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la lucha empresarial

Grandes y Pymes: las empresas se ponen al frente en la lucha contra el Covid-19

Desde Inditex hasta un pequeño taller andaluz. El tejido empresarial de toda España ha dado un paso al frente para combatir al coronavirus, tanto en la crisis sanitaria como en la económica que viene

Numerosas empresas se han ofrecido a fabricar material sanitario, traerlo de China, mantener el empleo o establecer moratorias de pago. (EFE)

Dicen que el verdadero liderazgo se demuestra en las crisis y un creciente puñado de compañías está dando la razón al siempre sabio refranero popular, con acciones de todo tipo dirigidas a combatir la crisis del coronavirus en todos sus frentes: el sanitario, que es el más urgente, pero también el económico, que vendrá después y donde el tejido empresarial va a ser clave.

Consciente de ello, Inditex, la mayor compañía de la bolsa española, ha puesto a funcionar su envidiable maquinaria en todos los frentes, ofreciendo al Gobierno su capacidad logística, fabril y exportadora, para traer mascarillas, hacer batas y lo que necesite el país; y garantizando el empleo a sus 48.000 empleados.

Suma y sigue, porque la compañía controlada por Amancio Ortega ha suspendido el pago del dividendo y ha recortado un 35% el sueldo de su primer ejecutivo, Pablo Isla, en un gesto dirigido a mostrar que todos debemos arrimar el hombro en esta crisis.

"La propuesta de ayuda de Inditex, y de otras muchas empresas que estamos viendo, es muy interesante, porque están respondiendo a través de su propio negocio, haciendo lo que saben hacer, aquello en lo que son buenas, y al mismo tiempo poniéndolo al servicio de la sociedad. Desde su negocio ayudan al mundo, y esta es la forma en que mejor lo harán", reflexiona el profesor de Estrategia y RSC de IE University Joaquín Garralda.

El caso del 'holding' gallego es el más relevante por su capacidad de fuego y transcendencia mediática, pero, como él, hay muchas empresas que han dado un paso al frente. Se trata de grandes compañías, pero también de pequeñas y medianas que se están volcando en combatir al coronavirus desde la primera fila.

Cargamento de mascarillas. (Foto: Cedida a El Confidencial)

Por ejemplo, la pyme madrileña Wottoline, que lleva más de tres décadas dedicada al negocio de exportación e importación con China, ha enviado al Ministerio de Sanidad una carta ofreciéndole la donación de 10.000 kits de pruebas de coronavirus, que ya tiene preparadas en la fábrica de China, para salir cuando el Gobierno quiera hacia España, iniciativa que ya solo está pendiente de recibir la respuesta del Ejecutivo.

"Además, en estos momentos, tenemos una capacidad productiva de entre 100.000 y 200.000 unidades diarias que pondríamos a disposición del país a precio de coste, o, si el Gobierno prefiere hacer las importaciones directamente, les daríamos toda la información de los suministradores en China, 'stocks' y asesoramiento, así como control de calidad en fábricas", explica Pedro Martín, presidente de la compañía.

"La mejor RSC es aquella en la que las empresas ponen en juego sus propios talentos y capacidades", dice un profesor de IESE

"La mejor responsabilidad social corporativa es aquella en la que las empresas ponen en juego sus propios talentos y capacidades. Miremos las cosas en sentido positivo y sumemos, no tiene ningún sentido que ahora seamos escépticos. Lo que están haciendo las compañías es responder con sus mejores talentos y tenemos una oportunidad de oro para demostrar quién es quién en la economía", apunta Joan Fontrodona, director del departamento de ética empresarial de IESE, la escuela de negocio de la Universidad de Navarra.

Otro ejemplo es el de Juan Alonso, propietario de PVP Soluciones Textiles, una pequeña empresa de 16 trabajadores del municipio sevillano de Lantejuela, que se ha puesto a disposición del Gobierno y está elaborando mascarillas y repartiendo telas para fabricar batas de quirófano. Su fábrica, actualmente, está especializada en polos, pero anteriormente había trabajado ropa del Samur o del Summa, aunque nunca habían hecho mascarillas. Estos días están sacando "unas 500 o 600 mascarillas diarias" que han entregado a los hospitales de forma altruista.

"Somos una empresa textil y siempre hemos estado en crisis. Hemos superado ya tantas que estoy seguro de que lo superaremos. Pararemos dos o tres meses como el resto del país y empezaremos desde cero como todo el mundo. No sé enhebrar una aguja y hemos cosido chaquetones hasta del ejército inglés, hemos vestido bomberos, hemos hecho de todo. Si mañana me tengo que reinventar y hacer ruedas, lo haré. Tengo un buen equipo, una gente magnífica. Tengo 51 años pero no me da miedo. Habrá que echar el cierre, esperar que pase el bicho este y empezar después a superarnos cuanto antes", concluye Alonso.

José Luis y Gumersindo Blasco saben muy bien lo que es una crisis. Su almacén de ropa y calzado laboral quebró hace años y, desde entonces, como les quedaba en 'stock' mucho material, han ido vendiendo para darle salida como podían. "Teníamos un estocaje importante de pijamas de enfermería y batas de alta calidad. Cuando el domingo escuché la noticia pidiendo que se pusiera a disposición el material, contacté con un guardia civil que conocía y hablé con la subdelegación del Gobierno y con el Ministerio para ofrecer 9.000 y pico de prendas a disposición de quien la necesite", señala José Luis.

Urgencias del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid

El material estaba en venta pero si hace falta donarlo no tienen problema. "Lo importante es que sirva el material que nosotros teníamos. No busco notoriedad. Lo he hecho de corazón. Cada uno tiene que poner su grano de arena. Hay mucha gente que tiene estocaje como yo. Esto fue un negocio que después de las importaciones de China se cayó todo. Me arruiné. Lo mío es todo fabricado en España. Al menos, que sirva", señala.

Junto a las pequeñas y medianas empresas, también hay un ejército de grandes compañías que han activado todo tipo de iniciativas para combatir la segunda crisis que ha traído consigo el coronavirus, la económica. Uno de los primeros en ponerse en acción fue el empresario Kike Sarasola, dueño de la cadena hotelera Room Mate (donde comparte accionariado con Sandra Ortega, hija del fundador de Inditex), que desde el primer momento permitió anular reservas, activó el teletrabajo y el cierre de establecimientos antes de decretarse el estado de alarma, para salvaguardar la salud de la plantilla, y fue junto a Palladium Hotel, de la familia Matutes, el primero en ofrecer sus hoteles para servicios sanitarios.

Una pyme madrileña ha ofrecido producir hasta 200.000 test diarios y espera el OK de Sanidad, y otra andaluza está dispuesta a regalar su 'stock' textil

Las grandes empresas inmobiliarias también han tomado la iniciativa tanto en el segmento de la compra de vivienda como en el alquiler. En el primero, cinco de las mayores promotoras del país (Neinor, Metrovacesa, Aedas, Vía Célere y Habitat) han acordado no cobrar a los compradores de sus viviendas las letras que correspondan durante el tiempo que dure el estado de alarma.

En paralelo, los mayores caseros de España (Lazora, Testa, Fidere, Témpore y Vivenio) han lanzado una batería de medidas dirigidas flexibilizar el pago del alquiler a todos los inquilinos que se vean golpeados económicamente por la crisis del coronavirus. "El 100% de nuestros asociados con viviendas en alquiler están implantando un programa extraordinario de moratoria del pago de las rentas", ha señalado Javier Rodríguez Heredia, presidente de la Comisión de Arrendamiento de Vivienda de ASIPA, la patronal de las grandes patrimonialistas del país.

Otro de sus asociados, la socimi Merlin Properties, ha decidido perdonar el 100% de las rentas a todos los establecimientos de sus centros comerciales que se hayan visto obligados a cerrar por orden del Gobierno, iniciativa de la que podrán beneficiarse el 77% de sus inquilinos, y de la que también se beneficiarán los hoteles que tiene arrendados en dos de sus edificios, el Novotel de Diagonal 199 (Barcelona) y el Eurostars del complejo de las Cuatro Torres.

El sector eléctrico es otro mercado sensible en el que sus líderes empresariales han apostado por arrimar el hombro con diferentes medidas, como la posibilidad de aplazar los recibos que Naturgy ha ofrecido a pymes y autónomos, o el plan especial que ha lanzado Iberdrola para reforzar el suministro energético de los hospitales.

Como reflexiona el profesor Fontrodona, "estábamos siempre pensando por dónde vendría la crisis del modelo capitalista, y parece que nos ha venido de un bicho pequeño de la naturaleza. Y este es un análisis importante a hacer: nosotros, que nos creíamos tan poderosos, y de repente viene un bicho que nos recluye en casa y nos demuestra que, al final, las empresas están hechas de personas, y que son las personas el activo al que tenemos que cuidar más".

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