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"Yo podría perfectamente haber sido ministro de Franco"
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Entrevista a Ramón Tamames

"Yo podría perfectamente haber sido ministro de Franco"

El historiador y economista, militante histórico del PCE y parlamentario de la Constitución del 78, conversa con El Confidencial coincidiendo con la publicación de una edición revisada de su clásico 'Estructura Económica de España'

Foto: Entrevista a Ramón Tamames. (Alejandro Martínez Vélez)
Entrevista a Ramón Tamames. (Alejandro Martínez Vélez)

Cárcel de Carabanchel, Madrid, febrero de 1956. En una de las celdas del 'Gran Hotel del Estado' comparten literas Enrique Múgica, Miguel Sánchez-Mazas, José María Ruiz-Gallardón, Dioniosio Ridruejo y Ramón Tamames. Dos comunistas, un hombre del régimen, un falangista, camisa vieja, divisionario azul caído en desgracia más el estudiante Tamames. Habían montado un pollo en la universidad y les trataron de Don. En sus largas charlas se habló de todo. Para Tamames, que tan solo cuatro años después escribiría el clásico manual universitario 'Estructura Económica de España', del que ahora se cumplen 62 años y que acaba de publicar su 26 edición revisada, fue un bautismo. A la salida de las vacaciones pagadas por el Régimen que les dio una oportunidad inmejorable de sacar a relucir la oposición al franquismo, Tamames se afiliaría al Partido Comunista de la mano del mismo Jorge Semprún, alias Federico Sánchez, al que el comisario Roberto Conesa de la Político Social no atraparía nunca.

Eran una élite del régimen, niños bien universitarios a los que no se trató mal en la cárcel. ¿Tamames comunista? Yo tampoco, como habría dicho Salvador Dalí, pero fue diputado por las cortes del PCE en la crucial legislatura que aprobó la Constitución del 78 vigente y poco después en 1985 por IU, partido al que ayudó a fundar. Para Tamames ni dictadura del proletariado "coño es que las dictaduras no le gustan a nadie", ni socialistas, que son '100 años de honradez y 40 de vacaciones'. De hecho, la socialdemocracia, en crisis ahora en toda Europa, no tiene sentido para el economista porque se lograron sus objetivos, que además se han consolidado. Keynes superado por la Escuela de Chicago.

placeholder Cuadro con diferentes personalidades del mundo del periodismo en el domicilio de Ramón Tamames. (Alejandro Martínez Vélez)
Cuadro con diferentes personalidades del mundo del periodismo en el domicilio de Ramón Tamames. (Alejandro Martínez Vélez)

Antes, entre la primera estancia de la cárcel y la segunda, con ilustres compañeros como el exfalangista Ridruejo, le había dado tiempo a publicar su obra más reconocible —yo prefiero 'La República y la Era de Franco', un incunable como él dice en broma— y a ayudar a los planes de Estabilización del régimen de Laureano López Rodó, delfín de Carrero Blanco, que considera "brillantes", según su opinión y cuyo legado dice que no sabe explotar Vox. Alejado de la política, sigue escribiendo Historia —de Hernán Cortés al tema de Cataluña, pasando por el desastre de la Reforma Agraria de la II República— y desliza su aversión a la ley de Memoria Democrática del PSOE —que no reconcilia a nadie— y a la definición de Vox como herederos de la élite de Franco, un asesino según sus palabras. Conversamos en su domicilio madrileño con Ramón Tamames (Madrid, 1933), memoria viva y activa, a sus 88 años, de más de medio siglo en España.

PREGUNTA. Desde la revolución en la universidad que protagoniza junto al trío de la mezquita, y otros que se suman después como Dionisio Ridruejo, usted se afilia al PCE, pero sin embargo tiene una visión económica que se sustenta en lo clásico, que rechaza cualquier visión comunista. Incluso elogia los planes de Estabilización.

RESPUESTA. Sí, dedico una parte a eso. Y las constantes, por así decirlo, del sistema económico se mantienen. En ningún sitio he preconizado yo la dictadura del proletariado, ni la propiedad pública de los medios de producción, ni tampoco, qué sé yo, la ciencia del marxismo leninismo. Incluso se reproduce una conversación que tuve con Santiago Carrillo y le digo aquello de que hay que suprimir todo esto de los estatutos del partido. ¿Quién quiere una dictadura del proletariado? Nadie. ¿Quién quiere que los medios de producción sean todo y lo otro? Nadie. Y en el 8.º Congreso se quitó. Y luego, respecto a lo que usted dice de los planes de Estabilización, es que realmente la sociedad de la Transición española empieza con esos planes.

P. En ese sentido, ¿el Opus Dei ayudó a desmontar el franquismo? ¿Es decir, las fuerzas del interior más que el PCE clandestino?

R. En el año 57 hay un cambio en el gobierno de Franco y entra el Opus Dei, aunque ellos dicen que no como institución. Lo cierto es que todo el mundo habla del Opus Dei como un agente de cambio importante. Claro, entre volver al Nacional Sindicalismo, la idea de José Antonio, etcétera, o cambiar a una economía moderna, sin autarquía, con libre mercado, empresas libres... No cabe duda de que lo segundo es lo mejor, y es lo que adoptó Franco. Le intentaron convencer de volver, pero Franco se fue con López Rodó, que estaba protegido por el almirante Carrero y toda la política del Opus.

"El Plan de Estabilización del Opus del 58 fue brillante y lo pensaban mis camaradas comunistas"

Pero la política del Opus era la política prevista en los planes, en los dos acuerdos de España con Estados Unidos del año 53. Fue un retraso en la aplicación de la política de los pactos con los Estados Unidos. Por eso, en el plan de Estabilización ayudan los Estados Unidos, el Fondo Monetario, el Banco Mundial, la OCDE, que se transforma luego con el cambio de la autarquía al libre mercado. Como economista, ¿qué opino yo? Fue una operación brillante. Claro está que en esa política participé también y nadie me obligó a ello. Y cuando hablaba con mis camaradas de París y les contaba, les parecía perfecto. Cuanto más estuviéramos dentro, mejor. Yo podría perfectamente haber sido ministro de Franco. Pero dije, voy a esperar a la democracia, no quiero ser ministro de la dictadura. Trabajé por el bien común. Tener a España en la miseria no era la mejor forma de auspiciar un gobierno libre y democrático.

placeholder Ramón Tamames posa en su domicilio para una entrevista con EC. (Alejandro Martínez Vélez)
Ramón Tamames posa en su domicilio para una entrevista con EC. (Alejandro Martínez Vélez)

P. De hecho, es usted crítico con uno de los aspectos que más ayudó a fomentar el descontento del sector conservador en la II República y que ayudó a cimentar el golpe de Estado del 36, como es la Reforma Agraria. Es uno de los ejemplos que se pueden extraer en las más de mil páginas de su clásico manual económico.

R. La reforma agraria de la II República fue un auténtico desastre, y se corrigió después cuando estuvo de ministro Rafael Cavestany con un ardid. Sus razones tenía. O sea, yo no voy a defender a Cavestany porque falsificar, falsificó los datos. Pero se dijo a sí mismo no sin cierta razón: "Es imposible que se produjera tanto trigo, tantos cereales. No es posible. Vamos a bajarlo porque esto no es real". Es una propaganda que hizo la República. Bueno, pues bajaron las cifras del periodo anterior y así, en el franquismo, mejoraron al empeorar las republicanas. También fue una cuestión de propaganda. La reforma agraria fue un desastre, no se hizo en periodo de paz y lo que se hizo en la Guerra Civil fue entregar las tierras a los campesinos cuando se fueron los propietarios al bando nacional. Eso duró lo que duró la guerra. Terminó la guerra y vino el IRA, que arregla la reforma agraria y devuelve la tierra a sus antiguos propietarios y todo mejora. Devuelve la propiedad. Hombre, los antiguos propietarios sabían manejar mejor las tierras que los nuevos propietarios. Eso era así.

P. En su trayectoria es imborrable el primer pulso al franquismo, a la Brigada Político Social, con la revuelta en la universidad. ¿Fue una obsesión del régimen la élite universitaria? Porque les costaba más infiltrarse entre los 'niños bien' que en las fábricas...

R. Había interconexiones, fíjese que con los sucesos del 56, que empiezan con un movimiento estudiantil, se produce la resonancia de que Falange se considera tocada y aparecen las manifestaciones de Miguelito en compañía del estudiante herido, que se va a morir. Resulta que el confidente de mi padre, cuando estaba yo en la cárcel en el año 56, era el subdirector de 'ABC', Luis Calvo, que tenía como informador nada menos que al general Muñoz Grandes, que había sido vicepresidente del gobierno. Y claro, un día le dice: "Luis, dile al doctor Tamames que si muere Miguelito Álvarez, habrá que fusilar a un estudiante". Y mi padre, ¿qué iba a hacer? Se echó a temblar. Luego estuvo la historia de que si nos iban a llevar presos al Sáhara español, más tarde que si a Guinea Ecuatorial.

"Cayetana Alvarez de Toledo me atribuye lo del PSOE de '100 años de honradez y 40 de vacaciones'"

Al final no pasó nada porque supe que temían, por raro que pareciera, que si se caía el avión o lo que fuera se iba a montar un pitote bueno, porque parecería que Franco mataba a estudiantes y cosas así, y en el escenario internacional, con los recientes acuerdos alcanzados con EEUU, era un riesgo. La verdad es que el Movimiento no aprovechó nada bien esa jugada, no nos jodieron, más bien nos hicieron un favor al otorgarnos con la detención una popularidad inmensa. Y por primera vez se fue a la cárcel, con el tratamiento de 'Don' por delante, de todos los que habíamos caído. Don Dioniosio, Don Miguel, Don Enrique, Don Ramón… Además suspendieron el Fuero de los Españoles, que era la primera vez que se hacía y que fue otra cagada.

placeholder Fotografías en el domicilio del economista y político Ramón Tamames. (Alejandro Martínez Vélez)
Fotografías en el domicilio del economista y político Ramón Tamames. (Alejandro Martínez Vélez)

P. Se entiende que más allá de la militancia comunista, de lo que realmente se podría hablar es de antifranquismo.

R. Sí, es evidente. A ver, el partido comunista aglutinaba a gente como Sánchez Dragó, fíjate tú ahora, o Julio Diamante, ¿por qué se afiliaron? O Sánchez-Ferlosio, que no llegó a figurar orgánicamente pero sí que seguía las pautas ¿Por qué? Porque era el único partido que estaba en la lucha, por eso a mí me detestaban cuando en las elecciones primeras reproduje aquello de "el PSOE 100 años de honradez y cuarenta de vacaciones", que yo había escuchado en Salamanca y todo el mundo me atribuye, como recientemente Cayetana Álvarez Toledo en sus memorias, pero no es cierto, yo solo la reproduje. En cualquier caso, es una realidad. El partido socialista no hizo absolutamente nada, fue el partido comunista el que seguía perdiendo gente en la lucha activa constantemente porque acaban en la cárcel, no era ninguna broma. Es verdad que a los que éramos estudiantes o incluso escritores ya, como era mi caso, porque había publicado 'Estructura Económica de España' —se trataba mi segunda estancia en el Gran Hotel del Estado—, en general nos trataron muy bien en la cárcel, pero a los obreros que metían en provincias en los penales que nadie sabía de ellos. Esos lo pasaron muy mal.

P. El PSOE es de los pocos partidos socialistas que gobiernan en Europa. ¿Por qué ha fracasado la socialdemocracia?

R. La verdad es que no es que haya fracasado, sino que ha alcanzado sus objetivos primordiales. En España hay una alternancia clara entre derecha, izquierda, izquierda, derecha, que más bien es centro izquierda, centro derecha. Y los programas económicos a veces no se diferencian en absoluto, porque son básicamente programas de la OCDE, de la Unión Europea, etc. Yo diría que a partir de 1973, con el primer choque petrolero —crisis del petróleo con la decisión de la OPEP de cortar el suministro— hay un cambio claro en el pensamiento único. Entonces lo que se estilaba era el keynesianismo. Para Keynes, el pleno empleo es el objetivo y el Estado de Bienestar, el medio. Y todo eso se hace con una fuerte participación del Estado, que es lo que explicaba Keynes en su Teoría General en el año 36. Pero a partir de la crisis del petróleo se cambia por la escuela de Chicago y el Consenso de Washington, que es una doctrina muy liberal, muy abierta. La empresa y el mercado, claro. El Estado del Bienestar se mantiene en este escenario, no se destruye por mucho que se diga lo contrario, pero no es ya tampoco el gran objetivo, y es entonces cuando empiezan a cambiar las cosas, la evolución que ha habido en toda Europa.

"No existe ya la socialdemocracia porque sus objetivos se han consolidado y no se va a destruir"

Que hoy exista un partido socialista, pues es un poco anecdótico, ya que se mantiene dentro del Estado del Bienestar como el resto. Es una tónica general, que ya no es socialdemocracia porque el Estado del Bienestar está ya consolidado, ya no es una aventura. El 65% del presupuesto está asignado ya a educación gratuita, a sanidad pública, a dependencia, a pagar a justicia sin pagar a los pobres, etc. Es un cambio brutal. Estamos sin un verdadero Partido Socialista, pero estamos con toda la herencia de los partidos que fueron introduciendo el Estado del Bienestar. ¿Qué luego hay recortes? Pues hay recortes, porque viene una coyuntura económica que te hiela la sangre y se producen los recortes, lo que se recupera, que ha habido mucha deuda pública para facilitar una expansión. Pues sí, pero el tío Paco, con la rebaja del coste de la deuda pública a partir de ayer, es cinco veces en la anterior, pero 5 a 2,5 de tipo de interés en la deuda. Cuando ya no hay una protección del Banco Central Europeo, que compraba el 100% de la deuda española en mercados secundarios, no la compra directamente. Va a la oficina de la Moncloa a través de los bancos que han comprado en el mercado secundario.

placeholder Tamames considera que los objetivos de los socialdemócratas ya se han alcanzado. (Alejandro Martínez Vélez)
Tamames considera que los objetivos de los socialdemócratas ya se han alcanzado. (Alejandro Martínez Vélez)

P. ¿Se podría revertir ahora con los recortes?

R. Yo creo que eso es inmutable. Ya no se puede. No se pueden recortar los derechos al igual que ya no puedes retirar el sufragio universal. Lo puedes recortar, lo puedes digamos, reajustar, porque a veces incluso Alemania, a principios del milenio, se aparta de la política europea y empieza con los recortes mucho antes que los demás, razón por la cual sufrió mucho menos en la Gran Recesión.

P. ¿Qué opina de todo el tratamiento que se ha dado al franquismo desde la política? Por ejemplo, en la sesión de control, el presidente Pedro Sánchez dijo de Vox que eran los herederos de la élite franquista que había gobernado el país 40 años en la oscuridad...

R. Es muy injusto por parte de Sánchez, que además no es Felipe González. González hablaba de Franco de otra manera, decía que había que tener mucho cuidado cuando se hablaba de él, y tenía razón. Ahora claro, "a moro muerto, gran lanzada". ¿Quién luchaba entonces para acabar con Franco? Pues eran o éramos pocos. El país era franquista a tope, que parece olvidársele a mucha gente, y además ya en el periodo de 1961 a 1973 había un crecimiento anual del 7,7% medio acumulativo, que solamente lo han hecho China y España. Claro. Eso no lo explica Abascal porque no conoce bien la historia económica, pero si lo quisiera explicar dejaría en el ridículo más espantoso a Sánchez.

placeholder Tamames cree que Vox podría rentabilizar la política económica del tardofranquismo. (Alejandro Martínez Vélez)
Tamames cree que Vox podría rentabilizar la política económica del tardofranquismo. (Alejandro Martínez Vélez)

Parece también como si la Seguridad Social hubiera nacido con Felipe González pero lo hizo realmente en 1943 cuando Girón de Velasco envía un espía a Londres a la embajada española para ver lo que estaba creando Lord Beveridge. La reforma de la Seguridad Social, como decía Amando de Miguel, gran amigo al que echo mucho de menos, fue uno de los factores que precisamente alargó el franquismo. Es verdad que había una lucha contra los sindicatos clandestinos, pero luego incluso Franco admite en el año 58, como parte de l plan de Estabilización, los jurados de enlace, los enlaces para la discusión de los jurados y los convenios colectivos, y acepta también cambiar la huelga como un delito de sedición militar. Lo cambia por un conflicto colectivo, que se dirime en un tribunal social por el lado de la OIT, de la Organización Internacional del Trabajo. Se está hablando del franquismo sin conocer el tema.

P. ¿Y sobre la Memoria Histórica? Ahora el Tribunal Constitucional está revisando el cambio de nombre de 50 calles de Madrid...

Eso es un conflicto que tienen que dirimir los historiadores. No tiene que haber una verdad oficial en ninguna parte. Hasta en EEUU han caído en eso, han quitado las banderas confederadas, pero al fin y al cabo, ¿qué es la bandera Dixie? La gente no lo sabe, pero es la cruz de Borgoña española que estaba en la bandera española de Florida, por eso es la primera, ya que era una dependencia del Imperio español ¿Ahora hay que prohibir todo eso? ¿Toda esa historia? En el otro caso, deje usted, Sánchez, a los muertos y defiéndalos con la historia no con el Boletín Oficial del Estado. Estamos en una situación antihistórica de aberración, y no precisamente porque yo defienda a Franco, al que combatí toda mi vida porque era un asesino. Ahora, sin embargo, parece que ganó la II República porque están en las estatuas y Franco no. "A moro muerto, todo es lanzada", como decía.

Cárcel de Carabanchel, Madrid, febrero de 1956. En una de las celdas del 'Gran Hotel del Estado' comparten literas Enrique Múgica, Miguel Sánchez-Mazas, José María Ruiz-Gallardón, Dioniosio Ridruejo y Ramón Tamames. Dos comunistas, un hombre del régimen, un falangista, camisa vieja, divisionario azul caído en desgracia más el estudiante Tamames. Habían montado un pollo en la universidad y les trataron de Don. En sus largas charlas se habló de todo. Para Tamames, que tan solo cuatro años después escribiría el clásico manual universitario 'Estructura Económica de España', del que ahora se cumplen 62 años y que acaba de publicar su 26 edición revisada, fue un bautismo. A la salida de las vacaciones pagadas por el Régimen que les dio una oportunidad inmejorable de sacar a relucir la oposición al franquismo, Tamames se afiliaría al Partido Comunista de la mano del mismo Jorge Semprún, alias Federico Sánchez, al que el comisario Roberto Conesa de la Político Social no atraparía nunca.

Historia PCE Francisco Franco
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