Es noticia
¿Cuántos hombres que viajaban en tu bus esta mañana pagaron por prostitutas anoche?
  1. Cultura
coba fina

¿Cuántos hombres que viajaban en tu bus esta mañana pagaron por prostitutas anoche?

Según publica el CIS, apoyando la nueva ley de prostitución propuesta por el PSOE, al menos tres de cada 10 hombres han pagado o pagan a prostitutas de forma regular

Foto: Viajeros en un autobús de la EMT en Madrid. (EFE/Emilio Naranjo)
Viajeros en un autobús de la EMT en Madrid. (EFE/Emilio Naranjo)

Trato de cumplir una media, un dato. En el bus que sube de Conde de Casal a Chamartín, el 14, cruzando Madrid de sur a norte, se han subido esta mañana, de ocho y media hasta las nueve y cuarenta, unos cincuenta hombres. Con sus tareas, obligaciones, labores, deberes… llámenlo de cualquier forma. He tratado de concentrarme en diferentes características animales: forma, tamaño, edad, bravura, olor, gordura, mirada, e incluso, si pudieran resultar amenazantes en otro entorno más favorable para la brutalidad o la supervivencia, léase por ejemplo, en caso de estar en una isla desierta a merced de su carne o la mía, como en 'Viven'. También he valorado la hora y el día, considerando que un lunes de mañana fresca, en este junio abrasado, no me enseñará ejemplares propios de la jungla nocturna que ahora duermen.

Yo sigo mirando. El primero es funcionario. Lo sé porque lleva tres carpetas de un ministerio, es pausado, tiene barba y usa gafas de lectura cansada. Después, a su lado se ha colocado un estudiante. Bastante pijo. El pelo a modo de expresidente, polo bien planchado y zapatillas sucias pero caras. No suelta el móvil. Tampoco lo hace un tipo mayor sentado justo detrás: anguloso, huesudo y con las cejas anchas y frondosas. Pide paso a una mujer que se cambia de asiento al liberarse unas filas delante. No le molestaba dejarle pasar sino otro chico de veinte largos, más desenfadado, menos aliñado, concentrado y salvaje, seguro estudiante, de posgrado o algo técnico. Como si viviera en su bucle de memoria y escritura, cascos, folios y codos rojos, de Monster, otrora Katovits —que mi niño es ingeniero y le pago las anfetas—, o Nuclear, o de Montes o Caminos. Celebro que nos lleva una mujer, además muy guapa. Antes era un perfil en sí mismo, ser conductor de la EMT.

Foto: El 90% de las mujeres que ejercen la prostitución no lo hacen libremente. (iStock)

En los asientos de cuatro, hay un tipo que ocupa casi dos plazas. Nadie a su lado por razones obvias. Enfrentado, un señor muy delgado que coloca sus piernas en diagonal porque no cabe. Y eso que no llena ni siquiera un sitio que comparte con la tartera del resto de ayer. A su lado hay una chica, estudiante, de instituto, joven e inquieta. Lleva más anillos que Sauron y tiene en la mano el teléfono porque allí está su vida entera por muy corta que sea. Además, se han subido en el Bernabéu, dos oficinistas de traje malo y corbata gorda, de color logo de empresa, bien iguales los dos, excepto porque uno llevaba trasplante de pelo recién pinchado. En la puerta espera un tipo con mono de faena, un chispas, por lo pesado que parece su diminuto maletín en carrito de ruedas, un vendedor de El Corte Inglés —lo sé porque lleva su nombre en el pisa corbatas—, otros dos que parecen hermanos y van al mismo colegio que el pijo, y otro señor que no deja de revisar papeles y facturas: administrativo, contable, autónomo, preso. Pero arrugado desde el lunes.

Según el CIS, al menos tres de cada 10 hombres han pagado o pagan a prostitutas regularmente

Y yo me pregunto viéndoles a todos, ¿cuáles de ellos cumplirán la media? Porque según publica el CIS, apoyando la nueva ley de Prostitución propuesta por el PSOE, al menos tres de cada diez hombres, han pagado o pagan a prostitutas de forma regular. Un tercio. Y ahora todo el mundo está que si "no soy putero, pero lo permito", que “si soy putero y me parece bien”, o los que simplemente dicen que "les indigna", aunque algunos de ellos también sean puteros con tendencia a indignarse, y otros, los que sí se enfadan sin tendencia alguna a irse de putas. Lo más inquietante resulta no saber de dónde vienen o hacia dónde van cuando te los cruzas. Nadie sabe lo que uno es capaz de hacer a solas.

La prostitución y la cultura han caminado juntas desde el principio, ya sea en pintura, escultura, poesía, música, en prosa…Recuerden tan solo a Giacometti, Picasso, Van Gohg, Kafka, Dostoievsky, Tolstoi o al mismísimo Cervantes, o por hacerlo más actual: una estrofa de Sabina, Chaouen o Nacho Vegas, un cuadro de Manet, o una película de Julia Roberts, que nos ensalza y humaniza a la persona mientras se va de compras y no da besos en la boca.

placeholder 'Las señoritas de Avignon', Picasso (1907).
'Las señoritas de Avignon', Picasso (1907).

En la prostitución no existen los golpes, ni las amenazas ni los malos rollos. Todo es amor y exceso. Y si existen me tapo. Tan solo comprensión de desahogarse un poco, hombre, si total, llevamos siglos caminando por un pasillo que se forma entre dos gotas de agua para que pasemos sin mojarnos. El sociólogo Antonio Ariño data en unas 100.000 mujeres las que se dedican al menester en España, obligadas o no. Hace muy poco no podían ni siquiera votar, pero de nuevo un montón de hombres pretenden legislar lo que se meten en el cuerpo. Más que prohibir, deberíamos no tener miedo de hablar.

Solón, uno de los primeros legisladores de Atenas, fue también de los primeros en abrir prostíbulos. Ofrecía mujeres esclavas, chicos, chicas, eunucos, jóvenes de todo tipo de género y edad para gozo y disfrute de sus amigos helenos. También se le reconoce como uno de los creadores de la democracia. Y hoy, más de dos mil años después, tengo claro que al menos un tercio de los que se han subido en el 14 pagan a prostitutas, y la mitad son de los que les importa un bledo lo que una mujer haga con su coño. Tampoco en Grecia pudieron votar las mujeres hasta 1952.

Trato de cumplir una media, un dato. En el bus que sube de Conde de Casal a Chamartín, el 14, cruzando Madrid de sur a norte, se han subido esta mañana, de ocho y media hasta las nueve y cuarenta, unos cincuenta hombres. Con sus tareas, obligaciones, labores, deberes… llámenlo de cualquier forma. He tratado de concentrarme en diferentes características animales: forma, tamaño, edad, bravura, olor, gordura, mirada, e incluso, si pudieran resultar amenazantes en otro entorno más favorable para la brutalidad o la supervivencia, léase por ejemplo, en caso de estar en una isla desierta a merced de su carne o la mía, como en 'Viven'. También he valorado la hora y el día, considerando que un lunes de mañana fresca, en este junio abrasado, no me enseñará ejemplares propios de la jungla nocturna que ahora duermen.

Prostitución
El redactor recomienda