Un Barcelona aplastado, noqueado y con una cornada de varias trayectorias
"Sabemos que no estamos en el mejor momento, no solo a nivel de equipo, sino a nivel de club", dijo Gerard Piqué tras el partido. El Barça presenta a Paulinho este jueves
El FC Barcelona salió del Bernabéu con un 2-0 y gracias. Los de Zidane se echaron a dormir en la segunda parte y gracias a la modorra el Barça se ahorró un repaso que podía haber sido histórico después de lo visto en la primera mitad, donde los blancos arrasaron sin piedad a un equipo sin ritmo, sin fútbol y sin alma. A los tres minutos, Asensio ya había marcado un golazo, y en el 38’, Benzema hizo el segundo. Entre medias, un baño en toda regla. La superioridad de los madridistas fue aplastante y los azulgrana se limitaron a verlos llegar como aviones. Perdió el conjunto blanco una oportunidad histórica para lograr un marcador de los que hacen pupa, pero la sensación fue que noqueó a un Barça por un global de 5-1 en la Supercopa y que la cornada tendrá varias trayectorias.
Ernesto Valverde cambió el sistema y apostó por tres centrales, pero el Madrid en el centro del campo hizo lo que le dio la gana mientras Busquets, lento y perdido, no daba abasto; André Gomes seguía demostrando que no tiene sangre, sino horchata, y Rakitic estaba desbordado. La presión, la anticipación, el uno contra uno, la velocidad con la pelota, todo, absolutamente todo, fue cosa del Madrid. Y lo peor es que uno miraba al banquillo azulgrana y se encontraba con el siguiente panorama: Semedo, Denis Suárez, Deulofeu, Alcácer, Digne y Aleix Vidal, mientras que Zidane no contaba con Cristiano sancionado y se dejó a Bale e Isco en el banquillo.
Era tan superior el Madrid que en la segunda parte, sin rival enfrente, decidió echarse la siesta. Y ni por esas consiguió el Barça maquillar el resultado a pesar de dos tiros al palo de Messi y Luis Suárez. En ningún momento dio la sensación el equipo azulgrana de poder darle la vuelta al resultado. Aturdido, noqueado, impotente, atropellado. El desánimo ante el naufragio fue general, y a Messi se le vio en varias ocasiones mirando al césped, hundido. Mientras, en la cuenta oficial del PSG de Twitter hacían sangre con una foto de Neymar sonriente y un emoticono más sonriente todavía. Al margen del dudoso buen gusto del PSG, sería absolutamente simplista reducir la causa de la derrota del Barça a la ausencia de Neymar.
— PSG English (@PSG_English) 16 de agosto de 2017
Obviamente, al Barcelona le falta un meneo, savia nueva, y el mánager general, Pep Segura —que antes del partido pidió disculpas por sus palabras sobre Piqué—, salió tras el partido en TV3 a ofrecer al pueblo lo que quiere: ilusión. “Debemos reforzar al equipo y lo haremos en los siguientes días. Estamos discutiendo las opciones de Coutinho y Dembélé. Esperamos poder cerrarlo”. Este jueves presentan a Paulinho, que no genera ningún entusiasmo en la afición, pero al que Valverde ha dado su bendición porque considera que es un tipo de centrocampista que no tiene en la plantilla.
De ser “la envidia del mundo”, como afirmó muy ufano Josep Maria Bartomeu el pasado 7 de julio en una entrevista al 'Sport', a parecer solo un mes y medio después un equipo vulgar, sin alma y del que las estrellas como Neymar prefieren marcharse para brillar más. El agujero por la gestión del caso Neymar ya había socavado la fortaleza de Bartomeu y compañía hasta el extremo de hacer temblar la cuerda que los sostiene. Rezaban para que empezara a rodar la pelota y Messi, siempre Messi, lo solucionara todo. No solo no ha sido así, sino que el agujero es ahora uno negro que se lo puede tragar todo si en los primeros partidos de Liga el Barça no resucita. Benedito y su moción de censura sobrevuelan el Camp Nou como si fueran los dragones de 'Juego de tronos', dispuestos a arrasarlo todo en un pispás. Bartomeu y su junta están en el momento de mayor debilidad desde que llegaron.
A Valverde nadie le va a pedir cuentas; acaba de llegar y esto es lo que se ha encontrado. A Messi, Suárez, Busquets, Iniesta y Piqué tampoco, después de todo lo que han ganado y del compromiso que han demostrado. Todas las miradas están puestas en Bartomeu y su junta directiva. Paulinho no les va a servir de cortina de humo, pero algo tendrán que hacer si no quieren que el personal se les alborote y la moción de censura de Benedito coja vuelo.
Gerard Piqué, también en declaraciones a TV3, dio la puntilla final: “Sabemos que no estamos en el mejor momento, no solo a nivel de equipo, sino a nivel de club. El Madrid ha sido superior, esto es así. Parece que vamos por caminos separados y no es así, debemos ir todos juntos. Desde que estoy aquí, es la primera vez que he sentido que el Madrid era superior a nosotros”.
El FC Barcelona salió del Bernabéu con un 2-0 y gracias. Los de Zidane se echaron a dormir en la segunda parte y gracias a la modorra el Barça se ahorró un repaso que podía haber sido histórico después de lo visto en la primera mitad, donde los blancos arrasaron sin piedad a un equipo sin ritmo, sin fútbol y sin alma. A los tres minutos, Asensio ya había marcado un golazo, y en el 38’, Benzema hizo el segundo. Entre medias, un baño en toda regla. La superioridad de los madridistas fue aplastante y los azulgrana se limitaron a verlos llegar como aviones. Perdió el conjunto blanco una oportunidad histórica para lograr un marcador de los que hacen pupa, pero la sensación fue que noqueó a un Barça por un global de 5-1 en la Supercopa y que la cornada tendrá varias trayectorias.