Bernardo de la Torre, el hombre que descubrió el infierno

"La realidad es tan dura que a veces parece inmoral"

Anónimo.

En 1944, tal que un día 27 de junio, el primer ministro japonés Hideki Tojo envió a defender la isla de Iwo Jima, al que posiblemente fuera uno de los generales más prestigiosos del ejército nipón junto con el almirante Yamamoto fallecido un año antes en las Islas Salomón. Este militar, un líder nato, venerado por sus soldados, se llamaba Tadamichi Kuribayashi.

Es sabido que la batalla de Iwo Jima a principios del año 1945, fue un infierno compartido en el que desaparecieron cerca de 45.000 almas entre ambos bandos en el breve periodo de cinco semanas. Finalmente, cerca de 216 soldados japoneses (el 1% del ejército japonés acantonado en la isla) prisioneros heridos, mutilados e impedidos para hacerse su propio Sepuku se rendirian al margen de su propia voluntad. Ello, sería todo el botín que obtendrían los anglosajones, y una coartada para justificar el horror de Hiroshima y Nagasaki.

España, en su momento, tuvo el control del archipiélago de Iwo Jima, la isla más sureña de Japón

España, en su momento, tuvo el control del archipiélago de Iwo Jima a poco más de 1600 km de distancia de Kyusho, la isla más sureña del Gran Japón. Tras la pérdida de Cuba y Filipinas, y en plena expansión teutona, esa y otras islas aledañas serían vendidas al Imperio Alemán en uno de sus periodos expansivos. Tras el acuerdo hispano-alemán, firmado en 1899, estas antiguas posesiones quedarían en manos del Káiser Guillermo II.

Hacia el año 1543, una expedición comandada por el malagueño Ruy López de Villalobos (1500-1546), atravesó el Océano Pacífico desde la costa oeste de México para finalizar su singladura en Filipinas. Para seguir la dinámica de las exploraciones, durante aquel tránsito, se incorporarían Hawái (erróneamente adjudicada al inglés James Cook) las Carolinas y las islas Marshall. Eran tiempos de grandeza y no de mezquindad.

Regreso a México

Una vez fondeado en Mindanao, Villalobos encomendó al capitán Bernardo de la Torre el regreso a México, desarrollando una circunvalación por el oeste, inicialmente alejado de las costas chinas, para evitar la potente piratería local. Lo cierto es que había una ruta sospechada pero no verificada. Tres intentos hubo con anterioridad y al llegar a los 30º norte, siempre se encontraban los pilotos y la marinería con olas rugientes y un mar arbolado permanente.

El capitán enviado por Villalobos falló, pero unos diez años después, el vasco Urdaneta se adjudicaría el famoso Tornaviaje

El capitán enviado por Villalobos asimismo falló en su intento, pero unos diez años después, el vasco Urdaneta siguiendo la Corriente de Kuro Shivo, un extenso manto superficial de color azul muy oscuro, enigmáticamente tenebroso, cuyo funcionamiento era el mismo que las agujas de un reloj, se adjudicaría el famoso Tornaviaje, eso sí, no sin pleitear antes con otro capitán llamado Arellano, que es bastante probable que lo lograra con un veloz patache, un pequeño barco de escasa obra viva, poco bordo y quilla recortada, pero rapidísimo a la hora de hacer reconocimientos o vigilancia costera. A día de hoy, se ignora que empujó al virrey de México a tomar aquella decisión en favor de Urdaneta.

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En este intento fallido, Bernardo de la Torre, descubrió para Occidente, entre otras, la isla que siglos más tarde marcaría un trágico hito en la historia, Iwo Jima. Aquel desolado lugar que no ameritaba interés alguno fue descartado por los españoles de entonces dejando un sencillo registro administrativo del mismo y, eso sí, una cruz de tamaño superlativo en lo alto del monte Suribachi. Posteriormente, Inglaterra, como es habitual, se apuntaría a deformar la historia una vez más.

En aquel tiempo, una buena parte de los esfuerzos de la Corona Española obedecían a la obtención del control estratégico a través de la creación de una factoría en Filipinas, que tuviera acceso a las islas Molucas, cuya especiería aprovisionara a Europa sin tener que pagar peaje como intermediarios a nuestros hermanos portugueses. La enorme demanda que nuestros vecinos habían despertado con la introducción de la vainilla, canela, clavo, nuez moscada, jengibre, etc., había desatado un furor consumista (en quienes podían pagarlo) descomunal; algo parecido a la fiebre del oro.

Urdaneta no deja de ser el que inauguró la famosa ruta del galeón de Manila

Con independencia de la heroica acción de Bernardo de la Torre y del capitán Arellano, para la historia, el autor intelectual del Tornaviaje completo efectuado allá por el año 1565 sería, quizás por el prestigio que le precedía y el aporte documental y científico previo y posterior, Urdaneta, pues no deja de ser el que inauguró la famosa ruta del galeón de Manila. Faltaba poco tiempo para que la unión con Portugal fuera efectiva y entre ambos reinos se constituyera uno de los imperios más grandes de la historia humana. Hoy, vivimos en una hermosa pecera con vistas.

Al loro, que esto no ha acabado.