Colgados por el Boombastic: ¿qué ha ocurrido en realidad en el festival madrileño de reguetón?

En enero, Laura y sus amigos decidieron comprar las entradas para la primera edición del Festival Boombastic que se iba a celebrar el 10 y 11 de junio en la Caja Mágica de Madrid. Venían Bizarrap, Hijos de la Ruina, Nickie Nicole, Ptazeta… la flor y nata del rap y reguetón que suena en todos los móviles de los adolescentes y veinteañeros. Laura, de 24 años y de Valencia, pero con familiares en la capital, no se lo pensó. Agenció la entrada y el alojamiento familiar y a esperar a que llegaran los conciertos. Hasta que una semana antes cambiaron todos los planes: desde el festival se anunciaba que ya no se celebraría en la Caja Mágica sino en el Auditorio Miguel Ríos de Rivas Vaciamadrid, que se pondrían lanzaderas (a casi veinte euros) para conectar Rivas con Madrid y, algo que escamó desde el principio, se rebajaban los precios de las entradas casi a la mitad (a 49,90 desde los 90 que había llegado a costar). ¿Qué estaba pasando en el Boombastic?

Las quejas comenzaron a aparecer en las redes sociales. Muchas de ellas procedían de jóvenes que habían comprado las entradas y reservado hotel cerca de la Caja Mágica y que ahora tendrían que desplazarse a Rivas con el coste adicional de la lanzadera. Afirmaban también que aún ni siquiera se había cerrado el cartel, que no les dejaban devolver las entradas y que no encontraban ningún tipo de información.

"La organización ha sido un cuadro y no han hecho más que tapar las molestias", cuenta Laura a este periódico. Ella, dice, es de las que ha tenido suerte porque tiene alojamiento en Madrid sin coste, pero "mucha gente tenía pillado sus hoteles y se empezó a volver loca. Se desactivaron los comentarios en la web [del festival] y solo se les podía escribir por email". Tampoco cree que la solución sea la lanzadera que, además, no es gratuita. "Es un servicio que para la gente con entrada cuesta 9.90 euros y 19.90 para el resto. Y tampoco soluciona porque te deja en Conde de Casal, te acerca un poco a Madrid, pero no es un servicio a distintos puntos. Nosotros de hecho ni lo hemos cogido porque no nos salía a cuenta. Y solo hay 5.000 plazas cuando en el festival habrá 15.000 personas", añade Laura, que no entiende a su vez que no se puedan cambiar ni regalar las entradas. "Son nominativas, con lo cual si cambias el nombre para que vaya otra persona, te cobran. Y lo que están haciendo es regalar cupones de descuento… pero a mí con eso no me estás solucionando nada y a la gente de los hoteles tampoco".

De Asturias a Madrid

Detrás de este festival se encuentra el promotor asturiano Marino González (Gijón, 1976), muy conocido en el Principado y, sobre todo, en la ciudad gijonesa donde con su empresa Two Monkeys organiza festivales como el Metrópoli y el Gijón Life. Además del Boombastic madrileño, este año está previsto que este festival se celebre en Lugo de Llanera (Asturias), donde según declaró a 'La Nueva España' se han vendido ya 36.000 abonos y "será el más grande celebrado nunca en Asturias", en Benidorm y en Fuengirola.

Quienes le conocen en Gijón hablan de él como un personaje que se las sabe todas y que llegó a tener muy buenos contactos con Foro Asturias mientras gobernó en la ciudad aunque también le va bien ahora que está el PSOE al frente del consistorio para organizar sus eventos. Lo suyo nunca es cuestión de siglas políticas. Cuentan quienes también conocen bien el paisaje cultural gijonés cómo empezó con el Metrópoli con Foro gobernando en Gijón y cómo daba entradas gratuitas o a tres euros a la Feria de Muestras porque se la cedían desde el ayuntamiento. Pero en sus eventos siempre surgía algún problema, alguna cancelación por una avería que no era tal, conciertos que no se llegaban a anunciar... Las "marinadas" de Marino, dicen.

El propio Marino González responde a la llamada de El Confidencial para aclarar los problemas acaecidos con el Boombastic de Madrid y el cambio de sede solo una semana antes de que tuviera lugar. Para empezar, arremete contra el Ayuntamiento de Madrid, arrendador de la Caja Mágica, cuyo coste para tres días, uno de montaje y dos de evento, es de 52.100 euros, quedándose fuera de ese precio los servicios de limpieza, mantenimiento, técnicos, agua, luz, etc., según se publica en la web de Madrid Destino, la empresa pública que gestiona este espacio. "El ayuntamiento de Madrid tenía pocas ganas de hacer este evento", sostiene González. En detalle, dice, cancelaron el contrato de alquiler con la Caja Mágica —por el que tendrán que pagar un 10% de fianza— "porque nos obligaban a cerrar el festival a las 12 de la noche y nos limitaban los decibelios a 55, que viene a ser el sonido de los coches en una carretera".

"El ayuntamiento de Madrid tenía pocas ganas de hacer este evento", sostiene el promotor asturiano Marino González

El contrato, dice González, se había firmado en diciembre. En él, siempre según sus palabras, se estipulaba que los conciertos durarían hasta las 02.30. Para el ruido tenían que conseguir las licencias para la exención acústica que les habilitara a rebasar los límites sonoros establecidos por la ordenanza municipal. Con estos mimbres, ¿cómo se llega a que solo una semana antes decidan cancelarlo todo?

"Hace dos semanas nos pidieron el estudio acústico que estaba enviado hace dos meses. Es que no lo habían ni leído. Así que también pedimos que por la otra parte se haga el trabajo debido, y en este caso, la no garantía de poder levantar ese horario ni los decibelios adecuados para el perfecto desarrollo del festival nos hizo tomar una decisión. Estábamos poniendo en riesgo la experiencia del propio festival y es una cosa que no podíamos poner en riesgo. La administración pública debería ser más ágil a la hora de dar estas resoluciones", se lamenta González que insiste en la dejación administrativa madrileña. "Yo nunca he tenido ningún problema en ningún sitio, en ninguna ciudad de España, y aquí sorprendentemente ni Madrid Destino, ni Usera ni Vallecas, o sea los distritos (que tienen que dar la licencia) querían firmar el aumento de los decibelios ni aumentar la hora, a pesar de que Madrid Destino en su contrato cuando nos alquilaron la Caja Mágica ponía hasta las 2.30, pero luego con la licencia hasta las 2.30 no estaban siendo ágiles ni claros en la respuesta. Y, ante esos silencios administrativos, no podemos poner en riesgo el festival".

Al promotor también le pone en alerta que con otros festivales como el Río Babel y el Puro Reaggeton, que también se van a celebrar (de momento) en la Caja Mágica, no vaya a haber ningún problema. "Nosotros hacemos un plan de autoprotección [un documento para la evaluación de riesgos] para que te den la licencia adecuada. Y nuestro plan de autoprotección era como el de Río Babel o el de Puro Reaggeton, muy, muy similares porque las disposiciones de los espacios son las que son, no hacemos ningún invento. De hecho, estábamos trabajando de la mano las tres empresas para ver cómo podíamos colaborar para ahorrar en infraestructuras, pero trabajábamos en la misma línea de colocación de escenarios, sanitarios, etc. ¿Qué pasa? Pues que la administración no te responde de un día para otro, nunca. Además, está la pandemia, el teletrabajo… Aquí el funcionario, cuándo se incorpora al trabajo, y en qué condiciones y con qué ganas", critica.

Desde Madrid Destino: "La decisión del traslado se ha producido de manera unilateral por parte del promotor de Boombastic"

Al otro lado, desde Madrid Destino señalan a El Confidencial que "la decisión del traslado se ha producido de manera unilateral por parte del promotor de Boombastic". Con respecto a las licencias para los ruidos, también recalcan que el promotor es el encargado de conseguir las necesarias para poder rebasar los límites sonoros establecidos por la ordenanza. Verificado este dato, es cierto que en áreas residenciales está supeditado a los 55 decibelios, según la Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica, de 2011, y conseguir una licencia que supere este límite "es un trámite administrativo que no depende de Madrid Destino", apostillan desde la empresa pública.

Y Rivas aceptó

Y así fue cómo, solo una semana antes de su celebración, el Boombastic acabó en Rivas Vaciamadrid, municipio gestionado por IU, PSOE, Más Madrid y Podemos. Como explica el promotor González, "hablamos con diferentes recintos… y había que buscar uno que se adaptara a las necesidades que tenemos nosotros, que son tres escenarios, un recinto para unas 20.000 personas y el más adecuado fue el de Rivas. Tenemos mucho que agradecer al ayuntamiento de Rivas y a su concejalía de Cultura, que nos han tratado de una manera estupenda y han sido muy eficaces en la elaboración de los pliegos y en el trámite con las diferentes fuerzas vivas como puede ser la Policía, la Guardia civil o con delegación de Gobierno. En una semana todo lo que no ha sido capaz de hacer Madrid y sus distritos lo ha hecho el ayuntamiento de Rivas".

Rivas: los conciertos terminarían a las 03.00 de la mañana y se suspendería el límite de los 55 decibelios de sonido hasta esa hora

Estos datos los confirman a este periódico desde el consistorio de Rivas. Hace una semana González llegó con sus condiciones de horarios y ruidos y se aceptaron: los conciertos terminarían a las 03.00 de la mañana y se suspendería el límite de los 55 decibelios de sonido hasta esa hora. A los responsables del ayuntamiento les gustó el cartel del festival y consideraron que era muy bueno para el Auditorio Miguel Ríos. El coste del alquiler de este espacio para el promotor ha sido de 70.000 euros, pero con todo incluido (el recinto, la policía, la limpieza, mantenimiento, etc.), confirman desde la institución municipal. "Es que lo de los 55 decibelios es una cantidad ridícula. Al final, hemos ido a un sitio en el que parecía que sí que había más ganas para la realización de este evento, nada más", dice González.

Con todo, para los más jóvenes, la molestia de los traslados —pagar la lanzadera a 20 euros— y del cambio a última hora, persiste. El promotor insiste en que Rivas tiene metro —hasta su horario habitual de cierre a la 01:30 horas— y que se han reforzado las líneas de autobuses, la 301 y la 302, que unen Rivas con Conde de Casal, tanto la ida como para la vuelta, que se han multiplicado por cuatro hasta las 05.30 de la mañana y que se ha llegado a un convenio con los taxis para que pongan una parada y hagan un refuerzo de emisoras en la puerta del recinto en las horas punta, además de otro acuerdo con Uber. Y añade que sí se pueden devolver las entradas escribiendo a este correo: Madrid@boombasticfestival.com

Marino González quiere lanzar sus festivales desde Asturias. Y quiere quedarse en la comunidad madrileña. Afirma que, pese a los problemas administrativos de esta edición, el año que viene volverá con su Boombastic a Rivas. "Sí todo sale bien estamos preparando ya la del año que viene. La idea es quedarnos en Rivas de manera que esto tenga una trayectoria entre el Boombastic y el Ayuntamiento de Rivas", certifica.

Mientras tanto, los jóvenes de esta edición son los primeros en probar, como dicen en Gijón, "una marinada".