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Los puteros de "mayor o menor calidad": el debate de la prostitución
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Los puteros de "mayor o menor calidad": el debate de la prostitución

La crueldad predomina en la mayoría de los casos de mujeres ejerciendo la prostitución. Cerca del 62% son captadas cuando todavía son menores de edad

Foto: El 90% de las mujeres que ejercen la prostitución no lo hacen libremente. (iStock)
El 90% de las mujeres que ejercen la prostitución no lo hacen libremente. (iStock)
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Sales por ahí como cualquier otra noche. Calmas la sed y el hambre, la risa quizá. Pero quieres más. A veces no tiene ni siquiera que haber anochecido. Son las ganas, joder. Que te pueden. Y que puedes pagarlas. Follar es un derecho como cualquier otro, universal si me apuras. Hace tiempo que no tienes ganas de dar palique, de currártelo un poco. Siempre creíste en la ley de la oferta y la demanda, en el mercado. Capitalismo salvaje, lo llaman. Y qué.

Te vas de putas y no das explicaciones. Hará lo que le digas, porque para eso has comprado su cuerpo por un rato. No harás preguntas y tampoco quieres que te las hagan. A ti te da igual. Quieres sexo, poder, sometimiento. Al diablo lo que los demás opinen de ti. Follar es un derecho. ¿Acaso tengo que repetirlo?

Foto: Imagen: Irene Gamella.

España es ya el prostíbulo de Europa. A este paso, haremos de esta nuestra patria un destino de turismo sexual. Tú no estás para estos sermones, claro. Sigues con esa idea de que las putas son una especie de servicio social. Para ti y para los que se consideran feos, con poca labia, los que no tienen suerte en el amor. También los discapacitados, criaturas mías. Qué van a hacer si no es por ellas. Y vosotros, qué, puteros, haciéndolas cumplir con el sueño de cualquier liberal. Dónde va a estar mejor el dinero que en el bolsillo de las ciudadanas. Que se compren algo. Sus cosas.

He visto a mujeres entrando a trabajar en puticlubs. He olido el rastro de su perfume en una calle del Barrio de Salamanca de Madrid. También he pasado decenas de veces por un chalet de ese enjambre señorial llamado El Viso, también en la capital. A veces me he imaginado lo que sucedería ahí dentro porque también he visto muchas veces 'Pretty woman'. Qué cosas eh. Qué bonito final. Y qué bien sienta que los que te humillan en una tienda tengan que acabar haciéndote la pelota. Y los palcos, y las carreras de los caballos. Y los brillantes. Y que en la tómbola de la vida y de la calle te toque ese Richard Gere. Dónde hay que firmar.

Pero también he visto el infierno en unos ojos. Y lo he escuchado. A varias mujeres prostituidas por mafias. Despojadas del pasaporte y de la dignidad. Anuladas. Resignadas a llevar una vida sin derechos, a merced del que paga por someterlas y le importa un pimiento la desigualdad de la que tiene delante.

Foto:  Grupo de feministas que apoyan la proposición de ley orgánica. (EFE/Zipi)

A otras, en cambio, apenas las veo. Están en cualquiera de los 800 pisos de Madrid en los que ahora las prostituyen. Son lugares invisibles para que ellas también lo sean. En cada uno de ellos, entre 15 y 20 mujeres. Quizá sean tus vecinas. ¿Te has parado a pensar en la letra pequeña de lo que ocurre detrás de esas paredes? ¿En quién se forra con ellas?

Mis ojos han cambiado. Y he mandado a la mierda el romanticismo, la sensualidad, el perfume caro, los tacones altísimos y esa cosa que atrae tanto y que se engloba en 'lo prohibido'. Cuando paseo por el Viso, o cuando las veo en el Parque del Oeste, cerca de la rosaleda. Hace tiempo que dejé de mirarlas como el que ve un animal exótico. Ahora veo personas a las que me cuesta creer que están ahí porque les apetece.

Ahora soy una abolicionista dispuesta a escuchar a las que no lo son. Que ha asistido esta semana al momento en el que un señor ha dicho en una emisora de radio que hay "prostitutas de más o menos calidad" y a continuación hacer otra bonita distinción hablando de las "profesionales y las part time".

Y por eso, putero, desearía que te cuestiones lo que haces de vez en cuando. Porque si la paternidad no es un derecho, follar tampoco.

"Y por eso, putero, desearía que te cuestiones lo que haces de vez en cuando. Porque si la paternidad no es un derecho, follar tampoco"

Rocío Mora dirige APRAMP. Son las siglas de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida y que atiende en estos momentos a 9.950 mujeres procedentes de ese infierno. Son de 59 nacionalidades y 150 de ellas viven en pisos de protección. "Tengo un batallón detrás", cuenta antes de lanzarse a hablar. Deja claro que la abolición no se parece a la prohibición. La primera da alternativas a las mujeres y la segunda criminaliza. Son cada vez más jóvenes. "Las que tenemos ahora no superan los 25 años, y lo peor es que no las estamos detectando cuando son menores", cuenta. Pide a los poderes públicos que asuman responsabilidades y que no se hable de libre elección. "Es hacer daño porque es justo lo contrario de los derechos de una persona", añade. También insiste en que recordemos de qué estamos hablando. Mujeres, también niñas. Personas, no objetos.

Me gusta Rocío porque se niega a alimentar polémicas y yo tengo pavor al conflicto. Me gusta porque dice cosas en las que creo. Pero también me gusta escuchar a todas aquellas que dicen que dentro de la prostitución hay algunas que están porque quieren. Las que lo consideran una profesión a la que hay que dotar de derechos como a cualquier otra. Que dicen que la abolición es perjudicial para el feminismo, que criminaliza y estigmatiza y que las empuja a la clandestinidad y a lugares con menos derechos.

Ruth Mestre es jurista y profesora de Filosofía del Derecho de la Universidad de Valencia. En 2019 escribió un artículo junto con la antropóloga social Emma Martín Díaz en el que hablaba de la deriva violenta de una parte del abolicionismo al que comparaban con el concepto de cruzada moral. Algo que se da "cuando la condición social de que se trate se define como un gran mal 'per se' que ha de ser eliminado a toda costa. Para llevar a cabo esta empresa hay que concienciar a la sociedad y promover cambios legislativos que impacten sobre el orden simbólico, bien endureciendo las penas asociadas a los actos, bien criminalizando comportamientos que son permitidos y no deberían serlo. El recurso utilizado para concienciar a la población son las narrativas e historias especialmente cruentas, presentándose como tipos ideales los casos más extremos de la condición analizada. Lo peor deviene paradigma y una parte (la más horrible) representa al todo (otras realidades). Las cruzadas morales, por último, magnifican el alcance del problema sin proporcionar datos fiables, y presenta la cuestión en términos dogmáticos, sin medias tintas", dicen.

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Pero me temo que los datos más fiables son los que revelan que es la crueldad lo que predomina en un alto porcentaje de los casos. Más del 90% según los datos de la Policía Nacional. Un 62% de ellas comienzan a ser prostituidas cuando son menores de edad. Pero me niego a insultar a las que no les gusta esta proposición de ley del PSOE que ha salido adelante con el apoyo del PP.

Y se trata de legislar para la mayoría. Para las que no merecen ser divididas entre profesionales o a tiempo parcial porque no pueden decidir. Las de buena calidad, como si fueran crianza o reserva.

Para mala calidad la tuya, putero. No te digo la del proxeneta.

Sales por ahí como cualquier otra noche. Calmas la sed y el hambre, la risa quizá. Pero quieres más. A veces no tiene ni siquiera que haber anochecido. Son las ganas, joder. Que te pueden. Y que puedes pagarlas. Follar es un derecho como cualquier otro, universal si me apuras. Hace tiempo que no tienes ganas de dar palique, de currártelo un poco. Siempre creíste en la ley de la oferta y la demanda, en el mercado. Capitalismo salvaje, lo llaman. Y qué.

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