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Discoplay, Madrid Rock, Tower Records... La muerte del disco: ¿asesinato o suicidio?
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¿seguirá la industria del cine el mismo camino?

Discoplay, Madrid Rock, Tower Records... La muerte del disco: ¿asesinato o suicidio?

En 1999, Tower Records, facturó más de mil millones de dólares. Cinco años después, la compañía quebraba. En 2000 Madrid Rock aumentó sus beneficios. En 2005, echó el cierre

Foto: Un cartel de 'In memoriam' en honor a Michael Jackson en una tienda de discos. (Efe)
Un cartel de 'In memoriam' en honor a Michael Jackson en una tienda de discos. (Efe)

En 1999, la cadena de tiendas de discos Tower Records, emblema de la industria musical estadounidense, ingresó mil millones de dólares por las ventas de sus más de 200 puntos de venta, diseminados por 30 países. Cinco años después, la empresa anunció la bancarrota. En octubre de 2016, la compañía de Russ Solomon —que murió el pasado 7 de marzo— vendió todo su 'stock' a Great American Group por 81 millones de euros y, sólo en Estados Unidos, 2.700 trabajadores de Tower se quedaron en paro.

En España, con la típica demora transoceánica, Madrid Rock despidió el año 2000 con unos ingresos de 19,1 millones de euros. Cinco años después, la emblemática tienda de discos de la Gran Vía madrileña echó el cierre mandando a la calle a los 46 trabajadores que conformaban su plantilla y con una adiós de saldo —literalmente—, después de 24 años de actividad y de haberse convertido en un referente cultural, el punto de encuentro de los melómanos capitalinos. En 2008 le siguió Discoplay, que había llegado a tener un local en Moscú. En 2013 los míticos Discos Gong de Barcelona. En 2016, Discos Castelló. También Tiendas Tipo, que se fueron en silencio. Y suma y sigue. ¿Qué pasó en la pasada década para que todas estas franquicias cayeran una tras otra como en un brote de peste? ¿Quién mató a la industria del disco? ¿Tú que dejaste de comprar discos? ¿Los precios? ¿Internet? ¿Fue asesinato o suicidio?

placeholder La tienda Madrid Rock de Gran Vía en 1997. (Francisco Huertas Hernández)
La tienda Madrid Rock de Gran Vía en 1997. (Francisco Huertas Hernández)

Precisamente sobre eso reflexiona el actor y director Colin Hanks —sí, también hijo de Tom Hanks— en su documental 'All Things Must Pass', que estrenará en España el canal TCM el próximo 21 de abril, coincidiendo con el Record Store Day. Siete años de trabajo para contar el auge y la caída de Tower Records, el lugar en el que Elton John se gastó "más de lo que jamás me he gastado en una persona", donde Bruce Springsteen se empapaba de música y donde Dave Grohl consiguió su primer trabajo a pesar de las greñas. "Tower era como un bar —más que como una cafetería— el lugar en el que podías quedar con tus amigos para pasar el rato si no tenías mucho dinero", recuerda Hanks, quien se crió en Sacramento, la ciudad donde nació la empresa de Solomon. "Era esa idea de lugar al que podías ir, ya fuera como trabajador o como cliente, en el que no importaba las pintas que llevases, no importaban los intereses que tuvieras o si comprabas o no comprabas. Fomentó ese tipo de sentimiento de formar parte de una comunidad, algo que creo que es muy importante".

"La mayoría de gente recuerda Tower Records como la historia de un éxito enorme", prosigue. "Pero Tower tuvo unos comienzos muy humildes: empezó como un negocio familiar, algo que en el fondo nunca cambió. Las circunstancias de Tower cambiaron, la industria musical cambió —Tower ayudó a que así fuera— pero al final el espíritu era el mismo". En 'All Things Must Pass', Hanks cuenta cómo lo que empezó en 1960 con un local rehabilitado con ayuda de amigos y conocidos creció hasta llegar a Japón —ahora mismo la filial nipona es la única que sigue en pie— y sucumbió ante el cambio de modelo de la industria y una serie de malas decisiones a raíz de su expansión en Latinoamérica.

placeholder Tower Records echa el cierre en una foto de 2006. (Yaniv Yaakubovich)
Tower Records echa el cierre en una foto de 2006. (Yaniv Yaakubovich)

'Video killed the radio star', pero ¿quién mató a las distribuidores de discos? "La industria musical mató a la industria musical", sentencia Hanks. ¿Fue un suicidio? "Ellos mismos se pegaron un tiro en el pie. No se adaptaron, no aceptaron que las cosas estaban cambiando. Aunque Russ Solomon fue una de las primeras personas que admitió eso, de alguna manera". "Cuando empezamos el documental [alrededor de 2007-2008] Walmart era el principal distribuidor de discos en Estados Unidos. Y luego vino iTunes para convertirse en el número uno. Y luego ha llegado el 'streaming' y Spotify se ha convertido en la principal manera de consumir música. No sé si a esto se le puede llamar distribución de discos, pero las páginas de subscripción y el 'streaming' y ese tipo de cosas es lo que impera ahora. Todo está cambiando, evolucionando. "La industria musical ha sido la primera en tener que adaptarse al cambio tecnológico y cómo las nuevas tecnologías afecta a nuestras vidas. El mundo del cine y de la televisión lleva un tiempo pensando en cómo evitar que les pase lo mismo que a la música. Spotify no ha matado a la industria musical, sino que ha sido la manera de decir: bueno, esta es una forma de hacer las cosas".

Tower Records se empeñó en expanderse abriendo tiendas aunque económicamente no fuese rentable

Adrián Vogel, quien en su historia laboral ha tocado casi todos los palos del mundillo, desde directivo de discográfica hasta periodista y ensayista sobre la industria, tuvo el privilegio de que el propio Russ Solomon le cortase la corbata, una de las costumbres más famosas del magnate californiano. "Le dije que yo no podía salir de ahí sin que él me cortase la corbata", cuenta divertido. "Yo creo que Tower Records sufrió lo de las teorías estas de Wall Street del gigantismo. Me explico: que parecía que había que tener muchas tiendas para crecer y buscar ese crecimiento a base de expansiones a veces no se justifica. Al final se convirtieron en sus propios competidores por abrir tiendas sólo para que no se instalaran otras compañías y al final los gastos generados se les acabaron comiendo. Claro, como los accionistas, los fondos de inversión y las salidas a bolsa te obligan a utilizar estos mecanismos perversos del nuevo capitalismo lo que al final estás haciendo es comprar tu propio crecimiento. Si tú vas a vender un millón de discos en Nueva York al mes—me estoy inventando la cifra, ¿eh?— con, pongamos, diez tiendas, porque pongas otras veinte no vas a vender otro millón de discos. Acabarás llegando a un tope, a no ser que se trasplante a la gente".

"“Los cuatro factores que se cargaron la industria del disco fueron la coca, los medios de comunicación, las tiendas de discos y Wall Street, como conté en este artículo de 'Jot Down'. Así, directamente. Lo de los precios… yo recuerdo estar en una compañía de discos y no subir los precios en siete años a pesar de la inflación".

Y aquí, ¿qué pasó?

Gran parte de las historias de las grandes tiendas de discos en España nacen en el Rastro. Sí, en el Rastro. Por ejemplo, los fundadores de Discoplay, Emilio Cañil y Mariano Fuentes —quien luego se escindió para abrir las cadenas MF— empezaron vendiendo discos en el Rastro a finales de los sesenta, tal y como cuenta Vogel en 'Bikinis, fútbol y rock & roll'. "Pepe Arnedo vendía discos en el Rastro antes de montar Madrid Rock —y después Sevilla Rock—" antes de "convertirse en uno de los principales mayoristas del país"; también el propietario de Escridiscos, Pepe Escribano; Julio Ruiz de allí "pasó a montar su propia tienda Discos Vinilo"... y suma y sigue.

placeholder Imagen del Rastro de Madrid. (Reuters)
Imagen del Rastro de Madrid. (Reuters)

Discoplay fue uno de los impulsores de la renovación del mercado musical en España. "Discoplay empezó siendo un boletín, un fanzine —que llegó a tener una tirada de hasta un millón de ejemplares— y era una cosa que funcionaba básicamente por correo. Luego tuvieron una pequeña tienda en Los Sótanos [abrió en 1970] que luego fueron ampliando y ya empezaron a franquiciar. La importancia de Discoplay fue que rompió la brecha que había entre Madrid y Barcelona y el resto de España. Antiguamente los discos se vendían en las tiendas de electrodomésticos, porque era donde se vendían los tocadiscos, pero estas tiendas sólo tenían los superventas. ¿Qué es lo que hizo Discoplay? Acercó la cultura pop —discos, libros, camisetas, pósters— a todo el país. Ya te daba igual estar en Sabiñánigo que en Madrid o Barcelona o San Sebastián".

Discoplay acercó la cultura pop —discos, libros, camisetas, pósters— a todo el país

Cuando cerró Madrid Rock, Eduardo Cura, dueño de la tienda Discos Melocotón desde los 70, también acusaba a los medios en un reportaje para 'Cinco días'. "'Ni internet ni el top manta; las tiendas hemos dependido siempre de los medios de comunicación, y ahora los medios ponen música impuesta". "Cuando apareció el CD también nos tuvimos que adaptar; ahora vendemos bien los DVD", achacaba también entonces Antonio, dueño de 'La gramola'. "Podemos subsistir, pero las ventas bajan. Viene gente a comprar discos que no puede encontrar en otras partes; se ha perdido un poco el fetichismo".

placeholder Escridiscos en 2016. (Efe)
Escridiscos en 2016. (Efe)

Trece años después, las culpas no han variado demasiado. "En España la labor de Telefónica, en conjunción con otros actores (fabricantes de CD vírgenes o de aparatos de copia digitales), fue demoledora (incluyendo un anuncio de TV fomentando las descargas). Con el beneplácito y cooperación del Gobierno Aznar y de muchos periodistas", contó Vogel en su artículo. Porque apunta, entre otros, a una crítica musical que cavó su propia tumba defendiendo la gratuidad de la música: "En el momento en el que yo tengo acceso a la música gratis ya no me interesa la opinión de la crítica musical".

Vogel: "Lo que hicieron ya en plan industrial fue franquiciarse: entonces se saturaron y algunos franquiciados se sintieron perjudicados"

Pero uno de los primero problemas fue culpa de las propias distribuidoras: las franquicias. "Las Tiendas Tipo, por ejemplo, nacieron como una escisión de Discoplay, de parte de la familia de Emilio Cañil, que utiliza el mismo concepto que Discoplay pero lo lleva más al terreno del rock. Lo que hicieron ya en plan industrial fue franquiciarse: entonces se saturaron y algunos franquiciados se sintieron perjudicados, como pasó con un Tipo que había en Fuencarral pegando a Gran Vía y otro que abrieron en la Plaza del Carmen, a los que les separaban sólo 500 ó 600 metros".

placeholder Clientes en una tienda de discos. (Reuters)
Clientes en una tienda de discos. (Reuters)

"Luego llegó el desembarco de Virgin, la primera cadena multinacional británica, que abre tiendas en España a principios de los 90. Y luego FNAC, que llegó después. Los que no llegaron a desembarcar fueron HMV, que es la otra gran tienda británica, y Tower Records. Fnac llega España algo más tarde [en 1993 abre su primera tienda en el antiguo edificio de Galerías Preciados de Callao, en Madrid]". La aventura de Virgin fue corta: en 1998 cerró su última tienda, ante la imposibilidad de alcanzar "un futuro con beneficios". Al parecer, por culpa de las inversiones en antiguos locales de Galerías Preciados.

placeholder La Metralleta. (Web lametralleta.es)
La Metralleta. (Web lametralleta.es)

"Además entraron gigantes como El Corte Inglés, que en su momento llegó a suponer el tercio de las ventas de discos", prosigue. "De hecho, tú fíjate que El Corte Inglés ante la proliferación de operaciones tipo Discoplay, Arnedo, Madrid Rock, etc., empezó a abrir las 'discotiendas', que hoy ya tampoco existen. Luego suma Virgin y suma FNAC, que es la única que queda de todo esto, aunque ellos también han ido reduciendo el espacio de la música. Claramente hay una recesión de los productos culturales...". Incluso las tiendas de segunda mano, que tan de moda se han puesto, han tenido que hacer recortes. "La Metralleta también ha cerrado varios de sus puntos de venta; ahora quedan creo que dos y están uno enfrente del otro".

Según el último informe de Promusicae, las ventas en formato físico sufrieron un pequeño repunte el año pasado, a pesar de las malas previsiones. Además, la venta de discos supone alrededor de un 6,7% del total de compraventas a través de internet. Por otro lado Spotify, a pesar de la caída de sus beneficios —aun así este último año han ingresado 5.000 millones de dólares—, sigue como líder mundial en el mercado de la música en 'streaming' y acaba de salir a bolsa, con una valoración que podría superar los 20.000 millones de dólares. ¿Qué significa esto? "El problema quizás no es que la industria de la música no se supiese adaptar a los tiempos, quizás es que se adelantó a los tiempos", sentencia Vogel. "Sacamos el 'streaming' antes que nadie, en la época de Napster. Y el 'streaming' se fue a la mierda. ¿Qué funciona ahora? El 'streaming'".

En 1999, la cadena de tiendas de discos Tower Records, emblema de la industria musical estadounidense, ingresó mil millones de dólares por las ventas de sus más de 200 puntos de venta, diseminados por 30 países. Cinco años después, la empresa anunció la bancarrota. En octubre de 2016, la compañía de Russ Solomon —que murió el pasado 7 de marzo— vendió todo su 'stock' a Great American Group por 81 millones de euros y, sólo en Estados Unidos, 2.700 trabajadores de Tower se quedaron en paro.

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