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El Real Madrid sigue vestido con el traje de gala y explota sus virtudes en Riazor
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ramos lo empañó con su 23ª expulsión

El Real Madrid sigue vestido con el traje de gala y explota sus virtudes en Riazor

El equipo de Zidane se ha actualizado al mundo moderno en el que para instaurar una dinastía, hay que jugar bien al fútbol y lo hace con la jugada colectiva más larga desde hace más de una década

Foto: Kroos y Bale, dos de los goleadores. (Reuters)
Kroos y Bale, dos de los goleadores. (Reuters)

A 37 jornadas del final de la Liga, la pregunta ya está en el aire: ¿hay alguien que esté a la altura del Real Madrid? La respuesta es no. El Madrid es el mejor equipo ahora mismo. Cuando acabe la temporada, habrá ganado todo lo que haya querido. Con hacerlo bien, sumará títulos. Otros pueden hacerlo bien, pero no llegan a este nivel. Los blancos acabaron líderes el curso pasado y lo inician de la misma manera, con la idea de que en mayo estén ahí arriba igualmente, como si fuera costumbre. Perderán partidos, habrá días que jueguen terriblemente mal, que no cumplan las expectativas. Pero el Madrid de Zidane es estable como una balsa en la vega del Segura. Nada le altera y lo normal es que gane, como en Riazor.

Por primera vez en muchísimo tiempo, este Madrid es superior y lo sabe. Y es más importante, por contradictorio que parezca, lo segundo que lo primero. Una cosa es ser mejor y otra ser consciente de ello. Saberse el mejor da puntos, pues el fútbol es un estado de ánimo. Lo dijo Valdano y no se equivocaba. El Madrid salta al campo a ganar al contrario, eso no lo ha hecho siempre, no se engañen. Hasta hace bien poco, jugar en casa contra el Madrid era motivante, era una oportunidad para dar una alegría a la afición propia porque se creía factible. Muchas veces el rival que fuera, cualquiera, encerraba al Madrid en su área propia y ganaban los blancos por pura calidad individual, la cual da victorias esporádicas. La calidad grupal las asegura, la que ahora mismo impera en el colectivo madridista.

44 toques y 107 segundos para marcar

Eso es nuevo. Siempre se ha dicho que en el Madrid solo imperaban las estrellas y que sobrevivía a base de ellas. Este equipo ahora es todo lo contrario. El siguiente tweet muestra las pruebas. El 0-2 fue un gol de auténtica complicidad de toda la alineación, un vestido de gala cosido por todos los miembros del taller con la delicadeza de la alta costura. 44 pases desde el portero hasta el remate final a puerta vacía de Casemiro. Dice 'Opta Jose' que es la mayor sucesión de pases para alcanzar el gol desde la temporada 05-06. Es decir, más allá del paradigma del fútbol asociativo, el Barça de Guardiola. Ni siquiera esa perfección hecha fútbol hiló tan fino para perforar una portería. El Madrid de Zidane acumuló 107 segundos de pelota tocada por los once presentes en el campo para doblar su ventaja.

El Madrid ha evolucionado, ha crecido dentro del fútbol. Ya está 'para colgar en un alambre', como puso García Márquez en boca de Santiago Nasar. Se ha actualizado al mundo moderno en el que para ir más allá del simple 'ganar', para instaurar una dinastía, hay que jugar bien al fútbol, lo cual con Isco, Kroos y Modric está más que asegurado. Los recursos los tiene multiplicados, tiene 'overbooking' de talento hasta tal punto que el futbolista teóricamente menos ducho en cuestiones técnicas es, además de un eslabón más en la cadena, un finalizador, un goleador. Casemiro ha hecho dos goles en cuatro partidos oficiales. Tres si añadimos la final de Champions al recuento.

Cuenta también la suerte, buena y mala. El Barça de Guardiola, para continuar con el paralelismo, no habría existido si el disparo de Iniesta en Stamford Bridge hubiera cogido una trayectoria ascendente mayor y se hubiese escapado a la grada. Quizás no estaría usted leyendo estas líneas si Florin Andone hubiera acertado una de sus incontables oportunidades ante Keylor Navas. Ganó el Madrid, jugó infinitamente mejor que el Deportivo de la Coruña, pero hasta que Bale sacó el mejor botín de un rechace, las ocasiones habían sido blanquiazules. El Madrid ponía el fútbol y el Dépor las oportunidades.

placeholder Esto originó la primera amarilla para Sergio Ramos. (EFE)
Esto originó la primera amarilla para Sergio Ramos. (EFE)

Una mala noche para dos

Andone no es un goleador nato, pero gusta porque es el prototipo de atacante que ningún defensa quiere defender. Es molesto hasta el punto de sacar de quicio a cualquier ser vivo. No hay un segundo del partido que no esté peleando por un balón que esté en su zona de influencia. Estaba solo contra Ramos y Nacho y chutó más veces a portería que Luis Suárez en 180 minutos de Supercopa. No era el partido para estrenarse en la Liga (quizás jugase este domingo y esta semana se vaya a la Premier, se le caen las ofertas), ni siquiera de penalti, porque Navas se lo impidió. No era su día, tampoco el de Sergio Ramos. Acaso se complementaron entre fallos y desaciertos.

En un Madrid tan acertado, no es normal que sea el capitán el más errático. Empezó a torcérsele el partido con algunas salidas de pelota que acabaron en pies del contrario y en consiguiente creación de peligro. Luego se puso excesivamente nervioso al no tirar el balón fuera con un hombre del Dépor en el suelo (porque consideraba la venganza resuelta porque hicieron lo mismo minutos antes los otros). Schär, el central del club gallego, se lo recriminó con mucha vehemencia y Ramos lo pagó con un manotazo que lo mandó al suelo. Amarilla. Luego, claro, lo tenían que expulsar. Un salto con los codos por delante, un golpe sin mala intención, pero suficiente para que el árbitro le sacara la segunda. 23 expulsiones como madridista, un lamentable récord en nuestro país.

Al final no afecta. El resto del equipo había estado tan bien que el partido estaba resuelto con mucha antelación. Hasta Bale estuvo entonado, no solo por el gol, sino por su participación, cada vez mayor en el juego colectivo, está entendiendo por fin qué tiene que hacer, que no es más que seguir el ritmo de movimiento de balón hacia el destino común del gol, como en el tanto de Kroos. Pudo tirar y fallar, pero recortó, levantó la cabeza y vio al alemán listo para empalar en la frontal. Y entre medias de ambos goles, la jugada más larga de la última década. Una joya así, para empezar con buen sabor de boca.

Ficha técnica

0 - Deportivo: Rubén Martínez; Juanfran, Schär, Sidnei, Luisinho; Guilherme; Fede Cartabia (Borja Valle, min.79), Celso Borges (Adrián López, min.65), Bakkali (Bruno Gama, min.54); y Florin Andone.

3 - Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Sergio Ramos, Nacho, Marcelo; Kroos, Casemiro (Marcos Llorente, min.72), Modric; Bale (Lucas Vázquez, min.80), Benzema e Isco (Asensio, min.66).

Goles: 0-1, min.20: Bale. 0-2, min.27: Casemiro. 0-3, min.62: Kroos.

Árbitro: José Luis González González, del colegio castellanoleonés. Expulsó por doble amarilla a Sergio Ramos (min.92). Mostró amarilla a Bakkali (min.24), Schar (min.53), Cartabia (min.61), Mosquera (min.39) y Andone (min.87), del Deportivo; y a Modric (min.57).

Incidencias: Partido de la primera jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Abanca Riazor ante unos 27.801 aficionados, según el club local. Antes del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del ataque terrorista del pasado jueves en Barcelona y por el exjugador del conjunto coruñés Manolo Loureda. En el descanso del partido, el equipo local presentó a los jugadores que le representarán en LaLiga Genuine.

A 37 jornadas del final de la Liga, la pregunta ya está en el aire: ¿hay alguien que esté a la altura del Real Madrid? La respuesta es no. El Madrid es el mejor equipo ahora mismo. Cuando acabe la temporada, habrá ganado todo lo que haya querido. Con hacerlo bien, sumará títulos. Otros pueden hacerlo bien, pero no llegan a este nivel. Los blancos acabaron líderes el curso pasado y lo inician de la misma manera, con la idea de que en mayo estén ahí arriba igualmente, como si fuera costumbre. Perderán partidos, habrá días que jueguen terriblemente mal, que no cumplan las expectativas. Pero el Madrid de Zidane es estable como una balsa en la vega del Segura. Nada le altera y lo normal es que gane, como en Riazor.

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