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Juan Ortega: de la espantá al 'no hay billetes'
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FERIA DE VALDEMORILLO

Juan Ortega: de la espantá al 'no hay billetes'

El diestro sevillano, protagonista de una boda fallida, abre la temporada anunciándose en Valdemorillo con máxima expectación e inaugurando un ejercicio taurino que destaca por la hegemonía de Morante y el regreso de Ponce

Foto: Juan Ortega, en una imagen de archivo. (EFE/Fernando Villar)
Juan Ortega, en una imagen de archivo. (EFE/Fernando Villar)

Ha empezado la temporada taurina de manera rotunda y prematura. Por la feliz reapertura de la plaza de México después haberla secuestrado un juez casi dos años; por la ruidosa presentación de los carteles de San Isidro, y porque la feria de Valdemorillo inaugura el ejercicio de 2024 acartelando al torero más buscado del escalafón, o sea, el fugado Juan Ortega.

El maestro sevillano era y es el favorito de los aficionados con buen gusto, pero resulta que la espantada de su propia boda el pasado diciembre lo convirtió en un episodio nacional del que hicieron causa los medios del corazón. Salía del anonimato Ortega por razones muy extravagantes. Y lidiaba con una presión de la que ha logrado sustraerse en una suerte de retiro. Luego vinieron las explicaciones sentidas en la entrevista a Carlos Herrera. Y tomaron cuerpo los primeros compromisos de la temporada.

Puede entenderse así la expectación que ha suscitado la feria de Valdemorillo. Y el cartelazo de categoría donde Alejandro Talavante y Ginés Marín arropan a Juan Ortega en la lidia de ejemplares de Cuvillo.

Se ha puesto el cartel de no hay billetes este sábado en la plaza madrileña. No ya por el morbo que suscita del torero huido, sino por el hambre de toros de una temporada entre cuyas líneas maestras destaca el veto de Roca a torear con Luque, el regreso de Ponce para… despedirse, la hegemonía de Morante de la Puebla, la atracción de Borja Jiménez entre los matadores legionarios y la ambiciosa propuesta televisiva de One Toro. Y no solo porque el canal taurino se ha comprometido a transmitir las grandes ferias del año —Valencia, Sevilla, Madrid, Pamplona, Bilbao, Zaragoza—, sino porque la oferta abarca 117 espectáculos y forma parte de la parrilla con que atrae abonados la plataforma de Vodafone.

Es obligación del ministro de Cultura proteger la tauromaquia. Lo contrario significaría incurrir en un ejercicio de prevaricación política

Le conviene a la Fiesta que se normalice la tauromaquia como acontecimiento mediático. Y que los toros salgan del gueto donde se encuentran. La afluencia de jóvenes a las plazas es tan elocuente como los síntomas de agotamiento del movimiento antitaurino y de la presión animalista, aunque reviste bastante inquietud que el nuevo titular de Cultura, Ernest Urtasun, se haya significado a la contra en declaraciones incendiarias. Es obligación del ministro de Cultura proteger la tauromaquia y velar por ella. Lo contrario significaría incurrir en un ejercicio de prevaricación política cuyas consecuencias mantienen en alerta el sector taurino, aunque más preocupación doméstica e interna suscita la disminución de la cabaña brava, tanto por las consecuencias derivadas de la pandemia como por la contracción del número de espectáculos.

Menos cantidad, más calidad. De hecho, la resonancia mediática de Ortega equivale a la proliferación de matadores que cultivan la tauromaquia de la exquisitez en un feliz cambio de paradigma. Es una manera de identificar la influencia de Morante de la Puebla. Y de prestar atención a los toreros que secundan el magisterio del monstruo sevillano. Los hay veteranos, como Diego Urdiales. Los hay en proceso de consagración, como Pablo Aguado y Ginés Marín. Y los hay recién doctorados: Jorge Martínez se anuncia el 24 de mayo para su confirmación en la feria de San Isidro.

La temporada que arranca es la primera sin El Juli en el último cuarto de siglo de historia. Se despidió con honores Julián López en 2023. Y no parece que vayan a seguir su ejemplo otras figuras mandonas de largo recorrido. Ahí están los ejemplos de Manzanares, de Castella, de Alejandro Talavante, de Emilio de Justo. Y del propio Miguel Ángel Perera, padrino de García Pulido en el festejo de Valdemorillo de este mimo domingo. Completa el cartel Paco Ureña y se lidian ejemplares de Alcurrucén.

Ha empezado la temporada taurina de manera rotunda y prematura. Por la feliz reapertura de la plaza de México después haberla secuestrado un juez casi dos años; por la ruidosa presentación de los carteles de San Isidro, y porque la feria de Valdemorillo inaugura el ejercicio de 2024 acartelando al torero más buscado del escalafón, o sea, el fugado Juan Ortega.

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