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'Hermana muerte': las monjas de Paco Plaza inauguran el Festival de Sitges
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'Hermana muerte': las monjas de Paco Plaza inauguran el Festival de Sitges

El director valenciano regresa a "casa", a la cita inelududicle del terror, con la precuela de 'Verónica', que se estrena mundialmente el 17 de octubre en Netflix

Foto: Aria Bedmar es Narcisa en 'Hermana muerte'. (Netflix)
Aria Bedmar es Narcisa en 'Hermana muerte'. (Netflix)

Paco Plaza vuelve a "casa". Vuelve ya no a la catedral del cine de terror, sino "al Vaticano", en sus propias palabras. El director valenciano inaugura la 56 edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña con Hermana muerte, la precuela de Verónica, que se estrenará mundialmente en Netflix el próximo 17 de octubre. Verónica (2016), inspirada en casos paranormales como el de Vallecas o el de Embajadores, ocurridos en Madrid en los años 90, fue el paso de Plaza a un terror en el que mezcló el drama de autodescubrimiento de una adolescente con el cine de género de posesiones. Plaza retoma ahora uno de los personajes, el de Narcisa, la monja ciega tutota de Verónica, para situar el fantástico en medio de un contexto de la posguerra española.

Foto: Fotograma de las primeras imágenes de la película 'Hermana muerte'. (Netflix)

Rodada en el Monasterio de Sant Jeroni de Colaba, cerca de Gandía (Valencia), Hermana muerte se ambienta entre finales de los 40 y principios de los 50, un momento en el que la España superchera intenta escaparse de una realidad pobre, hambrienta y dramática. Narcisa (Aria Bedmar, en su primer papel para el cine), es una joven que tiene una sensibilidad mística que la acaba conviertiendo una especie de "niña santa" al estilo de las apariciones marianas de Fátima, Lourdes y Garabandal.

"Cuando hicimos Verónica nos quedamos con las ganas de hablar de Narcisa, porque de alguna forma te sugería que había algo en su pasado que la conectaba con esa niña de de Vallecas", explica Plaza en rueda de prensa en Sitges. Un novelista gráfico, El Torres, dibujó "un cómic protagonizado por la Hermana Muerte, basado en este personaje de Verónica, y siempre se nos había quedado la sensación de que habíamos dejado algo en el tintero", prosigue Plaza. "Se ve que se podía explorar más ese personaje; lo habíamos visto apenas el asomar el hocico", reconoce. "Pero a raíz de la repercusión que tuvo Verónica en Netflix -generó un interés a nivel mundial- pensamos en seguir expandiéndose este universo".

Cuenta el productor, Enrique López Lavigne, que fue a raíz de un tuit en 2018 del actor estadounidense Dwayne Johnson, The Rock -el actor mejor pagado de Hollywood en los últimos años-, en el que preguntaba si "alguien había visto Verónica ya", cuando pensó que "estaba pasando algo que era nuevo, que se escapaba del planteamiento local que siempre habían perseguido las películas españolas". "Entendimos que Dwayne Johnson era capaz de ver una película en español con subtítulos, así que pensamos en la comunidad del fantástico, que está organizada en torno a festivales, y empezó a surgir la idea de relacionarse con gente fuera de nuestro idioma, nuestro lenguaje y nuestra localidad. Quisimos universalizar el mundo de Verónica, pero no como un diseño".

Jorge Guerricaechevarría, ese guionista que lo escribe todo en España, guardaba de hace tiempo una idea relacionada con novicias en la época de la posguerra. Así que Plaza y él decidieron hibridar ambos mundos para parir juntos la historia de Narcisa, que debe su nombre a un clásico del cine de conventos, Narciso negro (1947), de Michael Powell y Emeric Pressburger. En Hermana muerte, Plaza ha querido hermanar, nunca mejor dicho, dos conceptos tan diferentes de cine como el de Ordet (1955) de Carl Theodor Dreyer y el de Sympathy for the Devil (2002) del surcoreano Park Chan-wook. "Volviendo a ver los planos de Hermana muerte me vuelven unas imágenes donde hay como una especie de austeridad en blanco, con mínimos elementos, para después pasar a imágenes más barrocas", en las que también se da cabida a "la presencia demoníaca fantasmagórica de la monja".

placeholder Otro momento de 'Hermana muerte'. (Netflix)
Otro momento de 'Hermana muerte'. (Netflix)

Uno de los grandes referentes de la película ha sido Quién puede matar a un niño (1976), de Chicho Ibáñez Serrador, con una música inolvidable compuesta por Waldo de los Ríos, una película fundacional del terror diurno. Primero, la película se constriñe a una arquitectura, la del convento, a las simetrías, a los cuadros dentro de cuadro, que encierran a la novicia protagonista para luego desatarse y dejarse arrastrar por el fantástico.

"Para mí Verónica fue, de alguna forma, mi ópera prima", insiste Plaza, aunque su ópera prima fuese, en realidad, El segundo nombre (2002), y el éxito arrollador lo alcanzase con la saga de REC. "Yo sentí que, de alguna manera, estaba empezando a entender lo que lo que para mí significa el cine y las posibilidades expresivas que tiene el cine de terror para hablar de la realidad de una forma totalmente indirecta. Y es un camino en el que siento que La abuela (2021) da un paso adelante muy grande. Y creo que Hermana muerte es muy coherente con con eso. No sé dónde me va a llevar, pero sí siento la necesidad de abandonar estructuras narrativas clásicas que constriñen. Quiero estar más abierto al cine como forma expresiva artística independientemente de lo narrativo; cada vez me interesa más la fuerza expresiva de las imágenes y que se dialogue menos".

placeholder Aria Bedmar en el papel de Narcisa en 'Hermana muerte'. (Netflix)
Aria Bedmar en el papel de Narcisa en 'Hermana muerte'. (Netflix)

"Creo que estoy haciendo haciendo cada vez historias más minimalistas; quiero contar muy poquitas cosas, que haya pocos personajes, y que cada cosa tenga un peso importante en la en la historia", incide Plaza. "Al final son películas como El exorcista (1973), La profecía (1976), La residencia (1969) o Los ojos sin rostro (1960) las películas que me han marcado como espectador de cine de género. Y todas tienen historias muy sencillas en las que pasan pocas cosas, pero todas muy relevantes".

Bedmar reconoce que es la primera vez que protagoniza una película de terror, un género con el que hasta ahora no había sentido demasiada afinidad. "Yo soy una persona muy asustadiza", reconoce la actriz. "No tenía muchas referencias, pero Paco me dijo una frase que que era: tu personaje no sabe que está en una película de terror. Entonces tú tienes que trabajar el personaje desde dentro, intentando saber qué le pasa. Lo importante no eran sólo las habilidades de Narcisa para percibir lo que no todo el mundo puede percibir, sino qué necesidad tiene de de ponerse en peligro para saber la verdad. Además, hay una cuestión de sororidad, de intentar ayudar dentro de ese convento".

placeholder Otro momento de la película. (Netflix)
Otro momento de la película. (Netflix)

La película comienza con un prólogo rodado en 16 milímetros. "Una de las cámaras estaba estropeada, y me gustaba mucho porque hay una raya en todo el negativo que es precioso. En algún momento estuvimos barajando la opción de usar imágenes reales de las apariciones de Garabandal o de ese tipo de niñas visionarias, pero, claro, era demasiado goloso, renunciar a rodar una niña santa sepultada en cruces, así que pensé que tenía la oportunidad de crear mis propias imágenes, que es mejor".

Las imágenes que construyen Paco Plaza y Daniel Fernández Abelló, en un cuatro tercios bellísimo, recorren las estancias del convento y repasan una parte oscura de la historia española, la historia de la represión, de las Guerra Civil, el peso de la religión y la necesidad de creer. Cuando no hay pan, la fe alimenta el alma.

Paco Plaza vuelve a "casa". Vuelve ya no a la catedral del cine de terror, sino "al Vaticano", en sus propias palabras. El director valenciano inaugura la 56 edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña con Hermana muerte, la precuela de Verónica, que se estrenará mundialmente en Netflix el próximo 17 de octubre. Verónica (2016), inspirada en casos paranormales como el de Vallecas o el de Embajadores, ocurridos en Madrid en los años 90, fue el paso de Plaza a un terror en el que mezcló el drama de autodescubrimiento de una adolescente con el cine de género de posesiones. Plaza retoma ahora uno de los personajes, el de Narcisa, la monja ciega tutota de Verónica, para situar el fantástico en medio de un contexto de la posguerra española.

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