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Godzilla, King Kong y Frankenstein han vuelto: por qué hay leyendas y mitos que no mueren
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Godzilla, King Kong y Frankenstein han vuelto: por qué hay leyendas y mitos que no mueren

La cartelera demuestra que estas criaturas siguen interesándonos, lo que tiene un significado mucho más profundo de lo que podría parecer

Foto: Foto: iStock/CSA-Printstock.
Foto: iStock/CSA-Printstock.

Un grupo de gente espera y se congrega ilusionada para entrar en el Cine Paz de Madrid, donde van a visionar una locura importante: A.P.E., una "burda, barata y tronchante" (según las palabras del propio Festival Cine Cutre, que se encarga de presentar la película) copia del remake de King Kong que John Guillermin filmó en 1976. En otras palabras, mientras la gente que acude a todos los cines de España puede elegir ver Godzilla y Kong: el nuevo imperio, que está ahora en cartelera, un grupo específico en Madrid va más allá todavía y se decanta por la versión coreana (y cutre) de un fenómeno que no parece pasar nunca de moda: el simio gigante que un buen día se subió al Empire State.

El festival (que ya tiene 13 años) se dedica a buscar rarezas, es decir, películas tan malas que sonrojarían a cualquier cinéfilo o persona con un mínimo criterio, y rescatarlas del olvido, un trabajo al que se dedican también algunas distribuidoras americanas (hasta el absurdo de que muchos títulos de cine Z ya cuentan con su versión remasterizada en 4k mientras que otros clásicos no la tienen). Desde cine turco cochambroso de los 80 a una versión de Superman hecha con un muñeco Ken, la temática es muy variada. Este año en concreto son los monstruos gigantes. Como cuenta Carlos Palencia, de comunicación de esta gamberrada: "Somos muy mitómanos y solemos centrarnos en géneros concretos, queremos películas con intrahistoria que den para contar anécdotas. El año pasado nos centramos en vampiros y la figura de Drácula, y este, como sospechábamos que Godzilla contra King Kong sería un éxito, elegimos esta temática".

Van a lo seguro, pues parece que hay figuras que no pasarán jamás de moda, a juzgar por la cartelera. "Me gustaría hacer algo de Frankenstein también", indica Palencia. "Porque hay muchísimas películas, sobre todo desde que ha pasado a ser de dominio público. También es una figura muy atractiva porque es un monstruo incomprendido que intenta ser aceptado por la sociedad, y eso es algo que nunca va a pasar de moda". Teniendo en cuenta que este año Pobres criaturas, la película de Yorgos Lanthimos basada en la novela escocesa del mismo nombre de Alasdair Grey, ha dado que hablar (Emma Stone arrasó en la pasada ceremonia de los Oscar por su papel como Bella Baxter, una Frankenstein femenina) y que se están preparando hasta dos versiones más del mito del moderno Prometeo (uno de Guillermo del Toro y otro de Maggie Gyllenhaal, que hablará de la novia del monstruo), parece lógico afirmar que hay figuras y mitos que no pasan de moda.

"Frankenstein es una figura muy atractiva porque es un monstruo incomprendido que intenta ser aceptado por la sociedad"

¿Por qué?

José Manuel Losada es catedrático de la Universidad Complutense y experto en mitología (publicó en 2022 Mitocrítica cultura con Akal), tiene claro que hay mitos que perduran más en el tiempo que otros: "Aunque esto depende mucho de la época", asegura. "Por ejemplo, en el siglo XIX uno de los mitos más importantes fue el de Prometeo, mientras que en otros fueron Hermes o Mercurio. Cuando Mary Shelley concibió ese moderno Prometeo dio el pistoletazo, sin saberlo, para la ciencia ficción moderna desde el punto de vista de la creación de hombres. El doctor Frankenstein ha ido a morgues y cementerios, ha reunido vísceras humanas, nervios y cables, y así ha penetrado en los secretos de la generación y la vida. Como sucede en el Génesis, da la vida, algo que se seguirá recuperando con Blade Runner y otras obras similares. Eso es algo que nos obsesiona porque a día de hoy podemos manipularla como con la oveja Dolly, pero no crearla".

placeholder 'A. P. E.', una copia coreana y particularmente mala de 'King Kong'.
'A. P. E.', una copia coreana y particularmente mala de 'King Kong'.

"Mi teoría es que, en el caso de Frankenstein, concretamente es un mito que nos obsesiona tanto porque nos fascina eso de crear hombres, y lo que hace Mary Shelley es crear a partir de una materia muy rudimentaria. Hoy en día y gracias al conocimiento del ADN, sabemos cómo se compone la identidad del individuo", explica Losada. "Desde hace 60 años, la ciencia ficción se apoya en estos descubrimientos que antes solo eran elucubraciones como las de Julio Verne. Ahora se pueden basar en más cosas".

Godzilla es un referente de la obsesión por la destrucción de la humanidad y tiene una clara relación con Hiroshima y Nagasaki

"Por otro lado, otras criaturas como Godzilla también siguen teniendo mucha fama, pero son lo que yo llamo teratomitos: personajes que son animales míticos, híbridos, como en su día lo eran las sirenas o los grifos. No considero que sean mitos exactamente, pero también dan una explicación pertinente a la sociedad. En el caso de Godzilla, es un referente de la obsesión por la destrucción de la humanidad: nace de unos terremotos que se provocan en las fallas del mar de Japón en unas islas remotas donde hay huevos. Además, tiene una íntima y clara relación con Hiroshima y Nagasaki, es una metáfora de la angustia y la autodestrucción, y es innegable que a día de hoy estamos obsesionados —más aún después de la pandemia— con la indefensión del ser humano".

"El hombre siempre está luchando entre la seguridad y la libertad, y el covid nos ha mostrado lo inseguros que nos sentimos y que somos muy débiles. No hay que olvidar que Prometeo le da el fuego a los hombres para que no mueran por la noche, no para que modelen los metales. El hombre está muy indefenso ante la naturaleza y tiene que confiar en su inteligencia para sobrevivir, y eso nos obsesionará siempre", señala.

Parece fácil relacionar la fantasía con la insatisfacción vital: en tiempos difíciles en los que no nos agrada lo que vivimos, tendemos a proyectar otros mundos. Aunque eso no significa que dejemos a un lado el corte realista: "Siempre existirá", asegura Losada. "Tenemos la obligación de imitar y, mientras haya arte, se querrá hacer algo igual. La copia realista nunca desaparecerá, aunque es cierto que desde la modernidad tendemos hacia el subjetivismo, también desde un punto de vista filosófico que pone el foco no ya en el objeto, sino en el sujeto observante. De ahí viene toda esa huida de la realidad, pero siempre habrá obras realistas por la tendencia a la imitación propia del ser humano".

Un grupo de gente espera y se congrega ilusionada para entrar en el Cine Paz de Madrid, donde van a visionar una locura importante: A.P.E., una "burda, barata y tronchante" (según las palabras del propio Festival Cine Cutre, que se encarga de presentar la película) copia del remake de King Kong que John Guillermin filmó en 1976. En otras palabras, mientras la gente que acude a todos los cines de España puede elegir ver Godzilla y Kong: el nuevo imperio, que está ahora en cartelera, un grupo específico en Madrid va más allá todavía y se decanta por la versión coreana (y cutre) de un fenómeno que no parece pasar nunca de moda: el simio gigante que un buen día se subió al Empire State.

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