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Dar facilidades a los chicos para que las chicas no los superen: ¿una medida "justa y necesaria"?
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SECULAR DESFASE DE GÉNERO

Dar facilidades a los chicos para que las chicas no los superen: ¿una medida "justa y necesaria"?

La Ruta Quetzal ha decidido establecer dos barómetros distintos para chicos y chicas con el objetivo de que estas no copen todos los puestos. Cada vez más expertos lo solicitan

Foto: Los chicos no están bien. (Reuters/Ronen Zvulun)
Los chicos no están bien. (Reuters/Ronen Zvulun)

Este año, la Ruta Quetzal, el famoso proyecto ideado por Miguel de la Quadra-Salcedo, ha decidido establecer diferentes umbrales de notas para chicos y chicas con el objetivo de evitar que estas ocupen el 87% de los puestos. Así, por ejemplo, en Cataluña la nota de corte para los chicos es de un 9,29 mientras que las de las chicas es de un 10.

La excepcional decisión ha llamado la atención porque es uno de los contados ejemplos de discriminación positiva hacia los estudiantes varones. La mayoría de medidas en ese sentido tienen como objetivo promover las asignaturas STEM o de ciencias entre las mujeres, donde su representación es menor. Sin embargo, no ha sorprendido a la comunidad educativa, que lleva preguntándose desde hace décadas por este desfase, tanto en fracaso educativo como en la nota media de los estudiantes.

En España, por ejemplo, el porcentaje de fracaso escolar masculino es de un 16,5% y de las mujeres, de un 11,2%

En España, por ejemplo, el porcentaje de fracaso escolar masculino es de un 16,5% y de las mujeres, de un 11,2%. Algo que ocurre en todos los países de la Unión Europea, con la excepción de Bulgaria y Grecia. La nota de Bachillerato de las chicas es siempre superior a la de ellos: en el último año, un 7,99 frente a un 7,6 en España.

"El desfase de género es viejo, surge según se eliminan las trabas a las mujeres en cualquier edad escolar", explica Mariano Fernández Enguita, catedrático emérito de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid. "Es creciente, es universal, incluso más patente cuanto más patriarcal es la cultura, siempre y cuando no haya trabas explícitas". Enguita ha estudiado estas diferencias desde hace décadas. Hoy, la mayoría de investigaciones muestran cómo el fracaso escolar afecta sobre todo a los varones de clase baja.

"¿Por qué?", se pregunta. "Como no se investiga, tenemos que conformarnos con hipótesis razonables, al menos mientras no se demuestren falsas: que las chicas maduran antes, que encajan mejor la disciplina escolar, que necesitan más esas credenciales para un mercado de trabajo que no las van a recibir tan bien como la escuela o que se benefician de la feminización del profesorado". Hipótesis que no se han explorado lo suficiente: "La sola mención de algunas de ellas puede desatar una tormenta ideológica, pero es lo que hay", añade.

"Las chicas y los chicos no son iguales ante la escuela, deben medirse por separado"

Para Enguita, la medida tomada por la Ruta Quetzal es "necesaria y adecuada". "Si participar es un premio al mérito, este deberá medirse entre iguales, y todo indica que chicas y chicos no lo son ante la escuela, al menos a esa edad, por lo cual deben medirse por separado", razona. Está de acuerdo, aunque en otro sentido, Pau Balart, profesor asociado de la Universitat de les Illes Balears, que ha investigado esta cuestión. "Lo veo interesante como una forma de romper estereotipos, porque esta clase de políticas dan a entender implícitamente que necesitas allanar el camino a los chicos ya que las chicas lo están haciendo muy bien". Al investigador no le parece mal, ya que "si se puede aplicar en una dirección, se puede aplicar también en la otra".

Más dudas tiene Jenifer Ruiz Valenzuela, profesora de la Facultad de Economía de la Universidad de Barcelona y coautora del informe de ESADE Fracaso escolar en España: ¿Por qué afecta tanto a los chicos y alumnos de bajo nivel socioeconómico?. "Esto se podría parecer a casos de discriminación positiva, en casos de minorías infrarrepresentadas por motivos que pueden tener que ver con discriminación o falta de igualdad de oportunidades", explica. "No me parece el caso, por lo que parece un poco difícil de justificar". En su opinión, se debería "no tanto ofrecer cuotas sino intentar ir al origen del problema y entender por qué los chicos tienen un mayor nivel de fracaso escolar, para ofrecer políticas educativas que lo intenten paliar".

Una brecha creciente

El desfase entre chicos y chicas es un tema que causa cada vez más preocupación. El estadounidense Richard V. Reeves propone en su ensayo Of Boys and Men medidas como retrasar un año la escolarización de los chicos para poder competir en igualdad de condiciones.

"Cada vez hay más mujeres jóvenes con títulos universitarios, cada vez hay más niñas graduándose en la escuela secundaria", explicaba a El Confidencial. "Y cada vez hay menos niños en todo el recorrido educativo. Es realmente sorprendente, porque está sucediendo en culturas muy diferentes y países muy distintos, en todos los ámbitos, en todos los cursos, desde preescolar hasta posgrado. La brecha es evidente y se está ampliando año tras año".

No se trata de un tema fácil ni cómodo de investigar, como sugería Enguita, que en su día tuvo problemas con la publicación del prólogo de Las primeras maestras de Sonsoles San Román, que no llegó a ser publicado. En él citaba una de las causas que pueden explicar este desfase entre chicos y chicas, que es la feminización de la enseñanza: las mujeres conforman el 98% de profesorado de Educación Infantil y el 82% de Primaria. No hay modelos masculinos para los chicos.

La OCDE analizó en un informe el problema a partir de los datos de PISA 2012. En su trabajo, mostraban cómo los chicos lo hacen peor que ellas en todas las materias de PISA, con contadas excepciones, como en el caso de los estudiantes de alto rendimiento en matemáticas. El informe sugería varias explicaciones: que las chicas tienen mayores aspiraciones en sus carreras futuras que los chicos, que los chicos piensan que están mejor preparados que las chicas para entrar en el mercado laboral y que tienen una mayor confianza en sí mismos. En resumen, que ellos se esfuerzan menos quizá porque consideran que no lo tendrán tan difícil. Por ejemplo, dedican una hora menos a hacer los deberes.

"El expediente académico es el reflejo de una carrera de fondo y ellas rinden mejor"

Uno de los trabajos más completos es el que publicó ESADE el pasado año y del que Ruiz Valenzuela es coautora. El estudio daba varias explicaciones a este fenómeno, como el menor nivel de satisfacción de los chicos con la escuela o el citado número inferior de horas destinadas a los deberes. Este desfase, por lo tanto, podría reducirse aumentando el apoyo parental e intentando mejorar esa satisfacción a partir de la reducción del abandono educativo.

"El expediente académico es un conjunto de evaluaciones que premian el trabajo del día a día, muchas veces de evaluación continua, donde se evalúan trabajos así como también varios exámenes a lo largo del curso académico", explica Nagore Iriberri, investigadora y profesora de la Universidad del País Vasco. "El esfuerzo, la constancia y la diligencia en el trabajo también se premian en el expediente académico. Digamos que es el reflejo de una carrera de fondo. Y ahí, las chicas rinden mejor en media en este tipo de evaluaciones".

placeholder Las diferencias también se notan en el acceso a la universidad. (EFE/J.J. Guillén)
Las diferencias también se notan en el acceso a la universidad. (EFE/J.J. Guillén)

Iriberri ha investigado las diferencias entre el comportamiento de chicos y chicas que explican estas diferencias de rendimiento, especialmente en lo que se refiere a la presión. Aunque ellas sacan mejores notas en Secundaria o Bachillerato, y por lo tanto su expediente académico es mejor, los varones rinden mejor cuando el examen es más importante, lo que compensa esa diferencia. "No está muy claro si las mujeres bajan su rendimiento bajo presión o si los hombres destacan en especial cuando la presión aumenta, pero realmente las diferencias entre chicos y chicas cambian dependiendo del tipo de evaluación", explica. El creciente peso de evaluaciones como la continua pueden haber favorecido a las chicas.

Pau Balart publicó en Nature Communications una investigación en la que mostraba que las mujeres obtenían un mejor rendimiento cuanto más duraban las pruebas. El investigador alude a otro trabajo publicado en el Journal of Human Resources que mostraba que en clase las chicas obtienen un plus de valoración por parte de sus profesores porque estos disponen de más información sobre sus actitudes y su desempeño. "La explicación son las habilidades no cognitivas", señala.

"La brecha de desarrollo se manifiesta alrededor de la adolescencia"

"En estas habilidades no cognitivas, las chicas sobresalen en lo que está relacionado con la responsabilidad, que es importante no solo para un buen resultado académico, sino también en la vida, en la salud o en las perspectivas laborales", explica Balart. Sin embargo, estas habilidades no cognitivas pueden funcionar en el sentido opuesto, como apunta Iriberri: por ejemplo, las "preferencias de riesgo (las mujeres suelen ser más adversas a él)" o la "confianza en uno mismo (los chicos suelen mostrar más confianza en lo que saben, aunque nos sea necesariamente verdad que sepan más)".

¿Una maduración tardía?

Otra hipótesis que intenta explicar esta diferencia es que las chicas maduran antes. Es la razón que conduce a Reeves a defender retrasar un año la escolarización masculina, porque "nivelaría el campo de juego". "Se trata de reconocer que hay una brecha entre el desarrollo de ambos sexos, algo que se manifiesta de manera más evidente alrededor de la adolescencia", explicaba. "Cuando llegan a los quince años, la madurez mental media de los niños va dos años por detrás". De una opinión parecida la neuróloga inglesa Anne Moir, partidaria de la educación segregada, que asegura que las chicas tienen ventaja respecto a los chicos de su edad "porque son capaces de concentrarse más, leer, pintar o escribir mejor".

placeholder La maduración de chicos y chicas no es pareja. (Pixabay)
La maduración de chicos y chicas no es pareja. (Pixabay)

Para Enguita, estas medidas no tienen mucho sentido ni debería optarse por decisiones segregadoras. "Sería matar moscas a cañonazos, peor remedio que la enfermedad, y me cuesta, francamente, imaginar a una mitad de la población infantil, la masculina, retenida por un año a las puertas de cualquier etapa educativa, Primaria o lo que sea, mientras la otra mitad accede", razona. "Lo que hay que hacer es no ocultar el problema, investigar seriamente sobre el mismo y averiguar qué es lo que estamos haciendo mal".

Que es lo que no se está haciendo, en su opinión. "Unas políticas, una institución y una profesión en las que ya no se lee ni se escucha un párrafo que no hable de diversidad, inclusión, etc., debería ser capaz de lidiar con esas modestas diferencias medias sin recurrir a medidas de segregación (como la educación diferenciada) ni de postergación (como la propuesta de Reeves)", añade.

"Es un caso flagrante de oportunismo y espiral del silencio"

Mientras tanto, todo apunta a que la proporción de mujeres en la universidad será cada vez mayor. Eso no quiere decir, añade Iriberri, que tenga por qué aumentar el fracaso escolar entre los hombres. No son vasos comunicantes. "Creo que el siguiente paso para tener un mundo más equilibrado debería ser que la distribución de chicos y chicas en los diferentes grados y disciplinas sea más equilibrada", razona. "Y creo que nos faltan role models, necesitamos más enfermeros y profesores de Primaria así como más ingenieras aeronáuticas y cirujanas".

Los chicos no están abocados al fracaso, ya que como añade Balart, esas habilidades sociales que contribuyen a mejorar el expediente de las chicas también pueden entrenarse. "Si en el currículo escolar incluyes formación sobre perseverancia o atención a los detalles, en las que las chicas son mejores, puedes mejorarlas, así que quizá merecería la pena centrarse en ello", valora.

placeholder El vértido del género. (EFE/Manu Reino)
El vértido del género. (EFE/Manu Reino)

"Es un caso flagrante de oportunismo político y espiral del silencio", concluye Enguita. "Hace más de treinta años publiqué un par de artículos académicos señalando la paradoja, en realidad celebrándola, y aun así pude ya observar que eran recibidos con un silencio que se podía oír de lejos. Para cualquier investigador sería más fácil hoy conseguir financiación pública o eco mediático con una investigación sobre la presencia minoritaria de mujeres, pongamos, entre los hipermillonarios o en cualquier élite (el techo de cristal, que es un problema real, pero más bien de las afortunadas) que para lo que estamos tratando (que es un problema de la mitad de la población en edad). Es una causa impopular".

Este año, la Ruta Quetzal, el famoso proyecto ideado por Miguel de la Quadra-Salcedo, ha decidido establecer diferentes umbrales de notas para chicos y chicas con el objetivo de evitar que estas ocupen el 87% de los puestos. Así, por ejemplo, en Cataluña la nota de corte para los chicos es de un 9,29 mientras que las de las chicas es de un 10.

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