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Miss Raisa, la rapera musulmana que se quitó el velo: "En Marruecos hay más racismo que en España"
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Entrevista

Miss Raisa, la rapera musulmana que se quitó el velo: "En Marruecos hay más racismo que en España"

Imane Raissali tuvo que enfrentarse a una dura campaña de acoso este verano tras despojarse del velo. Es una voz cada vez más importante para su generación y para las jóvenes nacidas en Marruecos pero crecidas en España

Foto: Imane Raissali, aka Miss Raisa, en el Foro de la Cultura de Valladolid.
Imane Raissali, aka Miss Raisa, en el Foro de la Cultura de Valladolid.

A Imane Raissali (Tánger, 1997) ya no le gusta el miss de Miss Raisa. Prefiere el Raisa a secas como nombre artístico, el de esa rapera que hace tres años —poco antes del confinamiento— lanzó sus primeras canciones y empezó a subir como una bala sus seguidores en las redes sociales (hoy tiene más de medio millón). Otro momento de disrupción fue este verano cuando decidió despojarse del velo, una acción por la que a esta catalana de origen marroquí —llegó a Cataluña con ocho años— le cayeron insultos, como ella dice, por todas partes. Ya no era guay; ya no era musulmana. El acoso fue tal que llegó a tener protección policial.

Tampoco era la primera vez que ponía tierra de por medio con ciertas tradiciones de su país. Raissali tuvo que enfrentarse a un matrimonio organizado y tuvo una hija. Todo eso se acabó cuando apareció Miss Raisa. Ahora, dice, está más tranquila aunque le da rabia haber perdido la inocencia de la chica que simplemente cantaba canciones sin saber mucho de las reacciones de los haters. Estudia Psicología, participa en programas de radio y tras hacerse una voz para su generación acude a encuentros como el reciente Foro de la Cultura de Valladolid dedicado a los odios y en el que tuvo lugar esta entrevista.

Foto: María Ressa. (EFE/Ricardo Maldonado Rozo)

PREGUNTA. Tienes más de medio millón de seguidores en redes sociales. Apareces cada vez más en medios. Después de las campañas de acoso que has sufrido por quitarte el velo, ¿no te da cierto reparo lo que puedan decir o hacer?

RESPUESTA. Los haters siempre van a estar ahí. De hecho, son un indicador de que haces ruido. A mí me encanta que la gente discrepe conmigo. Pero el tema de los haters es que a medida que vas teniendo más visibilidad y tu mensaje va calando cada vez tienes más. Y gestionarlo no es tarea fácil. Tú haces las cosas desde la inocencia y desde la intención de hacer algo bueno... y que a cierta parte de la sociedad le cueste tanto aceptar ese mensaje tuyo, lo cual no me importa, pero que te odie por eso y llegue al acoso… es difícil. Hay que gestionarlo rodeándote de las personas que te quieren, estando en un entorno seguro porque si no te puede hacer mucho daño psicológico.

P. ¿Ahora cómo lo llevas?

R. Ahora estoy muy tranquila, pero en aquel momento sí estuve un poco paranoica. Tuve que cambiar a mi hija de colegio, cortar con mis rutinas del día a día, sabía que había patrullas de policía al lado de mi casa para ver si había algo que no era normal. Y luego, al final de cada reunión, el inspector me decía: "pero, eh, vive tranquila". Y yo [abre mucho los ojos] que tenía que ir como James Bond por la vida… Era muy contradictorio. También el humor me ha servido mucho para sobrellevar esto. Si no fuese porque soy muy payasa me hubiera hundido en la miseria.

placeholder Imane Raissili, Miss Raisa. (Foro de la Cultura)
Imane Raissili, Miss Raisa. (Foro de la Cultura)

P. Vamos a recapitular un poco. Tus primeras canciones las conocemos el 12 de marzo de 2020, solo dos días antes del confinamiento. Y en esa portada del álbum apareces tú con velo. Solo han pasado tres años desde entonces. ¿Cómo ves ahora a esa chica de esa portada?

R. Veo mucha inocencia y mucha inexperiencia. Al final yo era muy niña. Ahora cada vez menos, desgraciadamente, ya que conservar la inocencia es algo bellísimo. Pero sí, lo que veo es a una chica que iba pensando que todo el mundo es buena gente y todo es superguay. Mi madre siempre me decía: "Cariño, no, te vas a encontrar con momentos y personas que no son guays". Y eso siempre me ha costado mucho. Julio del año pasado fue uno de esos momentos. El mayor dolor, la mayor hostia que he tenido no fueron las amenazas sino darme cuenta de que había mucha más maldad de lo que yo jamás había pensado. Eso me hace dar un paso atrás y volver a mi mundo interior, que es donde siempre me he sentido muy a gusto y muy en paz conmigo misma porque el mundo exterior hace demasiado ruido.

P. Y además esa maldad te ha llegado desde muy diversos lados. Desde el lado musulmán, desde el lado no musulmán. Incluso por alguno que ni te esperabas.

R. Totalmente. Siempre hemos tenido esa concepción de que lo que se parece a nosotros es amigo, hermano, confianza y refugio, y no es verdad. Lo que siempre nos hace más daño es lo más cercano. No es lo mismo que te insulte un desconocido a que te insulte un familiar. Ver que ese acoso venía de partes muy diferentes… En el fondo pensaba, oye, a lo mejor odias en mí algo que tú también tienes. Lo que hice fue alejarme para ver las cosas con una visión más global y sin tanto corazón, sino siendo más racional para que no me haga tanto daño. Siempre digo que ser tan emocional me hace mucho daño.

P. Te lo decía también porque se te ha considerado como "la rapera guay del velo" y cuando te lo quitaste eso tampoco gustó…

R. Sí, bueno, una de las cosas que me entristecen es que al final nunca se pone el foco en la persona sino en lo que llevas, lo que traes puesto, lo que te quitas, lo que te pones… Y sí, antes era la chica del velo, después la que se quitó el velo. No creo que yo como artista sea una tía talentosísima, creo que soy un buen ser humano y que mi intención es buena. Más allá de eso soy muy ignorante, muy cutre…

P. Además del velo, aunque vivías en España, tú también pasaste por el camino tradicional marroquí: te casaron muy joven, tuviste una hija… Y aunque tú te rebelaste, me pregunto si aunque una esté ya en España es difícil escapar a ciertas "tradiciones".

R. Sí, porque al final un espacio no es el que te define. Te define el entorno en el que estás, la gente que te rodea, la cultura en la que estás inmersa y las tradiciones. Tú ya puedes estar en EEUU en un pueblo pequeño que, si tu familia es de tradición tal, te la vas a comer con patatas. Hay cosas e historias muy jodidas que ocurren mucho más cerca de lo que creemos. No hace falta estar en Marruecos para ver que hay situaciones de matrimonio organizado, que presionan a una chica para ponerse el velo o que no la dejan ponerse el velo… Esas vainas están entre nosotros. Igual que yo como española y catalana cuando me voy fuera sigo mis tradiciones del pantumaca y todo el rollo. Nuestras tradiciones pueden hacer mucho bien, pero hay prácticas que son muy dañinas, sobre todo cuando se trata de cortarle las alas de una persona y sentenciarla de por vida. Yo soy partidaria de elegir tú y equivocarte.

Foto: Najat el hachmi. (EFE)

P. La escritora Najat El Hachmi es muy crítica con todo esto, con el velo y todo el machismo que le rodea. ¿La conoces?

R. Sí, sí. Comparto lo que dice. El velo y las mujeres musulmanas estamos siendo utilizadas para instrumentalizar el Islam, para medir el Islam y el poder masculino en la sociedad. Depende de cuántas mujeres haya con velo ven cómo está calando su mensaje en la sociedad, así que cuántas más mujeres se lo quitan, piensan: mierda, se me está yendo el poder, tengo que hacer más presión, menos libertad hacia las mujeres… En este aspecto, a nosotras también nos cuesta hacer esta reflexión porque nos permiten tan poco pensar y cuestionarnos las cosas… Está mal visto preguntar, porque estamos más guapas calladitas, así que al final es una reflexión que haces muy sola y tienes miedo de compartirla. Yo hay debates que no abro con mi familia porque sé que no va a haber manera de llegar a ninguna conclusión y además me cuesta hacerlo en árabe porque no tengo el mismo vocabulario que en castellano.

P. ¿España discrimina o ayuda ante estos contextos?

R. A mí me encanta vivir en España. He podido construir la vida que siempre he querido gracias también al entorno que he tenido y lo que he elegido. Y las oportunidades me han brindado recursos para poder estudiar, trabajar, etc. Hay personas que son racistas en España como las hay en todo el mundo, pero mi condición de estar en dos culturas y dos países me dan la visión y perspectiva de darme cuenta de que hay tanto racismo en Marruecos como en España, incluso diría que en Marruecos hay más racismo hacia la comunidad negra, los del norte contra los del sur, los blancos contra los negros porque en el norte eres más blanco y más rubio. También hay muchísimo racismo respecto al acento. Hay incluso canciones acosándose entre ellos. En España también hay movimientos antirracistas y nos olvidamos de que el factor racista no solo es del español al inmigrante, sino que muchas veces es del propio inmigrante a otros inmigrantes. Así que el trabajo tiene que hacerse más globalizado que lo que se está haciendo. Hoy el mensaje es mucho más de señalar al español, pero yo, por ejemplo, el máximo racismo que me he llevado ha sido por parte de no españoles y no blancos. Hay que hacer más trabajo desde las comunidades inmigrantes de trabajarnos nosotros el racismo interiorizado que tenemos. A mí muchas veces cuando salen artículos que hablan de mí como catalana saltan marroquíes diciéndome, ¡pero qué dices, qué catalana vas a ser tú! Y esos mismos exigen después su catalanidad o su españolidad cuando se les dice que son moros. Entonces, ¿de qué estamos hablando? Aquí hay una hipocresía y una doble moral que no acabo de entender muy bien. Y es complicado generar un diálogo entre todos, ya que hay personas que no están dispuestas a escucharte porque van con el discurso de "pobrecita yo", pero ejercen la misma discriminación con otras personas de colectivos vulnerables.

"Hay que hacer más trabajo desde las comunidades inmigrantes de trabajarnos nosotros el racismo interiorizado que tenemos"

P. Todo esto está en las letras de tus canciones. ¿Cómo llegas al hip hop, al rap?

R. Accidentalmente. Veía a compañeros de instituto que hacían rap en catalán y pensaba, qué guay esta gente. Yo entonces escuchaba mucha música americana y vi que se podía rapear en otros idiomas. Así que empezamos a hablar en coña de cantar juntos, y uno de ellos me ayudó a escribir mi primera canción y a seguir el tempo. Y ahí me di cuenta de que podía escribir cosas que pienso y siento sin tener que compartirlas con nadie de manera directa. Fue encontrar una salida para verbalizar lo que pensaba y sentía.

P. ¿Cómo las grabaste, produjiste, lanzaste?

R. En la casa del chaval. Teníamos unos cascos, un micro cutrillo, había una base instrumental y yo cantaba mi letra. Pero no fue solo eso, sino que había una persona que me permitía expresarme porque yo venía de no hablar nada en casa, no compartir nada. Lo que me atrajo del hip hop fue el acompañamiento de la gente que venía de ese movimiento, esa piña que sentí a pesar de que era una niña de 14 años hiperdiferente a todo lo que me rodeaba. Ellos no vieron en mí ni que era marroquí ni que llevaba velo ni que era una niña… Sino a un alma inocente que quería expresarse.

P. Hiciste un vídeo reivindicando los derechos LGTBI y sufriste muchísimas críticas. Es verdad que tu generación abandera los derechos de este movimiento, del feminismo, pero ¿hay también una parte muy reaccionaria?

R. Estamos atravesando un momento de mucho cambio y el cambio siempre es difícil de gestionar. Eso no lo juzgo porque yo misma he tenido que pasar por muchos cambios y te choca y tienes guerras mentales contigo mismo. Pero sí que debemos ser tolerantes. No hace falta formar parte de un colectivo para defender su libertad. Yo en este caso nunca he ido a una marcha gay, pero he visto un ataque muy grande a este grupo, y como soy un ser humano con sentimientos simplemente me salió hacer ese vídeo. Creo que todos tenemos nuestras mierdas en la vida y nuestras cosas guays. Hay que empatizar mucho más con el otro más que señalarlo.

Foto: La escritora Belén Gopegui. (EFE/Nacho Gallego)

P. ¿A las marchas del 8-M sí que vas, no?

R. No, ¡nunca he ido porque siempre tengo conciertos! De hecho, este año estaré en Málaga. Y claro, luego la gente me dice, muy feminista, pero no has ido a ninguna marcha. ¡Pero es que siempre me pilla trabajando! Una cosa curiosa de esto y que nos pasa siempre a las mujeres artistas es que durante todo el año no te llama ni cristo, pero en marzo te llama todo el mundo. Y somos mujeres el resto del año también. Las mujeres trabajamos mucho, nos esforzamos mucho en construir nuestro lugar en ámbitos tan complicados como el del arte y luego no vas a la marcha feminista y te critican…

P. Además de esto, tú eres muy crítica con la sexualización que hay ahora mismo de las mujeres en la industria musical.

R. Sí. Las mujeres nos vemos arrastradas por unas estrictas normas de éxito que deciden los de la élite de la industria musical y que nos discrimina en el caso de que no sigamos lo que ellos nos exigen. Una de esas cosas es sexualizar nuestro cuerpo incluso a pesar de no estar de acuerdo. Pero esto es lo que se lleva, esto es lo que vende y si no formas parte de este movimiento te quedas fuera. Yo veo que cada vez más la vulgaridad está de moda y quedan atrás valores como la educación, la elegancia, el saber estar, el pensar qué es lo que dices y haces. Yo no estoy en contra de lo explícito. De hecho, me gusta que las personas hablen de forma clara y concisa y el cuerpo no me desagrada, todo lo contrario. El cuerpo desnudo es precioso. Pero cuando nos cosifican y no lo hacen con los hombres, porque los hombres no tienen por qué sexualizar su cuerpo, pues ya dices, ¿y por qué nosotras sí? Porque a nosotras se nos pone eso como condición imprescindible para seguir formando parte de la industria musical. Es algo que me genera un poco de impotencia porque al final las personas que no aceptamos esos requisitos nos quedamos fuera y sin ningún público y posibilidad de vivir de la música. Es desesperante. Tú ves un show de una mujer en la Super Bowl y bailan, cantan, hacen de todo, pero el día que no bailan tanto se las critica mientras que los hombres siempre son ellos parados frente al micro cantando sin performances, sin baile, sin coreografía, sin sexualizar su cuerpo, si trajes insinuantes. ¿Por qué una siempre tiene que ir con unos trajes que dices, dios mío, es necesario? Además, a menudo esto se mal entiende como feminismo y no es feminismo. Feminismo es el derecho a poder elegir cómo vestir, cómo bailar y cómo ser artista libremente. Pero, por desgracia, creo que la libertad es una utopía.

"Cada vez más la vulgaridad está de moda y quedan atrás valores como la educación, la elegancia o el saber estar"

P. Vemos que han subido los casos de suicidio entre los jóvenes y también el deseo de suicidio. Te lo pregunto como joven y como estudiante de Psicología. ¿Qué está pasando?

R. Las redes sociales son maravillosas porque te permiten conectar con la gente, pero también tienen un papel muy importante en la construcción de nuestra identidad. Y si creces y ves cuerpos perfectos, caras perfectas, gente talentosa, gente perfecta culpa de filtros y mierdas de esas, acabas viéndote horrible o que no eres tan exitoso como el resto de las personas, porque nos venden una idea de éxito totalmente falsa. Para mí el éxito es dormir tranquila por las noches sin remordimientos, contarle un cuento a mi hija es éxito. Pero nos venden que es dinero, fama, llevar la ropa más cara, tener la cara más estética no sé qué. Yo veo todas estas vainas en las redes y pienso, porque tengo la mente muy entrenada, pero también me he sentido mal en ellas, me he sentido pobre, muy poco capaz toda mi infancia/adolescencia. Las redes sociales nos hacen tanto daño en ese aspecto que puedes pensar, no me siento parte de esta sociedad, me voy. Y luego está el bullying, el acoso, el hate. Por la calle no viene nadie y te dice: eres una fea, muérete. Pero en las redes sociales cualquier persona bajo un nick falso te puede decir de todo que no va a tener consecuencias. Así que estamos enfrentándonos a un hate y un odio a través de las redes sociales muy tremendo y que no es fácil de gestionar. Y acceder al psicólogo es terriblemente difícil si vienes de una clase social baja. E ir al de la seguridad social… Es muy preocupante que no estemos generando recursos para solventar esta situación. Preguntas qué le pasa a nuestra juventud. Pues nos pasa todo, no podemos independizarnos porque no tenemos trabajos porque no tenemos experiencia… somos la generación más preparada y con más flexibilidad, que nos adaptamos a todo, pero nos va mal en todo. Así que hay mucha gente que dice, vaya mierda de mundo me voy.

placeholder Imane Raissili en el Foro de la Cultura de Valladolid.
Imane Raissili en el Foro de la Cultura de Valladolid.

P. Cada vez tienes más voz… ¿te han llamado a la puerta políticos?

R. Sí, y de izquierdas, ya lo puedes intuir. A mí me cuesta entender el tema de la política. Yo soy una mera ciudadana y a veces puedo hacer comentarios que pueden ser del interés de los políticos, que para mí hablan tan técnicamente que pienso que hacen política para políticos. Así que sí, se han acercado partidos pero no siento afinidad completa por ninguno. Hay cosas interesantes de aquí, de allá, pero a mí las palabras se las lleva el viento. Yo quiero acciones, pruebas y ver movimiento, ver que realmente se está trabajando por hacer lo que se dice.

P. Te lo preguntaba por si temes que se te pueda utilizar.

R. Es que se acercan constantemente para pedirme, ven a este evento y cántame una canción, escríbeme una canción… Yo si no veo que los valores principales son los mismos, yo paso un poco. Sí me gustaría que pudieran esforzarse no solo por una campaña electoral chula para quedarse cuatro años, sino que fuera porque tienen ganas de cambiar algo y eso no lo veo, y me da un poco desesperación, porque como autónoma, como madre, como trabajadora, como artista, me afectan muchas cosas fruto de decisiones políticas. Aquí te crujen si quieres emprender y en otros países te dan muchas más facilidades… Y es una pena porque aquí hay gente muy potente, jóvenes superguay y con muchos conocimientos, pero con la desesperación de sentirse maniatados se van a otros países que les permiten eso.

P. Por cierto, ¿a tu madre le gustan tus canciones?

R. A mí me madre le gusto yo. Mi madre es una bestia y a la mínima que alguien me dice algo dice: "Tú defiende lo que es tuyo, sé independiente". Mi madre ahora es superfeminista aunque ni siquiera sabe lo que es el feminismo. Le encanta todo lo que hago y sabe que lo hago con cabeza y corazón y no hay maldad en mí.

A Imane Raissali (Tánger, 1997) ya no le gusta el miss de Miss Raisa. Prefiere el Raisa a secas como nombre artístico, el de esa rapera que hace tres años —poco antes del confinamiento— lanzó sus primeras canciones y empezó a subir como una bala sus seguidores en las redes sociales (hoy tiene más de medio millón). Otro momento de disrupción fue este verano cuando decidió despojarse del velo, una acción por la que a esta catalana de origen marroquí —llegó a Cataluña con ocho años— le cayeron insultos, como ella dice, por todas partes. Ya no era guay; ya no era musulmana. El acoso fue tal que llegó a tener protección policial.

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