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'Prudencio Irazabal. La trama dorsal': el artista de la tranquilidad expone en Madrid
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'Prudencio Irazabal. La trama dorsal': el artista de la tranquilidad expone en Madrid

La galería Helga de Alvear acoge una gran muestra del artista vasco internacional hasta el 21 de mayo que ahonda en la conexión entre lo evidente y lo que permanece oculto

Foto: La exposición 'La trama dorsal', en la galería Helga de Alvear de Madrid. (Joaquín Cortés. Cortesía de Helga de Alvear y Prudencio Irazabal)
La exposición 'La trama dorsal', en la galería Helga de Alvear de Madrid. (Joaquín Cortés. Cortesía de Helga de Alvear y Prudencio Irazabal)

Hay algo en la obra del artista Prudencio Irazabal (Puentelarrá, Álava, 1954) que inspira tranquilidad. “Bueno, es que él es muy zen”, explican en la galería Helga de Alvear, que se encuentra en el madrileño barrio de Lavapiés. Nada más entrar, al fondo, hay un cuadro de grandes dimensiones de color amarillo con diversas tonalidades en el que se perciben ráfagas verticales y horizontales. Y calma, da profundidad y hasta podrían verse formas figurativas. Es la última obra de este artista vasco, de absoluta presencia internacional —tiene un estudio en Madrid y otro en Nueva York— y del que ahora se puede disfrutar en esta galería con la muestra ‘La trama dorsal’, una de las más importantes de este pintor en los últimos años.

No importa si usted es un lego en arte contemporáneo. Acuda. Irazabal tiene esa mezcla vasca —esa geometría que está en tantos escultores, de Chillida a Oteiza— y norteamericana procedente del expresionismo de artistas como Rothko, que también jugó con los colores. No extraña, ya que su formación es muy estadounidense: después de estudiar Bellas Artes en Barcelona, en los ochenta se trasladó a Nueva York con una beca para formarse en la School of the Arts de la Universidad de Columbia. Y a partir de los noventa empezó a exponer en el BACA Downtown Center for the Arts de Nueva York o en la Koplin Gallery de Santa Monica, (California), sin dejar las sedes españolas como el Pabellón de Mixtos de la Ciudadela, en Pamplona.

Cuadros monocromos, aunque no lo parezcan

En ‘La trama dorsal’ están las inquietudes del pintor. “Tratan de la conexión entre lo evidente y lo que permanece oculto bajo todas las cosas”, explica el propio artista. En definitiva, ¿qué hay detrás de la tela que todos miramos de frente? A Irazabal lo que le interesa es el perfil del lienzo, por eso sus cuadros surgen a partir de la superposición de distintas capas y la última, la que vemos, nunca es la más importante. De ahí que lo que busque el pintor sea que el espectador se recree, que mire el cuadro durante unos minutos, que investigue esa profundidad que le da la yuxtaposición de los colores. Y eso relaja.

placeholder 'La trama dorsal'. (Joaquín Cortés. Cortesía Helga de Alvear y Prudencio Irazabal)
'La trama dorsal'. (Joaquín Cortés. Cortesía Helga de Alvear y Prudencio Irazabal)

Hay dos dimensiones en los cuadros y la forma de trabajar con ellos y las intenciones son distintas. Los más grandes son monocromos, aunque no lo parezcan. Esta percepción falsa se debe a que el artista coloca el cuadro en horizontal y utiliza acrílico con pigmento para dibujar con la espátula. De sus movimientos surgen las líneas horizontales y verticales y la sensación de que hay más de un color se debe a si aprieta más o menos la espátula. Cuanto más aprieta, menos color se queda en las telas de algodón con las que trabaja (no son de lino para que no queden manchurrones).

En ‘La trama dorsal’ están las inquietudes del pintor: "Tratan de la conexión entre lo evidente y lo que permanece oculto bajo todas las cosas"

También es importante el proceso de secado de cada capa, que dura entre 12 y 24 horas. “Los largos procesos de estas obras, debidos a la profusión de capas y sus tiempos de secado, son una invitación a descubrir múltiples planos de acción”, señala Irazabal. Precisamente este proceso de ir capa a capa y cómo estas se van secando es lo que hace que, a veces, o bien modifique la obra o la abandone. Por cierto, otra curiosidad: aunque brilla, la última capa no lleva barniz. En realidad, todas las capas brillan, lo que pasa es que las de debajo no las vemos. Otro trampantojo más.

Contrapunto barroco

Los cuadros más pequeños están inspirados en las ‘Invenciones a dos partes’, del compositor Johann Sebastian Bach, que jugaba con las reglas del llamado contrapunto barroco, que consiste en que la unión de dos melodías dan lugar a una tercera diferente. En este caso, se trata de crear con dos colores para formar un tercero. “Las obras comienzan con la superposición de dos colores traslúcidos que de inmediato crean un tercero, origen a su vez de una progresión que acaba manifestándose como un tejido continuo de transiciones cromáticas”, apunta Irazabal.

placeholder 'La trama dorsal'. (Joaquín Cortés. Cortesía Helga de Alvear y Prudencio Irazabal)
'La trama dorsal'. (Joaquín Cortés. Cortesía Helga de Alvear y Prudencio Irazabal)

También son cuadros para dedicarles tiempo. Eso es lo que quiere siempre este artista, que invita al espectador a salir de lo obvio. Parecen cuadros fáciles, pintados por cualquiera, explican en la galería, pero no lo son: tienen toda esa reflexión sobre lo que hay a la espalda de las creaciones y de cualquier cosa que mostremos de frente. En definitiva, lo que, psicoanalíticamente hablando, siempre queremos ocultar.

La muestra estará hasta el 21 de mayo en la galería Helga de Alvear, en Madrid. Y si pasan por Lisboa entre el 19 y el 22 de mayo, algunos de sus lienzos se pueden ver (y comprar) en la feria ARCO Lisboa 2022.

Hay algo en la obra del artista Prudencio Irazabal (Puentelarrá, Álava, 1954) que inspira tranquilidad. “Bueno, es que él es muy zen”, explican en la galería Helga de Alvear, que se encuentra en el madrileño barrio de Lavapiés. Nada más entrar, al fondo, hay un cuadro de grandes dimensiones de color amarillo con diversas tonalidades en el que se perciben ráfagas verticales y horizontales. Y calma, da profundidad y hasta podrían verse formas figurativas. Es la última obra de este artista vasco, de absoluta presencia internacional —tiene un estudio en Madrid y otro en Nueva York— y del que ahora se puede disfrutar en esta galería con la muestra ‘La trama dorsal’, una de las más importantes de este pintor en los últimos años.

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