La debilidad de Nairo Quintana y la posible batalla contra Mikel Landa en el Tour
El colombiano no ha podido seguir el paso de los mejores en la séptima etapa del Criterium del Dauphiné, a pocas semanas del inicio de un Tour donde Mikel Landa quiere luchar por el amarillo
El conjunto Movistar ya descuenta las horas para el inicio del próximo Tour de Francia, que parte el 6 de julio desde Bruselas. Tras una gran participación en el Giro de Italia, con la victoria de Richard Carapaz y el liderato por equipos, la 'Grande Boucle' ya asoma. Las expectativas telefónicas son altas. El ecuatoriano no tomará la salida, pero sí Nairo Quintana y Mikel Landa, que son la dupla elegida para conquistar una carrera que se les resiste desde que Óscar Pereiro se vistiera de amarillo en los Campos Elíseos en 2006, hace ya trece años. Junto a ellos también estarán el tercero en discordia, Marc Soler, y el campeón del mundo, Alejandro Valverde.
Movistar está ante una gran oportunidad de romper el gafe pues el máximo favorito a la corona, Chris Froome, no podrá participar al lesionarse de gravedad reconociendo la crono del pasado miércoles en el Critérium del Dauphiné. La prueba alpina, una de las más atractivas del calendario, pasa por ser el aperitivo previo a la ronda gala. Todos buscan una correcta puesta a punto. Ante la ausencia del británico y la de Dumoulin, que abandonó también por molestias en su rodilla, esta tarde Nairo ha desaprovechado la posibilidad de dar un golpe encima de la mesa para demostrarle al mundo quien será 'el gallito' a seguir.
La séptima etapa contaba con 133 kilómetros y cuatro pasos de montaña con final en el Montée de Pipay que era ideal para las características del colombiano. Sin embargo, Nairo, que debuta en esta competición, no ha estado fino. La intensa lluvia, condiciones que no le van, ha podido pasarle factura en una exigente jornada. Lo intentó a 11 kilómetros de meta, una vez Movistar puso la maquinaria ha funcionar, pero no logró abrir hueco y fue rápidamente absorbido por el pelotón. Fue el momento de otros actores que demostraron estar más finos que él: Fuglsang, Pinot, Bardet...y Wout Poels (Ineos), el gregario de lujo de Chris Froome le comió la tostada a todos para alzar los brazos en la cima y decicarle el triunfo a su amigo, hospitalizado.
La importancia de la Dauphiné
Quintana demostró una gran debilidad en los compases finales de la etapa y vio como los más fuertes se le escapaban. El domingo tiene una nueva oportunidad para resarcirse, pero su resbalón le hace retroceder de la novena a la undécima posición de la general, a 1:24 de Fuglsang (Astana), el líder. Con un Giro y una Vuelta, más dos segundos puestos en el Tour, la obligación para él es ganar la madre de todas las carreras de una vez por todas. La Dauphiné no es un examen final, pero sí un parcial de mucho peso. En los últimos años; Wiggins, Froome y Geraint Thomas ganaron aquí y luego hicieron lo propio en el Tour. El problema con Nairo es que tanto la gente como su equipo se cansen de esperarle.
Quintana, que viene realizando una temporada sólida a pesar de la falta de victorias, no tiene firmada su continuidad para el año que viene en el conjunto Movistar. Su contrato expira este curso y el colombiano está estudiando seriamente la posibilidad de marcharse. Nunca le ha gustado que haya tres líderes en el conjunto telefonico, como él mismo anunció a principios del 2018. La relación entre el menudo corredor y los directores es buena, pero su afán por ser la figura absoluta no gusta. En 2017, su padre, Luis Quintana, ya 'rajó' contra el equipo español al considerar que estaban "quemando a su hijo", obligándole a correr más de una grande al año.
El futuro de Quintana y Landa
Por supuesto, a Unzué y cía no les sentaron bien esas palabras. La temporada pasada el de Cómbita llegó en gran forma al Tour y no rindio (10º), lo mismo que en la Vuelta (8º). Pasan los años y poco a poco el sueño amarillo se le ha ido esfumando. Ahora afronta la que quizás sea su última oportunidad vestido de azul. Desde su país aseguran que tiene ofertas de otros equipos World Tour como el UAE Emirates o el CCC..
De la misma manera, Mikel Landa también parece destinado a empaquetar sus cosas rumbo al Bahrain - Merida, donde sustituiría a Vincenzo Nibali. El caso del alavés es similar al del latinoamericano, no ha cumplido con lo que se esperaba de él. Llegó del Sky para comerse el mundo y la carrera siempre le ha terminado relegando a un papel más secundario, como escudero de otros. Terminó este pasado Giro echo un toro y, tal vez como alma libre que ya se considera, parece que llegará a la 'Grande Boucle' con la idea de ganarla, sin importarle demasiado sobre quién recaiga el liderato de la formación. "Iré al Tour con la misma ambición que al Giro, a intentar ganar", comentó, e hizo referencia a Quintana: "El año pasado ya nos tocó compartir y este año, si estoy bien, tendrá que asumir que yo esté al lado de él".
El vitoriano avisa: no se lo pondrá fácil. ¿Irá cada uno por su cuenta?, es una posibilidad que no se descarta ni mucho menos. Para los intereses de Movistar, claro, esto es un gran contratiempo pues de darse esta posibilidad en carrera afearía su imagen. Con Froome fuera, Ineos sigue teniendo equipazo (Bernal, Thomas, Poels...), pero da menos miedo. El equipo británico ya se sabe que es un rodillo perfectamente organizado donde cada eslabón es tan importante como el primer espada. No dudan nunca. En cambio, en Movistar amenaza tormenta.
El conjunto Movistar ya descuenta las horas para el inicio del próximo Tour de Francia, que parte el 6 de julio desde Bruselas. Tras una gran participación en el Giro de Italia, con la victoria de Richard Carapaz y el liderato por equipos, la 'Grande Boucle' ya asoma. Las expectativas telefónicas son altas. El ecuatoriano no tomará la salida, pero sí Nairo Quintana y Mikel Landa, que son la dupla elegida para conquistar una carrera que se les resiste desde que Óscar Pereiro se vistiera de amarillo en los Campos Elíseos en 2006, hace ya trece años. Junto a ellos también estarán el tercero en discordia, Marc Soler, y el campeón del mundo, Alejandro Valverde.