lo dicho, una sorpresa.

El sistema de la unidad de potencia no esperaba que Alonso pasara a fondo en una de las más curvas más espectaculares de todo el calendario

Alonso, a penalizar en Monza

En todo caso, McLaren y Alonso se encontraron ante un rendimiento inesperado. “Gran día hoy en el coche con prestaciones superiores a las que esperábamos. Enorme trabajo del equipo con los rebufos, y solo una pérdida de potencia nos freno de entrar en Q3. ¡Muy contento y mañana más!”, escribió en Instagram tras los entrenamientos. Pero ¿no fue otro el mensaje el viernes? Tanto Vandoorne como Alonso se movieron con relativa facilidad en torno al décimo puesto en los dos primeros bloques clasificatorios, al igual que el español durante los libres. O se llevó una sorpresa en Spa, o es que el MCL32 sigue mejorando poco a poco. Salvo el “no power”, claro.

“Lo teníamos planeado” explicó Alonso al terminar la sesión. "La próxima semana me tocará a mí”. Vino a insinuar que el Gran Premio de Italia está ya condenado de antemano. Como el viernes reconoció Hasegawa, Honda no tuvo tiempo para introducir en Spa la 'Spec 4', que podría sin embargo aparecer en el circuito italiano, penalizando el español allí pero quedando libre para Singapur, otro de los objetivos de la temporada para McLaren como lo fueron Mónaco y Hungría por sus características.

El '3.67845' o "a ver si acabamos..."

En la rueda de prensa de la tarde, un periodista preguntó a Fernando Alonso si esas buenas sensaciones de la clasificación también habían llegado del lado de Honda. "¿Es sólo el chasis, o también el motor, Fernando?", le inquirió. Cogió el micrófono y dijo con fuerza (y las intenciones claras): "¡Chasis, chasis!". Tres metros a la izquierda, Yusuke Hasegawa bajaba la cabeza haciendo un gesto de negación. Pocas respuestas dejaban tan en evidencia la situación actual.

Fue un día de continuos recados a Honda. Alonso, en tono de humor, cuchicheaba con Stoffel Vandoorne algunas de las veces que Hasegawa iba explicando las mejoras de este gran premio. En una de aquellas, mientras el japonés contaba que esta evolución 3.6 no sería utilizada por una avería, Alonso le bromeaba al oído diciendo que la siguiente de Monza podría ser como una 'versión 3.67845'. Por no hablar de cuando Hasegawa hablaba de esta pequeña mejora en Bélgica "que dio los resultados esperados" y Alonso le susurraba a su compañero: "A ver si mañana acabamos...".

Tampoco ayudó a calmar el ambiente cuando Éric Boullier decía ambiguo que "hay muchos o pocos obstáculos" para seguir con Honda. "Depende de si vemos el vaso medio lleno o medio vacío. Ahora, nada que decir ni comentar". Honda intentará salvar los muebles con otra mejora, la cuarta de este año. El cuándo es todavía una incógnita. "La esperamos lo antes posible, incluso en el GP de Italia pero no puedo garantizar nada". El pequeño margen de cuatro días hasta esa carrera juega en su contra. De retrasarse, la aplazarían hasta Malasia, a final de septiembre. Sería ya su segundo retraso de este año.

Pero Alonso también aprovechó para dejar mensajes en clave personal. Vandoorne le dió rebufo en la Q2 para ir más rápido en recta, y cuando un periodista cuestionaba la estrategia, salió a la carga con ironía. "Siempre me ha funcionado en los equipos que he estado. Aunque sea un compañero de equipo con el que es complicado en el trato y una persona difícil de gestionar internamente, en mis equipos siempre nos hemos ayudado el uno al otro. Muy orgulloso, no como en otros equipos". Se la devolvió así a Niki Lauda, que le había criticado por quejarse en exceso de Honda.

En clave de futuro, tampoco dejó más pistas de las que ya ha sembrado hasta ahora. "Esperaré y tomaré la mejor decisión para mí, la que me haga más feliz el año que viene. Estoy muy relajado, esperaré lo máximo posible para tener las ideas y los proyectos más claros". Contó poco después que ha rechazado "el 60% de las ofertas" que le han hecho hasta ahora, pero que "el otro 40% siguen en la mesa", en un mensaje claro y conciso con el que zanjó su última intervención. Entre medio, un sonido abrumador de fondo por la carrera de F2 que impedía escuchar bien las intervenciones. Boullier llegó a pedirle a la jefa de prensa que parara la rueda de prensa cuanto antes por el ruido. El mismo, metafóricamente, que quiso evitar Alonso en aquellas bromas sinceras con Vandoorne...

“No power, no power…”. Fernando Alonso gritó por la radio. Luego se sabría que había sido 'culpa' suya. En un mundo donde la electrónica y los algoritmos parecen subyugar al factor humano, el piloto español recordó que el hombre aún es capaz de romper los esquemas de la máquina. Fue cuando Alonso pasó a fondo por primera vez en todo el fin de semana la curva de Pouhon. El sistema de entrega de energía —y sus programadores— no había previsto semejante comportamiento, y la unidad de potencia dejó de suministrarla durante unos instantes.

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