La importancia del triple o cómo España se complicó la vida ante la débil Irán

Desde la NBA, se ve cómo el triple va sumando importancia con el paso de los años, y esa mecánica es algo que puede trasladarse también a las competiciones internacionales. Sin ser un paso que se haya dado del todo en los campeonatos FIBA, su importancia es más que lógica: ganar con malas estadísticas desde el triple es posible, pero requiere mucho trabajo en otras facetas, y eso es lo que ha tenido que hacer España para ganar a Irán en el último partido de la primera fase con más dudas que otra cosa.

Han pasado ya los tres partidos de la fase de grupos y el objetivo se ha cumplido: tres de tres y con los rivales que había no era para menos, pero la realidad va mucho más allá, empezando por la victoria ante Irán, sin florituras ni actos de los que presumir y con un serio problema desde la línea de tres. Al final, España le ganó de ocho, pero a base de trompicones, no de constancia. La mitad del partido, los pupilos de Scariolo estuvieron por debajo del combinado asiático. Preocupan sobre todo los comienzos. Es la tónica habitual de cada encuentro. España ha perdido todos los primeros cuartos ante unos combinados mucho más inferiores.

Sin fluidez ofensiva, sin g,enerar juego exterior y con grandes problemas para dominar la pintura con jugadores más que consagrados en el panorama mundial. Solo hay que atender a las estadísticas: 27 de 64 en tiros de campo (42,2%) y un triste nueve de 30 desde la línea de tres puntos (30%). Si en los torneos pasados España destacaba por tener una buena línea de ejecutores desde esa zona (Rudy, Garbajosa, Llull, Navarro, Calderón…), ahora no se puede decir lo mismo. Las sensaciones no son positivas porque las bajas pesan más que la ilusión de los que han quedado.

Muy poco de Ricky y Marc

En lo individual, Marc Gasol, uno de los capitanes de la selección, finalizó ante Irán con 16 puntos y seis rebotes, Juancho Hernangómez hizo valer los minutos que estuvo en pista y consiguió un doble-doble de 11 puntos y 10 rebotes, siendo de los más peleones en la pintura. Su hermano Willy acabó con ocho puntos para reivindicarse desde el banquillo. En contraposición, Ricky se quedó solo en cinco puntos y cinco asistencias en el partido más flojo en lo que llevamos de Mundial, y Sergio Llull solo encestó un lanzamiento desde el triple en más de 20 minutos de juego.

Y algo que también preocupó mucho fue, de nuevo, el inicio de partido. En apenas dos minutos de juego, Irán estaba 0-10 arriba, dobles dígitos con 0/5 de España en tiros y 4/4 para el adversario. Tiempo muerto de Scariolo y reacción de España, pero con cierto letargo, con calma, como si quisieran hacer un homenaje al día de la marmota. Ante una selección a la que se esperaba que batiese con suma facilidad, a falta de tres minutos del final el cuadro español seguía por detrás en el marcador, 62-63. Al final, llegó lo que tenía que llegar: los nombres, pero cuidado que no todos los combinados son Irán: Marc y Llull, Llull y Marc. Uno para ejecutar, otro para facilitar. El primero arregló el desaguisado al final con dos grandes acciones, una de ellas un triple casi desde la sala de trofeos.

Y de esas, que Scariolo monta un circo y le crecen los enanos. Toca esperar noticias, pero el tobillo izquierdo de Rudy le obligó a parar y no pudo volver a pista. Obviamente, el objetivo está conseguido: tres victorias y a por Italia el viernes, pero está por ver si este nivel le da a España para pelear de tú a tú con el combinado 'azzurri'. Sí, pelear, porque ganar de momento son palabras mayores y más si nos paramos a pensar en que el domingo se citan con la todopoderosa Serbia de Bogdanovich, Jokic, Jovic, Bjelica o Daduljica, que llevan pasando el rodillo desde que empezó lo serio. Pinta difícil, y si el triple no está de nuestro lado, apaga y vámonos.