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Tragedias en el día de San Valentín: sucesos terribles que han ocurrido un 14 de febrero
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Tragedias en el día de San Valentín: sucesos terribles que han ocurrido un 14 de febrero

Parece que todo debe ser bonito en esa fecha, porque el cariño es bonito, al menos ese día. Sin embargo, no siempre lo fue. A lo largo de la historia ha habido san valentines truncados

Foto: Bombarderos B-17 Flying Fortress estadounidenses (Wikimedia)
Bombarderos B-17 Flying Fortress estadounidenses (Wikimedia)

El marco ya está colocado: desde hace semanas, todos pululamos por un lienzo inmenso de romanticismo por todas partes. Como si fuéramos cupidos andantes, la cultura del consumo nos sitúa ante la necesidad de poseer cualquier cosa que emule un corazón. Por supuesto, no uno de verdad, sino de esos que lucen más intactos y sutiles. El de verdad, el que todos llevamos dentro, ni siquiera entiende nada: se trata de celebrar el amor, cualquier amor, porque se acerca el día de San Valentín.

El 14 de febrero es el gran momento. Aunque el sistema haya desvirtuado la fecha, su eco sigue resonando como sinónimo de la mayor forma de cariño posible. Todo debe ser bonito ese día, porque el cariño es bonito, al menos ese día. Sin embargo, no siempre lo fue. A lo largo de la historia ha habido san valentines truncados. Un día, como otro cualquiera, entre grandes tragedias sociales; un día, como otro cualquiera, en el que de pronto salta desgracia.

Foto: Reliquias de San Valentín en la Iglesia de Santa Maria in Cosmedin (Roma). Fuente: Wikipedia

Si es que, conociendo sus verdaderos orígenes, abriéndonos camino entre tanta purpurina, rosas y tarjetas decorativas, cualquier cosa deberíamos esperar, pues como ya contamos en un artículo pasado, San Valentín, en realidad, parece haber sido un mártir con una vida nada agradable cuyos supuestos restos andan repartidos y expuestos en diferentes iglesias de Europa.

Dresden, bombardeada por error

El 14 de febrero de 1945 fue un día de horror y tristeza para los habitantes de Praga. Lejos de cualquier idea romántica, aquel día las fuerzas aliadas bombardearon la ciudad, pensando que era la ciudad alemana de Dresden, el objetivo real del ataque. El asalto aéreo accidental provocó, según las estadísticas de la época, 701 muertos y 1184 heridos, todos ellos civiles. Por supuesto, cientos de casas y lugares históricos quedaron destruidos y 11.000 personas perdieron sus hogares.

placeholder Vista aérea de la ciudad de Dresden bombardeada por error. (Wikipedia)
Vista aérea de la ciudad de Dresden bombardeada por error. (Wikipedia)

Se dijo que los errores de navegación fueron la causa del error de cálculo mortal. Los radares de los aviones no funcionaban correctamente, lo que obligó al escuadrón de la Fuerza Aérea del Octavo Ejército a calcular manualmente la distancia a su objetivo de Dresde, situado a 75 millas al noroeste de Praga. Sin embargo, sus cálculos estaban equivocados. Debido a ese grave error, un escuadrón de 40 B-17 Flying Fortresses arrojó por error 152 toneladas de bombas.

En la actualidad sigue siendo uno de los episodios más polémicos de la Segunda Guerra Mundial (que ya es decir) y todavía persiste el debate sobre si la capital sajona era un objetivo de interés estratégico, tal y como aseguran fuentes militares aliadas; si, por el contrario, el bombardeo fue una represalia desproporcionada e indiscriminada o si se trató de un crimen de guerra.

El devastador incendio de una discoteca

Para las personas reunidas en el Stardust Nightclub de Dublín para una fiesta disco del Día de San Valentín, el 14 de febrero de 1981 también fue un día trágico. De los 841 asistentes a la fiesta, 48 personas fallecieron y 200 resultaron heridas. Justo después de la medianoche de aquel día señalado, se inició un incendio en el espacio del techo sobre el club. Con la música a todo volumen entre las festividades jubilosas, nadie notó el fuego hasta que el calor derritió los materiales del techo y las sustancias calientes comenzaron a caer sobre las cabezas de los asistentes a la fiesta. Se produjo verdaderos momentos de pánico colectivo.

Las personas corrieron hacia las salidas solo para verse obstaculizadas por varias obstrucciones humanas: salidas de emergencia cerradas con candado, ventanas selladas y cantidades excesivas de mesas y sillas. Los servicios de emergencia fueron enviados a la escena del incendio, pero trágicamente, muchas de las personas que estaban adentro ya habían sucumbido al humo y las llamas. Los hospitales de Dublín se inundaron de heridos y moribundos.

Se dictaminó que el incendio fue causado por un percance provocado en ese momento. Pero en 2022, más de 40 años después del trágico infierno, los familiares de las víctimas renovaron su demanda de una nueva investigación ante la falta de pruebas que apuntaran a un incendio provocado como la causa del incendio.

La matanza del Día de San Valentín

Además de esos dos hechos, el Día de San Valentín también se conoce como La masacre del Día de San Valentín por el asesinato de siete miembros y asociados de la pandilla North Side de Chicago que ocurrió el día de San Valentín de 1929. Los hombres se reunieron en un garaje de Lincoln Park, Chicago, la mañana del 14 de febrero de 1929.

placeholder Imagen de las víctimas cuando las autoridades llegaron al lugar de los hechos. (Wikipedia)
Imagen de las víctimas cuando las autoridades llegaron al lugar de los hechos. (Wikipedia)

Eran poco más de las diez de la mañana, jueves, cuando se produjo la matanza en el garaje del edificio 2122 de la calle North Clark, en el barrio Lincoln Park del North Side de Chicago. Cuatro hombres fueron los asesinos, quienes dispararon con armas que incluían dos metralletas Thompson. Dos de ellos, de hecho, vestían uniformes de policía, mientras que los demás vestían traje, corbata, abrigo y sombrero. Los testigos vieron a los hombres con uniformes oficiales, sacando a punta de pistola a los otros hombres del garaje después del tiroteo.

El marco ya está colocado: desde hace semanas, todos pululamos por un lienzo inmenso de romanticismo por todas partes. Como si fuéramos cupidos andantes, la cultura del consumo nos sitúa ante la necesidad de poseer cualquier cosa que emule un corazón. Por supuesto, no uno de verdad, sino de esos que lucen más intactos y sutiles. El de verdad, el que todos llevamos dentro, ni siquiera entiende nada: se trata de celebrar el amor, cualquier amor, porque se acerca el día de San Valentín.

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