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Así fue el tortuoso camino de Marc Gasol para llegar a la altura de su hermano Pau
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Pepu Hernández lo sacó del ostracismo

Así fue el tortuoso camino de Marc Gasol para llegar a la altura de su hermano Pau

Insultos, burlas y comparaciones odiosas. El mediano de los Gasol no lo tuvo fácil para hacerse un nombre en el basket. Una dieta estricta, un estudio exhaustivo y una gran actitud le llevaron al éxito

Foto: Marc Gasol, durante un partido de estos pasados playoffs de la NBA. (EFE)
Marc Gasol, durante un partido de estos pasados playoffs de la NBA. (EFE)

"Esto significa el mundo para mí", dijo un contentísimo Marc Gasol tras conseguir su primer anillo de la NBA. No es para menos, cuando con tan solo 16 años, siendo aún un crío, acompañó a Pau hasta Estados Unidos en su salto al baloncesto americano, jamás pensó en hacerse un hueco entre las estrellas, ni mucho menos que seguiría mínimamente los pasos de su hermano en la mejor liga del mundo. No, aquel chaval gordito que jugó en el Lausanne Collegiate School no tenía permitido soñar a lo grande. Pese a que se convirtió en el máximo anotador y reboteador de los institutos de la ciudad (27,5 puntos, 12,5 rebotes y 5,7 tapones de media), su devoción por las hamburguesas, especialmente las de McDonald's, no auguraban nada bueno.

Pero Marc cambió de hábitos. Volvió de tierras yankees, donde Pau ya había asombrado al mundo como mejor rookie del año, mentalizado y con la esperanza de labrarse un futuro y un nombre en la ACB. En el Barça conoció a Joan Montes y con él empezó su cambio físico, no sin antes haber aguantado burlas de todo tipo debido a su sobrepeso (le llamaban 'vaca lechera' en algunos pabellones) y las siempre envidiosas comparaciones con su hermano mayor.

En sus tres cursos en la Ciudad Condal apenas disfrutó de minutos y alternó el primer equipo con EBA. Dusko Ivanovic fue el entrenador que le condenó definitivamente al ostracismo en detrimento de Kakiouzis, Marconato, Fucka o cualquiera que pasara por allí. No obstante, en las categorías inferiores de la Selección el chico apuntaba maneras. Participó en el Europeo sub-20, donde España patinó, dejando buenas marcas (18,3 puntos y 8,1 rebotes) y en 2006 Pepu Hernández, candidato a la alcaldía del PSOE en las últimas municipales de Madrid, decidió, ante la sorpresa general, incluirlo entre los elegidos para el Mundial Absoluto de Japón.

placeholder Marc Gasol celebra el triunfo de España en el Mundial de Japón del 2006. (EFE)
Marc Gasol celebra el triunfo de España en el Mundial de Japón del 2006. (EFE)

De Japón a Girona

Ni uno solo de los mortales podía creerse como un joven de 21 años que únicamente había disputado 210 minutos en toda la temporada mereciera estar entre los preconvocados de un combinado nacional que aspiraba a todo. Pero como son las cosas que empezaron los entrenamientos y los partidos amistosos y Hernández cada vez se enamoraba más de él. Era enorme y le faltaba velocidad por los cuatro costados, pero tenía movilidad y un buen tiro desde media distancia. Se hizo con el puesto, en detrimento de Jordi Trias y Hernández Sonseca, y tomó el avión rumbo a Asia.

Allí limpió su imagen. La fatídica lesión de Pau durante las semifinales con Argentina le abrió la puerta. Pepu se las vio y se las deseó, pero confió en él y el tiempo le dio la razón. Schortsanitis, apodado 'Baby Shaq' (por Shaquille O'Neal) gracias a su tremenda envergadura, todavía tiene pesadillas. Aquel partido, que nos dio nuestro único campeonato del mundo, se ganó desde la defensa y Marc apareció cuando nadie le esperaba para secar a los griegos, que dos días antes le habían metido más de 100 puntos a USA. Anticipación, ayudas, rebotes...Marc hizo inmensamente feliz a su hermano, una estrella de la NBA que rompió a llorar en el banquillo. Al 'enchufado' nunca más se le cuestionó.

Su buen nivel en el mundial le llevó a fichar por el potente proyecto del Akasvayu Girona. Sus dos años allí, junto a Svetislav Pesic, fueron impresionantes. Adelgazó y empezó a entrenarse como un auténtico profesional. Se convirtió en un jugadorazo espectacular, a la altura de los más grandes. Rompió el récord de Ardyvas Sabonis y se coronó como el baloncestista con más MVP semanales de la historia de la liga (11). A la postre recibiría el MVP de la temporada y entró en el mejor quinteto titular antes de dar el salto a la NBA. Los Memphis Grizzlies se hicieron con sus derechos en una operación que mandó a Pau a Los Lakers, donde conseguiría dos anillos junto a Kobe Bryant.

placeholder Marc Gasol lucha por un rebote en un duelo de ACB entre el Akasvayu y el Barça. (EFE)
Marc Gasol lucha por un rebote en un duelo de ACB entre el Akasvayu y el Barça. (EFE)

Del 'Grit & Grind' a los Raptors

Con 'los osos', el mediano de los Gasol mantuvo los hábitos alimenticios que le habían llevado por el buen camino e incluso los modificó sensiblemente para cortar de raíz los azúcares, las grasas procesadas y la carne. En sus platos empezó a primar la verdura, también el pescado y los huevos. Con el paso de los años, Marc fue afinando su físico, adelgazando considerablemente. En 2013 ganó el trofeo al Mejor Defensor del Año, primera vez para un europeo, y llegó a las finales la Conferencia Oeste, donde fue apeado por los San Antonio Spurs. En 2014 ya había perdido cerca de 20 kilos y ahí se mantuvo. Ganó mucha agilidad y fuerza. También introdujo variantes en su juego que le permitieron convertirse en uno de los mejores pívots del mundo. Recibió numerosas ofertas, muchas de ellas mareantes, pero su amor incondicional a Memphis, la ciudad que le había visto crecer y donde decidió formar una familia, siempre le tiró más.

En 2015 amplió su vinculación con la franquicia, convencido de que el Grit & Grind —así se conoció a la forma de jugar del equipo, con mucha presencia en el poste bajo, anotaciones cortas y defensa férrea— podría luchar por el título en plena era del 'small ball', la suculenta propuesta de los Golden State Warriors que causó furor entre los aficionados. Con Tony Allen, Zach Randolph y su inseparable Mike Conley; Marc estaba dispuesto a partirse la cara por un sueño imposible. Sacrificó dinero por ello, pero el desgaste y la salida de los dos primeros le obligaron a tomar la puerta de salida. Así, y tras el último All Star, se gestó su fichaje por los Toronto Raptors de los también españoles Serge Ibaka y Sergio Scariolo, seleccionador nacional y ayudante de Nick Curse en la entidad canadiense, que le recibieron entusiasmados.

placeholder Marc Gasol se abraza a Mike Conley durante su época en los Grizzlies. (EFE)
Marc Gasol se abraza a Mike Conley durante su época en los Grizzlies. (EFE)

A los Raptors, un equipo ganador, les faltaba una pieza para optar a todo y romper su gafe en los playoffs y la encontraron en el de Sant Boi. Desde el principio, Marc se puso al servicio del colectivo, renunciando a ser protagonista en la parcela ofensiva (lo era en Memphis), para ser determinante en la defensiva. Bajó sus promedios, pero ayudó a los Raptors a convertirse en la primera franquicia fuera de Estados Unidos en ganar un anillo. Apartado de los focos, entre las sombras, Gasol hizo todo lo que estuvo en su mano para 'anular' a Joel Embiid, Antetokounmpo, Cousins o Draymond Green. Su rotación con Ibaka, una firme apuesta de Scariolo, resultó. Ahora, es posible que ambos vuelvan a verse las caras este verano para liderar a la Selección en el próximo Mundial de China dada la inevitable ausencia de Pau, afectado por una lesión en el pie que le ha mantenido en el dique seco buena parte de este curso.

Los Gasol, que ya fueron los dos primeros hermanos en disputar un partido de las estrellas de la NBA en 2015, vuelven a establecer un nuevo récord: ya son los dos primeros hermanos en tener un anillo en la mejor liga del mundo. Esta buena nueva, más allá de que al aficionado le guste más uno u otro, sitúa a Marc a la altura de Pau. Ahora afronta unos meses claves para dirimir su futuro, pues tiene una 'player option' que puede ejercer o no. Si fuera lo segundo, Marc saldría al mercado para buscar nueva casa. De la solidaridad fuera de la cancha, a la solidaridad dentro de ella para cosechar el título. No lo llamen Marc Gasol, llámenlo 'Big Spain'.

"Esto significa el mundo para mí", dijo un contentísimo Marc Gasol tras conseguir su primer anillo de la NBA. No es para menos, cuando con tan solo 16 años, siendo aún un crío, acompañó a Pau hasta Estados Unidos en su salto al baloncesto americano, jamás pensó en hacerse un hueco entre las estrellas, ni mucho menos que seguiría mínimamente los pasos de su hermano en la mejor liga del mundo. No, aquel chaval gordito que jugó en el Lausanne Collegiate School no tenía permitido soñar a lo grande. Pese a que se convirtió en el máximo anotador y reboteador de los institutos de la ciudad (27,5 puntos, 12,5 rebotes y 5,7 tapones de media), su devoción por las hamburguesas, especialmente las de McDonald's, no auguraban nada bueno.

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