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Los dos capítulos más 'queer' de la literatura clásica española están en el Quijote
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Los dos capítulos más 'queer' de la literatura clásica española están en el Quijote

El filólogo y activista LGTBIQ+ Ramón Martínez Rodríguez asegura que la historia de la literatura está repleta de referencias gais más o menos veladas. Hablamos con él

Foto: Representación de Don Quijote y Sancho Panza. (iStock)
Representación de Don Quijote y Sancho Panza. (iStock)

Sí, es bien sabido que numerosos textos literarios antiguos se hacen eco del amor entre personas del mismo sexo. El Banquete de Platón, sin ir más lejos. Pero ¿sabía usted que en Lope de Vega, en Góngora, en Garcilaso y en otros muchos autores clásicos patrios también es posible entrever referencias gais más o menos sibilinas? ¿Se ha percatado alguna vez de que en El Quijote hay algunos pasajes profundamente LGTBIQ+?

"Los capítulos 27 y 28 de El Quijote son los más queer de la literatura clásica española".

Lo sostiene el filólogo y activista Ramón Martínez Rodríguez, experto en literatura homosexual española, estudioso del Siglo de Oro y quien ya trabaja en el que será su siguiente libro: un ensayo sobre textos clásicos con carga LGTBIQ+ que, sin embargo, han sido reiteradamente obviados o escondidos por la crítica literaria.

placeholder Retrato de Cervantes de Juan de Jáuregui.
Retrato de Cervantes de Juan de Jáuregui.

En el capítulo 27 de la obra magna de Cervantes, el cura y el barbero buscan a don Quijote para llevarlo de vuelta a casa. Para no ser descubiertos, el cura se disfraza de mujer y el barbero, de escudero. Pero a medio camino el sacerdote se da cuenta de que no es muy digno que vaya travestido, así que él y el barbero se intercambian los disfraces. En el capítulo 28, el cura y el barbero (recordemos, este último vestido de mujer) se topan con un joven que se lava los pies en un arroyo y se esconden para espiarlo. Pero al quitarse el sombrero, se descubre que el joven es en realidad una mujer (Dorotea) disfrazada de hombre.

También en el Lazarillo de Tormes hay insinuaciones a la homosexualidad. En esa novela picaresca publicada en 1554, el protagonista sirve a varios amos, entre los que se encuentra un fraile de la Merced. Dice Lázaro que a su servicio rompió sus primeros zapatos. "La referencia a los zapatos rotos es una alusión velada a la práctica sexual", señala Martínez Rodríguez, lo que indicaría que Lázaro habría mantenido relaciones con el fraile. Por cierto: la orden de la Merced fue la que más procesados por sodomía tuvo en el siglo XVII.

Hay incluso quien considera que el Libro del Buen Amor, escrito por el Arcipreste de Hita en la primera mitad del siglo XIV, podría haber estado dirigido en realidad a los frailes de la época, a modo de recordatorio de que el buen amor era el heterosexual. Porque no solo había sacerdotes que mantenían relaciones con sus amas y criadas, también los había que practican sexo entre ellos o con otros hombres.

placeholder Retrato anónimo de Lope de Vega. (Museo del Prado)
Retrato anónimo de Lope de Vega. (Museo del Prado)

Y qué decir de Lope de Vega. En La boda entre dos maridos, una comedia que escribió en 1608, dos amigos se intercambian las novias. "Para casarse mejor cada uno y, sobre todo, para seguir juntos", señala Martínez Rodríguez. Por su parte, La Dama Boba (1613), también de Lope de Vega, culmina con una triple boda y con dos personajes, Feniso y Duardo, que se quedan solteros. Feniso le dice entonces a Duardo: "Vos y yo solo faltamos / Dad acá esa mano hermosa". Y la obra se cierra con los dos hombres cogidos de la mano.

Durante el Siglo de Oro fueron muy populares los llamados Entremeses de Mariones, piezas teatrales generalmente cómicas y en las que se jugaba con las identidades sexuales. "Se trata de textos muy interesantes porque ponen en ridículo los patrones de género de la época", subraya Martínez Rodríguez. Hay por ejemplo un entremés de Quevedo en dos partes titulado El Marión. Y están también los entremeses repletos de alusiones homosexuales que el actor cómico vallisoletano Cosme Pérez llevó a escena en el Siglo de Oro, en todos los cuales daba vida al personaje de Juan Rana, de quien ya en la época decía que se llamaba así porque la rana no es carne ni pescado…

Cosme Pérez llegó a ser procesado por sodomía por la Inquisición, pero fue absuelto en 1636

En uno de esos entremeses, Juan Rana Mujer, una esposa, gasta una broma a su marido y le hace creer que se ha convertido en mujer. Y en El parto de Juan Rana se hace creer al protagonista que está embarazado.

Cosme Pérez llegó a ser procesado por sodomía por la Inquisición, pero fue absuelto en 1636. "La mayoría de sus textos eran cómicos, como no podía ser de otro modo estando la Inquisición por medio. Pero no dejan de estar ahí", destaca Ramón Martínez Rodríguez.

El odio entre Quevedo y Góngora

Es famoso el odio profundo que Quevedo y Góngora se profesaban mutuamente. Quevedo, entre otras lindezas, solía llamar a Góngora puto y sodomita. Pero algunos estudiosos barajan la posibilidad de que Góngora fuera efectivamente homosexual. Al fin y al cabo, en su obra es sospechosamente recurrente la figura de Ganímedes, el hermoso príncipe troyano que fue raptado por Zeus, convirtiéndolo en su amante y en copero de los dioses. En uno de sus más conocidos sonetos, el que arranca con el verso "La dulce boca que a gustar convida", Góngora no solo menciona a Ganímedes, sino que se cree que podría ser la versión española de un poema del italiano Torcuato Tasso en el que queda más claro que la boca que incita al deseo es la de un hombre.

Y hay más, muchísimos más ejemplos

"Lo que ocurre es que algunos de esos textos fueron radicalmente escondidos debajo de la alfombra y otros fueron directamente expurgados. Además, son textos cuyo verdadero significado en muchos casos es difícil de entender, porque están escritos con códigos muy diferentes a los actuales", destaca Martínez Rodríguez.

placeholder Garcilaso de la Vega. (Wikimedia)
Garcilaso de la Vega. (Wikimedia)

Es el caso de la epístola que en 1534 Garcilaso de la Vega escribió a Boscán. "Muchos textos del siglo XVI y del XVII pasan por ser simplemente amistosos. Pero la amistad en esa época se formulaba con expresiones muy similares a las del amor cortés. La epístola de Garcilaso a Boscán muestra cómo la línea entre la amistad y el amor desbordante puede ser muy difusa", opina Martínez Rodríguez.

Este filólogo también ha dado con un texto medieval en latín que narra el martirio de san Pelayo. Cuenta la historia de un joven cristiano, Pelayo, que en el año 920 fue apresado por los musulmanes y a quien Abderramán III trató de seducir, ofreciéndole de todo a cambio de sus favores. Pelayo no aceptó y acabó siendo torturado primero y ejecutado después. "El texto refleja un choque cultural: mientras en los reinos musulmanes la homosexualidad era algo aceptado, en el mundo cristiano era perseguida", señala.

Martínez Rodríguez considera que no se han querido ver las insinuaciones homosexuales que pueblan la historia de la literatura. "Incluso en los libros de bachillerato de hoy en día no se explicita la homosexualidad de García Lorca o de Cernuda, cuando es trascendente para entender su obra", señala. "Hay que reescribir la historia de la literatura y quitar los vetos. Eso permitiría además que muchos jóvenes LGTBI crecieran de manera muy diferente a como lo hacen", concluye.

Sí, es bien sabido que numerosos textos literarios antiguos se hacen eco del amor entre personas del mismo sexo. El Banquete de Platón, sin ir más lejos. Pero ¿sabía usted que en Lope de Vega, en Góngora, en Garcilaso y en otros muchos autores clásicos patrios también es posible entrever referencias gais más o menos sibilinas? ¿Se ha percatado alguna vez de que en El Quijote hay algunos pasajes profundamente LGTBIQ+?

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