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Año electoral 2023, elige tu propia aventura
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Año electoral 2023, elige tu propia aventura

En el inevitable balance que acompaña el nuevo año, la percepción de la situación política parece más polarizada y volátil que nunca

Foto: Campanadas 2023 en la Puerta del Sol. (EFE/Daniel González)
Campanadas 2023 en la Puerta del Sol. (EFE/Daniel González)

Si hay algo con lo que la mayoría de personas podemos estar de acuerdo es que el tiempo es esquivo. Los segundos y minutos se escurren; las horas son plásticas, lo mismo se acortan que se alargan según ellas mismas consideran. Los días dependen solo de sí mismos y cambian de forma. Las semanas pasan y los meses vuelan. ¿Y los años?

Los años son la medida temporal por excelencia. Sea cual sea el calendario usado, los celebramos de manera colectiva en Año Nuevo y de manera privada en aniversarios y cumpleaños. Los años otorgan derechos y nos colocan paulatinamente en una nueva posición en el mundo en cada vuelta. Nos permiten recapitular, hacer trabajo de introspección y, con todo esto, pedir mucho. Pedir buenos deseos para los otros y buenos propósitos a nosotros mismos.

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Supongo que el continuo general del tiempo —y su ya mencionado carácter esquivo— junto con la ambivalente autoconciencia humana debe ser una combinación poco sostenible sin el alivio que proporciona contar años. Nos ofrece tanto consuelo este nuevo comienzo que algunos intentamos sentirlo dos veces al año, una en enero y otra en septiembre, aunque haga ya mucho de nuestra última vuelta al cole.

Es también dos veces las que se piensa el año: ahora, que se imagina el nuevo y, hace unos escasos días, que se recuerda el viejo. Así, se suceden los recopilatorios, listas y repasos hasta llegar al subgénero periodístico más caduco posible, aquel que predice vagamente lo que vendrá en el año entrante. Se trata con frecuencia de una canalización de sensaciones generales, una toma de pulso al ánimo global con el que se encara el nuevo ciclo. Por ejemplo, en 2019 empezó con tono bronco y preocupado por el clima político del mundo. Sin embargo, 2020 se percibió en su momento como un soplo de aire fresco, una corazonada que duró muy poco, como ya es sabido, y que aún no hemos sido capaces de recuperar tres años después.

Tras dos años posteriores marcados por la pandemia, no se dilucida con claridad la vibración con la que los medios de comunicación y la ciudadanía han entrado en 2023. Estos textos inaugurales son también un repaso a las futuras agendas políticas, culturales y deportivas. Aquí parece que están más claras las prioridades. Bastante realeza en 2023 con los actos de coronación de Carlos III de Inglaterra y la mayoría de edad de la princesa Leonor, efeméride que explica el aumento de cobertura mediática en torno a la heredera.

Bastante realeza en 2023 con los actos de coronación de Carlos III de Inglaterra y la mayoría de edad de la princesa Leonor

Aunque, por supuesto, la estrella que define el tono social este nuevo año son las elecciones municipales, autonómicas y generales en España. Y es aquí donde está la enjundia de esta confusión que parece estar en el aire en estos primeros días de enero. El conjunto general que se puede percibir a comienzos de 2023 no viene del calendario de estrenos de cine ni de los datos al alza de las visitas a museo o de la predicción generalizada de aumento de temperaturas, como ocurrió en los últimos 12 meses: lo determina un clima político incierto en el que aún no están claros los agentes en cuestión y que no sabe si se mueve en la guerra sin cuartel o en la tibieza más moderada.

La variabilidad de sensaciones depende entonces de las preferencias políticas, las cábalas sobre grupos y líderes y, como es habitual, de la cámara de eco que el ciudadano construye —voluntaria o involuntariamente— a través de los medios de comunicación que consume y las relaciones personales o en redes que establece. Todo esto se ve reforzado por la evidente variabilidad de las encuestas electorales que favorecen tal o cual segmento y cada uno decide creer según sus ideas o deseos en acto ciego de fe. Parece que 2023 nos invita a elegir nuestra propia realidad hasta que la misma se imponga de manera inapelable. Feliz año.

Si hay algo con lo que la mayoría de personas podemos estar de acuerdo es que el tiempo es esquivo. Los segundos y minutos se escurren; las horas son plásticas, lo mismo se acortan que se alargan según ellas mismas consideran. Los días dependen solo de sí mismos y cambian de forma. Las semanas pasan y los meses vuelan. ¿Y los años?

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